CHILE/ARGENTINA, Hna. Alejandra Aguilar/ mkf. El 20 de marzo, schoenstattianos de la Argentina y Chile peregrinarán al Cristo Redentor, estatua monumental que se encuentra a 4200 m de altura, cuyo centenario se celebró el pasado 13 de marzo. Es una peregrinación de diversas instituciones de la Iglesia, tanto de Mendoza, Argentina como de San Felipe, Chile, organizada en esa fecha a pedido de ambos obispos. ¡Allí van los schoenstattianos!.

La estatua del Cristo Redentor fue asentada sobre las altas cumbres como homenaje al acuerdo limítrofe entre la Argentina y Chile. Cumplió 100 años el fin de semana pasado. "Esta monumental imagen de Cristo", dice un documento preparado para la ocasión por Ana E. Castro, de Mendoza (Argentina), "erigida sobre la cordillera, columna vertebral de Hispanoamérica, ha marcado el punto culminante de ese anhelo de paz y de unidad continental que inspiró la gesta libertadora desde los albores de la lucha por la independencia. Por eso la obra es imperecedera, más que por su valor artístico, por la fuerza de su valor simbólico. En la solemne ceremonia de su inauguración – el 13 de marzo de 1904 – el obispo de Ancud (Chile), Mons. Ramón Ángel Jara, expresó en sus palabras el anhelo de cuantos habían trabajado para que esa estatua se levantara en la cumbre: ‘Como Rey que vigila sus dominios, quedaos aquí Señor, tendiendo vuestras miradas de amor sobre la América entera. Que ninguna de estas naciones hermanas se escape al calor de vuestras bondades, a fin de poder entonar con ellas, en día no lejano y al pie de este mismo trono, el himno suspirado de la fraternidad americana’".

Peregrinación al Cristo en las alturas

Este año 2004, a pedido de los obispos de Mendoza (Argentina) y de San Felipe (Chile), la peregrinación anual con Mario Hiriart, que desde hace ya casi treinta años organiza el Movimiento de Schoenstatt el tercer domingo de marzo, se realizó el 20 de marzo. Fue una fiesta de Iglesia, el acto religioso de celebrar los cien años del Cristo Redentor, con la colaboración del Ejército, el Hospital de Uspallata, los laicos, los Obispos, los medios de comunicación,

Los jóvenes peregrinos pasaron la noche en las unidades militares de Uspallata y Puente del Inca (ambas en territorio argentino) y se trasladaron luego a la localidad limítrofe de Las Cuevas, desde donde a la 7.45 de la mañana comenzaron el ascenso hasta los 4.200 metros. Los jóvenes de Chile y de la Argentina ascendieron 2.500 m. en tres horas y media.

Los peregrinos de Mendoza – de donde partieron a las 6 de la mañana - llegaron a Las Cuevas a las 9.30 hs. Allí esperaron a que los jóvenes que fueron a pie desde Las Cuevas llegaran al Cristo, entonces les permitieron subir con vehículos. Mientras los autos suben la cuesta los schoenstattianos que llegaron de Chile, rezaron un rosario por la paz. Del lado argentino, desde las 8 hasta las 13 horas, hubo adoración al Santísimo en la capilla de Las Cuevas, donde permanecieron los que no pudieron subir.

¡El clima fue un regalo de Dios! Ni una sola nube, poco viento (para el lugar) y mucho sol. El ambiente fue de gran cordialidad, alegría y religiosidad. Participaron de Chile: el Obispo de San Felipe Mons. Cristian Contreras Molina y su Vicario General. Todos los seminaristas y formadores. Dos Padres de Schoenstatt, (Carlos Cox y Francisco García Huidobro). La Hna. Amelia, franciscana que trabaja para el proceso de Mario Hiriart y unos 500 laicos adultos, entre ellos matrimonios jóvenes con sus niños y 200 jóvenes.

De la Argentina estuvieron el Arzobispo de Mendoza, Mons. José María Arancibia; todos los seminaristas y formadores, dos Sacerdotes Orionitas; un Jesuita; dos Oblatos de María; cuatro del clero diocesano, varios sacerdotes de la Provincia de San Luis; el Obispo de San Juan. Representantes de comunidades parroquiales de Mendoza y religiosas de la Sagrada Familia, Dominicas, Misioneras Diocesanas. También el Padre de Schoenstatt Javier Arteaga, y las Hermanas de María M. Catalina Walsh y M. Alejandra Aguilar. En total, unos seiscientos argentinos.

La Banda del VIII Regimiento de Infantería de Montaña, del Ejército Argentino, interpretó canciones religiosas mientras los peregrinos iban llegando a la cima y luego, al inicio del acto, los Himnos Patrios de la Argentina y de Chile. A continuación se leyó el mensaje del Santo Padre, alentando e impulsando a construir la paz y a estrechar lazos de fraternidad entre ambos países. Luego se inició la celebración de la Sta. Misa. Todo se realizó con orden y alegría y mucho espíritu de oración. Se sentía que todos querían crecer en unión a Cristo, Rey de la paz y la unidad de los pueblos. Después de la Sta. Misa, se renovó el compromiso de ambos pueblos por la paz y la unidad latinoamericana; Monseñor Arancibia invitó al pueblo de Dios a unirse a esta oración por la paz en todas las capillas y parroquias de la Arquidiócesis.

A continuación los agradecimientos, los aplausos y las hurras a los dos países, a sus pueblos, a Cristo, a María, etc.

Una ermita a 4.200 m de altura

Luego, los schoenstattianos fueron al refugio en la cumbre del Cristo Redentor y allí le ofrendaron ese lugar a Jesús y a la Mater como símbolo del compromiso de Schoenstatt por lograr estos grandes objetivos.

Tras varios meses de tramitación, la Familia de Schoenstatt de Mendoza consiguió el permiso requerido para entronizar sobre una de las paredes del refugio, una ermita-Santuario con la Mater, la Cruz de la Unidad, imágenes de las banderas del continente y el "sueño latinoamericano" de Mario. Quizás ésta sea la ermita más alta del mundo: a 4.200 metros sobre el nivel del mar. Allí se entregó al Obispo de Mendoza, a Chile, y a la Familia mendocina, el documento de adhesión de la Familia de Schoenstatt en Ushuaia. Fue un encuentro pleno de gracia y una fuerte experiencia de Familia por esa adhesión y la de las Profesionales de Resistencia (Chaco), y de otras comunidades.

Unido a lo del Cristo Redentor, en Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, la provincia más austral de la Argentina, se entronizará la imagen de la Mater y una cruz de la unidad en el Hito XXIV, que marca el limite argentino-chileno junto al lago Roca. Es el último mojón del continente: más allá sólo el mar y la Antártida... Para llegar al lugar, la Familia de Schoenstatt de Ushuaia se trasladará en auto para luego atravesar a pie el bosque, subiendo la montaña a pie, por casi 5 Km. El Gobierno de la Provincia adhirió a esta celebración declarándola de interés provincial.