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 published: 2004-03-09

"Estoy convencido de que podría existir otra manera de hacer política"

Entrevista con Eduardo Nery Huerta, diputado nacional por el departamento del Alto Paraná (Paraguay), miembro del Movimiento de Schoenstatt

 
 
 
 
 
 
 
 
   
 

Fotos: © 2004

 

PARAGUAY, Javier Cabral. "Estoy convencido de que podría existir otra manera de hacer política", dice Eduardo Nery Huerta, de Ciudad del Este, diputado nacional que representa al departamento del Alto Paraná en la Cámara de Diputados de Paraguay. "Si tuviese que elegir un político como referencia, elegiría sin dudar al Padre Kentenich". Desde el año 1989 Eduardo y Sylvia Nery Huerta forman parte de la rama familiar en Ciudad del Este. Su grupo de origen se llamó Tiempo Nuevo. Para que ese tiempo nuevo sea de Dios, se dedica a la política.

Eduardo y Sylvia Nery Huerta forman parte actualmente del Circulo de Miembros N° 1 de la Liga Apostólica. (En Paraguay, los schoenstattianos que hacen la consagración de miembros dentro de la Liga Apostólica, se reúnen en círculos estables para continuar con su formación y cultivar la comunidad, algo tan caro a los latinos. N.R.) Han sido encargados de grupo, jefes diocesanos de la rama familiar y coordinadores diocesanos (este puesto, en nuestros países con pocos Asesores es el que correspondería, con algunas restricciones, al director diocesano. N.R.), cargo que dejaron en diciembre del 2002, para permitir que Eduardo se dedicara de lleno a la campaña electoral. Antes de eso nunca había incursionado en la política partidaria.

Y algo que no carece de importancia: en los tiempos de la construcción del Santuario en Ciudad del Este, fue el primer corresponsal de schoenstatt.de allí y en el Paraguay y además uno de los primeros corresponsales. La Cámara de Diputados es una de las dos cámaras que integran el Congreso Bicameral de la Nación paraguaya. La Cámara de Diputados está integrada por 80 Diputados que representan a los habitantes de los distintos Departamentos en los que se divide el país. Sus miembros son electos por un periodo de 5 años y pueden ser reelectos por otros periodos.

¿Cuál fue la motivación, el impulso, para que usted haya decidido dedicarse al campo político?

Desde hace varios años rezo todos los días pidiendo la luz que me permita identificar una misión a través de la cual pueda servir mejor. Siempre me ha resultado muy provechosa la "ley de la puerta abierta" y sorprendentemente precisas las "resultantes creadoras". No tengo suficiente espacio para entrar en detalles pero esas puertas abiertas me fueron conduciendo por un camino prolijamente señalizado hacia algo que nunca antes me había imaginado como un espacio de actividad personal y que más bien había aborrecido: la política.

¿Entiende el compromiso político como una vocación suya en lo personal y/o en lo schoenstattiano?

A esta altura de mi vida, con tantas gracias recibidas, me es muy difícil separar lo personal de lo schoenstattiano. No llegué a la política como fruto de la casualidad u oportunidad, ni siquiera la he buscado, sino como resultado de un largo proceso reflexivo, de discernimiento en oración, a través del cual la Providencia Divina me fue señalando el camino hasta el punto en el que estoy ahora. Por lo tanto me encuentro convencido, profundamente comprometido con la misión, con la "cooperación con la Providencia" y sigo, con alegría, transitando por un camino muy tortuoso, lleno de amenazas pero siempre, gracias a Dios, prolijamente señalizado y cariñosamente custodiado.

¿Tiene modelos de políticos a quienes sigue, o "personas políticas" que son modelos para usted?

No, no tengo modelos políticos. No me gusta la política tradicional, ahora que estoy en este terreno, estoy convencido de que podría existir otra manera de hacer política. No tengo aún muy claro el qué ni el cómo, pero estoy seguro que en algún momento el Padre me lo va a mostrar. Si tuviese que elegir un político como referencia, elegiría sin dudar al Padre Kentenich. Este fue un gran político, no el de la política partidaria, pero si un gran líder preocupado con el hombre y su decadencia, quien antes que sentarse abatido e impotente ante tantas señales de autodestrucción, de deshumanización, se lanza a la arena, fuerte y determinado, valiente y audaz, a intervenir con decidido protagonismo en búsqueda del hombre nuevo y una nueva comunidad.

¿Cuáles son los temas clave - para usted - de una política nueva para un mundo nuevo?

Sueño con una política más humana, más cercana a la gente, al individuo. Hoy los políticos estamos envueltos en la macro-política. Tendemos a pensar en lo grande, en la macroeconomía, la globalización, el acceso a los grandes mercados, los bloques de poder mundial. Domésticamente le dedicamos gran parte de nuestro tiempo al partido, al movimiento (partidario), a la campaña proselitista y relegamos mucho la problemática del individuo, de la persona y su dignidad.

Los acuerdos internacionales, la búsqueda de unidad entre los pueblos son tareas de fundamental importancia para cualquier estado, pero al mismo tiempo debe prestarse un especial cuidado de no perjudicar la diversidad, a la propia identidad. Si Dios lo creó todo tan diverso: la flora, la fauna, el hombre y su carácter, sus costumbres, por qué nosotros tendríamos que destruir esa maravillosa y compleja pluralidad. Horrorizados asistimos a la realidad de estar en un mundo cada vez más globalizado, donde se va perdiendo la diversidad cultural, la política, la humana.

