José, P. Marcelo Avarena, Francisco, Luis (de izq.), en la Oficina de Prensa José, Fr. Marcelo Avarena, Francisco, Luis (from left), at Press Office José, P. Marcelo Avarena, Francisco, Luis (von links), im Press Office
Los primeros muchachos de la Juventud Masculina de Bolivia en el voluntariado The first members of the Boys' Youth from Bolivia in the volunteer program Sie sind die ersten aus der Mannesjugend von Bolivien, die das Voluntariat auf Berg Sion machen
"Queremos llenarnos de Schoenstatt!" "We want to fill ourselves with Schoenstatt!" "Wir wollen uns mit Schönstatt füllen bis zum Rand!" Fotos: POS Fischer © 2004

SCHOENSTATT, mkf. "Pioneros" se lee en los colores del arco iris en la camiseta de Francisco Salamanca, de 18 años de edad, de La Paz, Bolivia. Pioneros son él y sus dos compañeros de grupo de la Juventud Masculina, José Barriga, de 17 años, y Luis Blanco, de 18. Son los primeros chicos de la Juventud Masculina de Bolivia en hacer el voluntariado en Schoenstatt, Monte Sión, un ofrecimiento por parte de los Padres de Schoenstatt de vivir medio año o un año de profundización en Schoenstatt. Los tres jóvenes, que acaban de terminar el colegio secundario, llegan desde el Santuario más alto del mundo, de una familia de Schoenstatt pequeña, joven y casi totalmente laical, a la cuna y lugar de origen del Movimiento de Schoenstatt.

El voluntariado es una iniciativa de los Padres de Schoenstatt, idea del Padre Franz Widmaier, anterior superior de la Vaterhaus (Casa Paterna) en el Monte Sión. Los jóvenes del Movimiento de Schoenstatt tienen con esto la posibilidad de vivir un tiempo en Schoenstatt para tener una experiencia diferente de Schoenstatt que la de peregrinaciones o jornadas. Hasta el momento han venido muchachos de Chile, Argentina, México, Brasil, Alemania, Polonia... y ahora de Bolivia, explica el Padre Marcelo Avarena, de Chile, superior de la Vaterhaus.

¿Cómo se enteraron los tres de esta posibilidad de hacer el voluntariado? José, tomando un caramelo, responde sonriendo: "Bueno, el Padre Marcelo fue nuestro asesor hasta que se fue a Schoenstatt, Alemania, así que...". Asunto aclarado.

El sueño de conocer el Santuario Original

Siempre tuvo el sueño de conocer el Santuario Original, cuenta José, el más joven de los tres. El sueño de profundizar en Schoenstatt, su historia, su espiritualidad. Cuando supo del voluntariado, se decidió a ir. Los otros dos se enteraron a través de él. Para Luis fue una decisión profunda: "Pregunté a la Mater: ¿Qué quieres de mí? ¿Quieres que sea tu instrumento? ¿Cómo?". Espera que el tiempo en Schoenstatt le aclare su camino de vida.

Es una experiencia única conocer el Santuario Original, afirman los tres. "Increíble, no pensé que Schoenstatt era tan grande", dice Luis. "Pensé en un Santuario, una casa, como en La Paz, pero es completamente diferente, es inmenso, aquí se ve que María cumplió con la obra de Schoenstatt". "No podía creer estar frente al Santuario Original cuando llegué", comenta Francisco. "Es una experiencia enorme".

Tienen una impresión muy positiva de la gente de Alemania. "No hablo alemán, nadie hablaba inglés ni español en Coblenza, así que no me podía comunicar cuando llegué", dice Francisco. "Pero todos me ayudaron, fueron todos muy amables; y una vez en Schoenstatt las Hermanas me ayudaron. La gente realmente se preocupa por los demás, es hermoso".

"Quiero llenarme de Schoenstatt para trasmitirlo a la familia"

Quieren aprender alemán, "para poder disfrutar más de todo lo que ahora no entendemos", y para "poder leer más del Padre Kentenich" y "trasmitir todo esto a nuestra familia". Es importante percibir que no están en Schoenstatt por sí mismos sino por la familia de Schoenstatt en Bolivia. "Quiero llenarme de Schoenstatt para trasmitir todo a Achumani", el Santuario de La Paz. "Queremos alimentarnos para la familia", dice Francisco. Ya estuvieron en todos los Santuarios de Schoenstatt. ¿Alguna experiencia especial? "Sí, la visita a la Casa Padre Kentenich, con la Hermana Maria Julia! Desde esta visita a ese lugar estoy cien por ciento seguro de que el Padre es un santo, gracias a la Hermana que nos contó tanto sobre él. No era como visitar un museo, era un verdadero encuentro con el Padre". El bunker y la "Virgen de su entrega como niño" son sus experiencias más profundas. "El que haya podido vivir sin luz en ese espacio limitado sin volverse loco...". ¿Por qué la Virgen? "Porque es el comienzo de Schoenstatt, el comienzo de todo".

La internacionalidad

Una de sus experiencias más impactantes es la de la internacionalidad de Schoenstatt. "Conocer gente de tantos países, vivir con suizos, indios, polacos, argentinos, alemanes, chilenos, en la misma casa, conocer tanta gente de culturas diferentes, es algo muy fuerte", dice José. "Aquí se siente que pertenecemos a una familia grande, rica, internacional", acota Francisco. "Somos tan diferentes, pero hay algo que nos une: el Santuario!".

También disfrutaron de unos "estudios culturales", es decir, la participación en el Carnaval en Mainz, Colonia y Vallendar.

"Nos sentimos privilegiados"

Les gusta el compartir con los Padres en la Vaterhaus en el Monte Sión, el ritmo que llevan en su vida diaria, el poder dar una mano a los Padres, las clases de alemán, el tiempo de oración... "Nos sentimos privilegiados", dicen. Es un tiempo que marca su vida. "Para mí", afirma Luis, "hay un antes y un después, este tiempo significa un cambio en mi vida".

Si alguien los invitase a compartir con los schoenstattianos de Alemania algo sobre Schoenstatt en Bolivia, ¿cuál sería su mensaje?

"En Bolivia, la familia de Schoenstatt tiene muy poca gente pero con un alto grado de compromiso. No tenemos tanta gente, ni tantos grupos y ramas, pero la poca gente que hay es muy comprometida. Los grupos crecen y atraen muchos más... Sabemos que depende de nosotros, los laicos, los jóvenes, los que somos Schoenstatt en Bolivia, lo que la Mater pueda hacer en Bolivia". Son pioneros, de verdad.