Quiero ser una estrella en el pesebre de Schoenstatt...Navidad en Schoenstatt 2003 |
SCHOENSTATT, mkf. Había una finísima capa de nieve el 24 de diciembre en Schoenstatt, transformando el escenario en el "típico" de Navidad para el hemisferio norte. Lo típico de la Navidad en Schoenstatt no es la nieve, sino la internacionalidad – muy palpable este año en la presencia de un grupo de unos 20 cristianos japoneses -, las estrellas que llegan desde todos los rincones del mundo schoenstattiano y los "Diez minutos junto al pesebre" llenando de niños y adultos la Iglesia de la Adoración desde el 26 de diciembre. Por un instante, al comenzar la Misa de Nochebuena, minutos antes de la medianoche, los participantes alemanes se sintieron como el resto de los participantes provenientes de Japón, Chile, Argentina, Ecuador, India, Sudáfrica: no entendieron nada cuando Monseñor Zimmerer saludó a los presentes en inglés, español y japonés. El grupo de Japón se situó en los primeros bancos, radiantes de felicidad ante la experiencia de poder participar en una Misa tan festiva y celebrar la Navidad junto a una cantidad tan grande de cristianos. El contacto con Schoenstatt se había desarrollado a través de la Hna Elisabeth, Hermana de Maria de Japón que vive y trabaja en Rottenburg, al sur de Alemania. Los japoneses, en los días previos a la Navidad, visitaron los diversos lugares de Schoenstatt para rezar, comprar algunos recuerdos ... El día de Nochebuena, antes de la Misa, se celebró en la Casa Sonnenau una Navidad de las naciones, con participantes de Japón, Sudáfrica, Francia, Chile, México, Argentina, Ecuador, Alemania... Villancicos a las 2 de la mañana...Cada año, la Misa de Nochebuena tiene como broche de oro la oración de los sacerdotes frente al pesebre. Durante varias semanas se construye el pesebre con todos sus detalles; a lo largo de los días de la novena de Navidad llegaron los pastores, la vaca y el burro, María y José... y en la Nochebuena, el Niño Jesús, con sus brazos abiertos invitando a todos: acérquense a mi pesebre... A esta Misa llegaron los sacerdotes para rezar, en nombre de los participantes y de la familia de Schoenstatt entera, por todos los que se acercaron y se acercarán durante estos días al pesebre, creyentes y no creyentes, fuertes y débiles, en busca de paz y justicia, quienes sufren, quienes dudan, quienes confían... Entre cada párrafo de la oración se canta "Noche de paz", y... es Navidad. Después de la Misa, a las 2 de la mañana, resonaban aún las melodías de los villancicos interpretados por una banda de música, al son de trompetas... en el exterior de la Iglesia de la Adoración, rodeados del frío y la oscuridad de la noche, mientras se intercambiaban saludos de Navidad... "Un lugarcito en el pesebre de Schoenstatt""Fue una emoción muy grande sentirme tan cerca de los orígenes, allí donde dio comienzo este gran regalo del Padre", comenta Nora Bracci de Villa Ballester, Argentina, pocos días antes de la Navidad, mientras seguían llegando mensajes con nombres para las estrellas en el Santuario Original y la tumba del Padre. Sin tomar un vuelo, llegaron centenares de personas a través de internet, acercando a miles y miles de seres queridos suyos al pesebre en Schoenstatt. Llegaron más de 3300 nombres desde Brasil, seguidos de cerca por Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Estados Unidos, Zimbabwe, Alemania, Austria, El Salvador, Paraguay, México, Panamá, Costa Rica, Italia, España, Portugal ... "Gracias por permitirnos ser parte de las estrellas-corazones que se unen para adorar al Niño que nos salva", escribe Mónica Malatino, de Puerto Madryn, Argentina. "Al abrir la página de Schoenstatt, me enteré de los mensajes que pueden mandarse a nuestro Santuario para el día 24.... por este medio y, humildemente, le suplico poner los nombres de mi familia en el sitio indicado. ¡Qué buenos son la Mater y nuestro Padre Fundador conmigo, pues necesitaba algo para que ese día tan hermoso, el 24, estuviera completo y lo encontré", escribe Julieta Escobar. Llegaron muchos, muchísimos mensajes con innumerables nombres: nombres de familias, de personas enfermas, de chicos, de vecinos, de políticos... Está el Santo Padre en las estrellas, los víctimos del sismo en Irán, y también los pequeños que sufren por el divorcio de sus padres... Lo que escribió Isabel S. desde Tandil, Argentina, toca el secreto de lo que significan estas estrellas, no sólo para quienes envían los nombres, sino también para Jesús y la Mater: "La verdad es que tengo mucho para agradecer, por ende, creo que las estrellas pueden llegar a ser muchas... En realidad, es una estrella. Se llama el corazón de Isabel S. M.". Diez minutos junto al pesebre - junto al Niño Jesús, que llega para todosA las 2 y media de la tarde del 26 de diciembre, se ocupó el último lugar en la playa de estacionamiento... los autos que siguieron llegando tuvieron que buscar un lugar más distante ("Estuve donde las vacas!!!") o aparcar en la calle (cerrando el acceso). Y este caos, que normalmente provocaría un dolor de cabeza a las Hermanas del Monte Schoenstatt, les alegró de corazón. Es el primer día de los "Diez minutos junto al pesebre", en el que la Iglesia se llena de más gente que nunca en el primer día de los siete años que tienen de vida los "Diez minutos". Es tal como siempre: villancicos, acompañados por Hermanas con guitarras, teclado y flautas; niños con estrellas de papel, campanitas, disfrazados de pastores, estrellas, ovejas, de María y José, escribir los nombres de sus seres queridos en estrellas, rezar un poco, cantar, y regresar a casa o tomar un té - sin sentirse obligado a unirse a un grupo, inscribirse para una jornada, asistir a una catequesis. Hay unas 1000 personas el 26 de diciembre, y prácticamente, cada día después, no son menos las que vienen, lo cual son cifras importantes para el Schoenstatt alemán. "Lo que más me gusta a mí es que viene gente totalmente normal", dice la Hna. Gertrud Maria, asistente de la Federación de Familias. "Que todos pueden llegar, sin condiciones previas...". "Somos de Krefeld", comenta un matrimonio de unos sesenta años. "Todos los años viajamos dos horas desde Krefeld para participar, este año vinimos con dos autos porque invitamos a vecinos y amigos!". - Aunque la gran mayoría de los participantes proviene de los alrededores de Schoenstatt, hay familias que están a dos o tres horas de viaje. El sábado 27 de diciembre se hizo presente un coro de hombres para participar. "Los participantes de las 15 horas no abandonaron la Iglesia tras los 10 minutos - que en realidad, gracias al coro, se extendieron a 40 minutos - por lo cual los que llegaron a las 16 horas para los 'diez minutos' no pudieron entrar. No había niños entonces!!", dice Martina Rasch, que desde hace tres años colabora con los Diez Minutos durante su tiempo de vacaciones. "Mientras buscaba niños, le comenté en broma a unos adolescentes: Pueden hacer ustedes de María y José! Para mi sorpresa, dijeron que sí y a continuación, acompañados por unos pastorcitos de 3 o 4 años, entraron, con ropaje un tanto corto, un José y una María de 17 o 18 años...". Hay chicos que acuden cada día con sus padres, tíos o abuelos. Ya saben exactamente cómo se sucede todo... Es una experiencia de Navidad para todos, la experiencia de acercarse, sin miedo y sin obligaciones, al Niño Jesús que llega para estar con los hombres, con todos y cada uno de ellos. |
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Last Update: 30.12.2003
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