Sueño y trabajo por la realización del sueño de pertenecer a una clase política que sepa articular un armonioso relacionamiento con el resto del mundo pero particularmente sensibilizada con las necesidades del individuo. Una clase política orgullosa de su propia identidad nacional. Una clase política que al construir su propia dignidad, pueda dedicarse de lleno a atender la dignidad de cada uno de sus compatriotas.

¿Cuáles son para usted los desafíos más importantes de su tarea?

Luchar contra "lo que se acostumbra" contra la convicción de que la política es así como es y no puede ser de otra manera. Luchar contra el desánimo de ver que no somos muchos los que hoy pensamos distinto y a la hora de cotejar mayorías casi siempre perdemos. Luchar contra las dificultades propias de hacer política con una sobre-exposición personal y familiar, a veces dolorosa. Luchar por no perjudicar demasiado a mi familia (buena parte de mis actividades se desarrollan a 327 Km de mi hogar)

El Padre Kentenich hablaba de "saltos mortales" para las decisiones de extrema delicadeza. Hoy, para adecuarnos al siglo XXI, podemos hablar del "Bungee Jump", calificado como deporte extremo, aquel que algunos destornillados practican lanzándose al vacío desde grandes alturas con el sólo seguro de una cinta elástica atada a sus tobillos. Hago esta comparación porque así me siento en este momento: siento que me lancé al vacío y toda mi confianza está en la cinta atada a mis tobillos: esa cinta es Dios. Aunque haya peligros, aunque a veces tenga miedo, en el fondo sé que la cinta está ahí, ella es segura.

¿Existe algo en la espiritualidad de Schoenstatt, en la vida del P. Kentenich, que le ayude en su tarea de hoy?

El acta de Prefundación siempre fue un documento de gran inspiración para mí: bajo la protección de María procuro ser una personalidad recia, libre y apostólica. El que pueda ser todo esto y sobre todo pueda transmitir todo esto, creo que será un gran político.

No me siento digno de parafrasear al Padre, pero quisiera poder decirles alguna vez a mis representados: me pongo enteramente a su disposición, con todo lo que soy y tengo, con mi saber y mi ignorancia, con mi poder y mi impotencia, pero sobre todo les pertenece mi corazón.

El carisma y el desarrollo del concepto de la "Fe Práctica en la Divina Providencia" es un regalo fantástico del Padre Kentenich, procuro ponerla en práctica todos los días.

Hay políticos del Movimiento de Focolares que se comprometen a trabajar por la unidad; otros, de la Comunidad Sant'Egidio, trabajan por la paz. Los políticos de Schoenstatt, ¿a qué se comprometen?

No creo poder hablar en nombre de los políticos de Schoenstatt, pero en lo personal hay un tema que me preocupa y me avergüenza: el Paraguay está considerado por Transparencia Internacional, como uno de los tres países más corruptos del mundo. No sé si esto es tan así, pero tampoco creo que esté muy lejos de la realidad. Nada parece estar demasiado mal en mi país, y si alguna actuación a todas luces es mala, hay justificativos personales, familiares o sectoriales que mitigan el dolor de conciencia.

Deberíamos colocar mucho el acento en la construcción de valores y el establecimiento de correctos paradigmas ético-morales. Este es un desafío no solamente para los políticos, sino para la población en general. Para los legisladores el desafío es más grande porque somos los representantes de ese pueblo, deberíamos ser el ejemplo, el espejo en el que ellos se miren y desde el cual proyecten sus propios valores y con esos mismos valores nos califiquen, nos exijan y elijan a sus próximos representantes.

En esa línea, la primera iniciativa legislativa de nuestra bancada ("Patria Querida") el año pasado, fue la presentación de un proyecto de "Código de Ética para la Cámara de Diputados". Esta es una de las instituciones más desprestigiadas del Paraguay y de alguna manera pretendemos recuperar el reconocimiento y la confianza de la gente. El proyecto no es solamente un enunciado de principios éticos sino que prevé sanciones para las inobservancias a esta normativa, a la Constitución y a las Leyes. Aun no hemos conseguido que el proyecto sea tratado en la plenaria, pero no perdemos la esperanza que en las próximas sesiones, por lo menos, pueda ser discutido.

¿Cree que pueda cambiar algo a través de su entrega?

Sin dudas, estoy convencido que esto es lo que Dios me está pidiendo y que si pongo todo lo que tengo que poner, algo se va a lograr. Además no estoy solo, pertenezco a una bancada excepcional, muy homogénea en valores, con estos compañeros la tarea se hace bastante fácil, nos apoyamos unos a otros. Por otro lado, es fácil identificar a varios muy buenos políticos en los otros sectores partidarios. Es importante mencionar que en mi bancada hay otros dos schoenstattianos: Olga López y Carlos Soler.

El Paraguay está muy mal, pero puede estar mejor. Tenemos todo para estar mucho mejor: Recursos naturales, sobre explotados pero aún abundantes, recursos humanos, un pueblo de mucha fe, profundamente mariano pero hoy desorientado. Somos pocos paraguayos para mucha tierra fértil, para mucha agua dulce que además de saciar la sed, regar nuestros cultivos, permitir nuestro esparcimiento y distracción, nos brinda una gran cantidad de energía. Sólo nos falta administrar mejor todo esto. En la medida en que con nuestro ejemplo y entrega podamos seguir sumando personas decididas a construir una nueva comunidad nacional, lo vamos a lograr.



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Last Update: 09.03.2004 Mail: Editor /Webmaster
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