SCHOENSTATT, P. Marcelo Aravena. Alois Andritzki (1914-1943) es el nombre de un joven capellán servio fallecido a raíz del trato brutal recibido por los sacerdotes en el campo de concentración de Dachau. Probablemente su muerte fue provocada por una inyección letal. Andritzki agonizaba en aquel entonces, víctima de tifus. Para la administración del campo de concentración, él era tan sólo una molesta preocupación que les acarreaba un lastre, por lo cual, lisa y llanamente, fue ultimado.

Alois fue otra víctima más de Dachau, una figura desconocida que, sin embargo, comienza a dar que hablar. Nació en Radibor-Silesia, cuarto entre seis hermanos. Sus dos hermanos mayores fueron también sacerdotes. Por sus "actividades sediciosas" contra el régimen nazi – encarnizado principalmente con los jóvenes - fue detenido y llevado preso al campo de concentración. Según datos históricos, Alois era un sacerdote muy vital, trabajador, alegre, además de acróbata. Alegraba a sus compañeros de prisión caminando con las manos, seguramente una imagen excéntrica y entretenida para quienes vivían en el infierno de Dachau, como se lo conoce comúnmente (P. Sales Hess, págs. 123; 201, KZ Dachau- eine Welt ohne Gott).

Ingresó al campo de concentración el 2 de octubre de 1941, tras haber sido detenido por la policía nazi en dos oportunidades, habiéndose transformado en "persona peligrosa" para el régimen de Hitler y sus secuaces. En el campo de concentración, adhirió a uno de los grupos de Schoenstatt, liderados por dos sacerdotes schoenstattianos: Josef Fischer y Heinz Dresbach. Poco tiempo más tarde, cinco meses después, ingresó a ese campo de concentración el Padre José Kentenich, acusado de los mismos delitos.

Actualmente, el obispo de Dresden, Monseñor Joachim Reinelt, es el promotor del proceso de canonización del joven sacerdote. El prelado confía que en la próxima jornada mundial de la juventud del 2005, el Papa Juan Pablo II pueda declararlo beato, como ejemplo y testimonio de fe a toda prueba (DT/KNA13.12.2003). Para tales efectos se constituyó la asociación Cyrill-Methodius-Verein e.V.

De una entrevista a Monseñor Hermann Gebert, miembro del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, hemos recabado valiosa información sobre Andritzki, que nos acerca más a la figura del candidato al honor de los altares.

¿Cómo fue su encuentro con el Padre Alois Andritzki?

En primer lugar, llegué a la persona de este capellán a través de los sacerdotes José Fischer y Heinz Dresbach, ambos schoenstattianos, quienes convivieron con él en el campo de concentración, brindándome algo de información sobre su persona. Además, me había propuesto la tarea de realizar biografías breves (60) sobre los sacerdotes que estuvieron en contacto con Schoenstatt en el campo de concentración de Dachau.

¿Qué podemos destacar de la biografía de este sacerdote, en particular?

Alois Andritzki perteneció a un círculo de reflexión schoenstattiana, como simpatizante. Lo notable es que a ese grupo perteneció también el beato Carlos Leisner, además de Ricardo Henkes (sacerdote palotino) y Gerardo Hirschfelder (párroco alemán), cuyos procesos de beatificación ya se han iniciado. El Padre José Fischer me contó personalmente que Andritzki estaba en camino de ser schoenstattiano.

Hay dos aspectos que nos revelan más de su persona. El primero de ellos es que, además de ser boy-scout, era buen deportista también, por lo que, para divertir a sus compañeros de prisión, caminaba largo rato sobre sus manos. Esta prueba de acrobacia llegó a su fin al decaer sus fuerzas. Cabe recordar aquí que los años 1941 y 1942 fueron años de gran hambruna en el campo de concentración. El segundo es que, para la Navidad de 1941, pintó una escena de la Sagrada Familia en Belén, con materiales muy rudimentarios. Pese a no ser una gran obra de arte, esta pintura fue motivo de enorme alegría para quienes visitaron la capilla del bloque 26, donde se encontraban alojados los sacerdotes en cautiverio. Seguramente el ejemplo de Andritzki animó a muchos de sus compañeros.

¿Cómo fue el final de la existencia de Andritzki?

Bueno, aquí sólo podemos citar lo que Lenz afirma sobre su muerte (P. Lenz, Christus in Dachau, pág. 244). Andritzki se habría enfermado de tifus en la Navidad de 1942, información que se reportó a la enfermería recién a mediados de enero. Cuando estaba agonizando, solicitó recibir la comunión. El guardia, con sorna, responde: Quiere a Cristo, vamos a darle una inyección. El 3 de febrero de 1943 Andritzki muere a causa de envenenamiento o sobredosis de algún elemento químico, poco antes de recibir la absolución. Su cuerpo fue desmembrado e incinerado en el crematorio, al igual que todos los demás cadáveres. Su funeral se efectuó el 15 de abril de 1943 en Dresden, diócesis de Meissen.

¿Cuál podríamos decir que es el sentido de su muerte, y qué mensaje nos deja?

Esto debería ser considerado dentro de los motivos de su aprensión (en enero y agosto de 1941). Según consta en las actas, fue encarcelado por sus actividades pérfidas y maliciosas contra la juventud y el estado. En última instancia, él dio su vida por el Reino de Dios y murió, como mártir, a causa de los malos tratos ocasionados en prisión. Es modelo y ejemplo de santidad sacerdotal.

¿Por qué Andritzki es importante para usted?

Es importante no sólo para mí sino para toda mi comunidad. Es un deber de fidelidad y gratitud, por parte de la comunidad de los sacerdotes de Schoenstatt, que todos los sacerdotes que ofrecieron su vida en el campo de concentración sean incorporados a la lista de los mártires santos de la iglesia.

¿Cómo se puede apoyar el proceso de beatificación que Monseñor Joachim Reinelt viene impulsando desde 1998?

Dando a conocer la figura de Andritzki, especialmente a los sacerdotes, también dentro de la Familia de Schoenstatt internacional, sobre todo en Europa del Este. Otro aspecto primordial es pedir su intercesión, rezar por su proceso de beatificación y – lo que no es menos importante - brindar algún apoyo económico, dado que todo proceso de beatificación requiere financiamiento.

Muchas gracias, Monseñor Gebert, por su tiempo y disponibilidad para con nosotros en este reportaje.