El Santuario de Córdoba, bendecido 2002 The Shrine in Córdoba, blessed in 2002 Das Heiligtum in Córdoba, eingeweiht 2002
El interior del Santuario Córdoba The interior of the Shrine in Córdoba Das Innere des Heiligtums in Córdoba
Santuario de la Vida y de la Esperanza Shrine of Life and Hope Heiligtum des Lebens und der Hoffnung
Capilla "Nuestra Señora de Schoenstatt" Chapel "Our Lady of Schoenstatt" Kapelle "Unsere Liebe Frau von Schönstatt"
Interior de la capilla Interior of the chapel Altarraum der Kapelle
Recuerdos: despedida del P Juan José en Ciudad del Este Memories: farewell party for Fr. Juan José in Ciudad del Este Erinnerung: Abschiedsfeier für P. Juan José in Ciudad del Este
Casa Padre Francisco Reinisch Father Franz Reinisch House Pater-Reinisch-Haus
Fotos: Cabral © 2004

ARGENTINA, Javier Cabral. El Santuario del Cerro de las Rosas en Córdoba, el Santuario de la vida y la esperanza, tiene - como el de Tucumán, último en la serie de 'Una visita al Santuario de...' – una vinculación especial con schoenstatt.de. Es el primer Santuario cuyo "nacimiento" desde la conquista espiritual, la primera palada, la bendición de la piedra fundamental, fiesta del campanario, bendición y primer aniversario, fue tema de artículos en schoenstatt.de. Este Santuario fue visitado, en su viaje por la Argentina, por Javier Cabral, corresponsal de schoenstatt.de en Ciudad del Este, Paraguay.

Llegamos a la ciudad de Córdoba, llamada "la Docta" por ser sede de una de las Universidades más antiguas de América, y por su rico acervo cultural y tradicional. La rodea un paisaje de sierras, con muchas hierbas medicinales... y todo tipo de alfajores. Luego de alojarnos fuimos a conocer los Santuarios de la ciudad. El primero, por estar más cerca del centro, fue el del Cerro de la Rosas. Lo divisamos desde la calle. Llama la atención por su color claro, refleja luminosidad. El techo es de tejas. (El otro Santuario está en Villa Warcalde, en las afueras de la ciudad, y fue bendecido en 1968. Es un lugar de peregrinaciones multitudinarias. N.R.)

"Un siervo de María nunca perecerá"… ¡en castellano!

Entramos y notamos un piso muy lindo de color claro. La puerta no tiene inscripciones en la parte superior. Algunas novedades para nosotros: la piedra fundamental se encuentra adentro, en el escalón de acceso al altar y en el marco luminoso, las palabras: "Un siervo de María nunca perecerá"… ¡en castellano!

Algo muy interesante es que en el interior del Santuario hay pocos símbolos conquistados, creo que es un indicador de su juventud, de toda la vida que tienen por delante, donde todo está para ser conquistado, sin apuro, paso a paso. (como lo dice un canto folclórico: "al trotecito va, el burrito cordobés")

El Santuario está en un predio donde se encuentran varias construcciones y que fue cedido a los Padres de Schoenstatt por la colectividad alemana residente en Córdoba. Está la Capilla Nuestra Señora de Schoenstatt, que tiene unos hermosos arcos y en el altar, una pared con un hueco en forma de cruz permite que la luz venga de atrás.

Está la casa de la Juventud Masculina llamada Padre Francisco Reinisch; también la librería donde atiende la Sra. Andrée y al lado, la Casa de los Padres.

"Sólo 500 pesos devaluados"

A la noche participamos de la Santa Misa oficiada por el Padre Juan José Riba, cordobés, que fuera el fundador de la Juventud Masculina de Ciudad del Este en el año de 1989. Más tarde fuimos a cenar con él y luego tomamos unos helados riquísimos.

Nos contó de los sacrificios y las dificultades que tuvieron que superar durante la construcción del Santuario del Cerro de las Rosas. Al inicio no tenían casi nada de dinero: "Sólo 500 pesos devaluados"

Comenzaron cinco días después del atentado del 11 de septiembre a las torres gemelas de Nueva York, como un signo de esperanza. Un detalle interesante en esa etapa fue la corriente de piedras vivas, en que cada miembro de la Familia fue conquistando la suya. Luego se colocaron las piedras, debajo del altar, como un signo de ofrenda a la Virgen.

Miles de pequeños y grandes sacrificios

Durante una campaña de donación de ladrillos, cada uno aportaba según su disponibilidad. Recordó el caso de una nena que tenía unos 12 ladrillos para donar y los colocó uno al lado del otro, para mostrar cuan larga era su ofrenda. También el caso de la señora que pensaba ampliar su vivienda y en vez de hacerlo, donó los ladrillos para el Santuario. Fueron miles de pequeños y grandes sacrificios anónimos con los que construyeron espiritualmente la casa de la Mater.

Algo especial por su belleza es el altar. Fue realizado por un artesano local llamado José. Cada una de las partes está realizada artísticamente. Para el Padre Juan José en ese momento fue un regalo del cielo y hoy es un orgullo.

N.R.

• Noticias sobre la salud del P. Juan José Riba
• Testimonio del P. Juan José Riba