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 published: 2004-03-05

Del desierto al jardín

Sión 2004

P. Juan Pablo Catoggio, Padres de Schoenstatt, Región del Padre.

P. Juan Pablo Catoggio, Superior Regional

Fr. Juan Pablo Catoggio, Regional Superior

P. Juan Pablo Catoggio, Regionaloberer

Foto: Pol © 2004

 
 

El Consejo con el P. Heinrich Walter (centro): P. Juan José Riba, P. Juan Pablo Catoggio, P.Heinrich Walter, P. Guillermo Carmona, P. Antonio Cosp (de izq.)

The Council with Fr. Heinrich Walter (center): Fr. Juan José Riba, Fr. Juan Pablo Catoggio, Fr. Heinrich Walter, Fr. Guillermo Carmona, Fr. Antonio Cosp (from left)

Die Regioleitung mit Pater Heinrich Walter (Mitte): P. Juan José Riba, P. Juan Pablo Catoggio, P.Heinrich Walter, P. Guillermo Carmona, P. Antonio Cosp (von links)

 
 

Los futuros novicios de Paraguay y Argentina

The future novices from Paraguay and Argentina

Die zukünftigen Novizen aus Paraguay und Argentinien

 
 

Misa en acción de gracias

Mass in thanksgiving

Dankmesse

 

P. Juan José Riba con participantes

Fr. Juan José Riba with participants

P. Juan José Riba mit Teilnehmern

Fotos: Gago © 2004

 

Del desierto...

Celebramos los primeros diez años del Santuario; diez años no es mucho tiempo, pero sí lo que ocurrió en el transcurso de ellos.

Comenzaban los 80 cuando se consiguió el terreno, en varias etapas. Como siempre – o casi siempre – el P. Esteban fue el pionero. La tierra estaba desolada: era un baldío, abandonado, sin árboles, mezcla de yuyal y basura. Un pequeño monte de aromos nos cobijó aquella madrugada de 1985, cuando los padres hicimos alianza con el Padre Fundador y le confiamos nuestro sueño. En ese entonces se bendijo también la ermita que está próxima a la calle, y se colocó otra más pequeña en el corazón del terreno. También en 1985 se inauguró la Casa del Niño José Kentenich.

En 1988 se construyó la casa central de los Padres; y sus primeros habitantes fueron los novicios del primer curso iberoamericano, que hoy la Providencia trajo nuevamente hasta nosotros. Ellos habían iniciado el noviciado, que estaba a cargo del P. Guillermo Carmona, en la casa de retiros de Tuparendá hasta poder ocupar ésta. Venían de un paraíso tropical a un terreno inhóspito. ¿Cómo convertir el desierto en jardín? ¿Cómo transformar un baldío y basural en un Jardín de María, en un Jardín del Padre? No es ésa, acaso, nuestra misión en el mundo de hoy?

Así redescubrimos el valor de Sión, la ciudad de Dios, según la imagen bíblica que el P. Kentenich legó a los Padres de Schoenstatt como símbolo de nuestra misión. Sión es la morada de Dios, la ciudad del gran Rey, el hogar de los pobres, adonde peregrinan todos los pueblos, pueblo de María, fuente de vida y norte que nos guía.

... al jardín

El desierto se fue transformando en jardín, el basural en pequeño paraíso. En 1994 la Reina de Sión estableció su trono y nosotros, a cambio de su regalo, le hicimos otro: construimos su Santuario. El noviciado le dejó lugar a los padres y se trasladó, por un tiempo prolongado, a Tuparendá, en Paraguay. El Sión del Plata – llamado así durante mucho tiempo – siguió creciendo; a medida que los árboles nos regalaban más y más sombra, también se fue construyendo: el centro de los jóvenes, "José Engling", y la cabaña "Gabriel De Carli". Durante un tiempo albergamos a nuestros dos "monjes". Luego, el cementerio, donde reposan el P. Santiago y el P. Esteban, junto a muchos familiares y amigos nuestros.

¿Quién hubiera soñado, hace diez o quince años, que hoy Sión sería así? Es cierto, aún falta mucho; y más cierto aún: costó y cuesta un gran esfuerzo. Pero el sueño es posible; Sión no es mera utopía. Se puede construir un mundo nuevo. Hay que empezar por el jardín de cada corazón y de cada hogar, y seguir fielmente, día a día, sin bajar los brazos. Si hacemos nuestro trabajo y tenemos la confianza puesta en el Padre bueno y en el poder de nuestra Reina, un día nuestra patria será ese paraíso familiar, jardín para todos. "Para Dios nada es imposible", aprendió María en la Anunciación, y nos lo quiere enseñar en el Santuario, porque Sión es signo y prueba de esperanza.

Tu desierto puede ser jardín, tu basural un paraíso. ¿Por qué no creerlo, por qué no intentarlo? Hoy celebramos diez años del Santuario de Sión. Celebramos nuestra fe y nuestra esperanza. Ustedes y nosotros.

P. Juan Pablo Catoggio

Padres de Schoenstatt, Región del Padre.

Más: Unas 800 personas celebraron, junto a los Padres de Schoenstatt, 10 años del Santuario de Sión en Florencio Varela, Buenos Aires, Argentina


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Last Update: 05.03.2004 Mail: Editor /Webmaster
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