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 published: 2003-12-19

Nací para llevar una Bandera

Entrega de la nueva bandera de la Juventud Femenina de Guayaquil "Sí Padre, Campo de Azucenas"

 
 
 
 
 

Fotos: © 2003

 

ECUADOR, Guayaquil, Angie Santos. La Juventud Femenina de Guayaquil, cuyo ideal es "Sí Padre, Campo de Azucenas", el 13 de diciembre de 2003 se reunió para entregar solemnemente la nueva bandera, réplica de la original, que estuvieron bordando física y espiritualmente por largo tiempo. La culminación de esta ceremonia fue en las alturas, en la cima del cerro Santa Ana, un lugar turístico y emblemático de Guayaquil, al pie del Río Guayas.

"Y luego llegó el momento esperado por todos... hasta este momento la bandera había estado envuelta en el asta. Nadie la había visto... así que primero se hizo un baile alrededor de la bandera: ocho chicas danzaron vestidas con trajes de las cuatro regiones del Ecuador, con la música de fondo de Bandera Azul. Nadie podía creerlo cuando de repente Tati Correa, que tenía la bandera, la abrió y la dejó flamear. Muchos llorábamos y todos cantábamos muy fuerte" cuenta, emocionada, María Cecilia Avilés, una de las fieles y entusiastas dirigentes de la Juventud Femenina.

Como el tapiz de la vida

Con su fondo azul y su bordado blanco y plateado, la nueva bandera de la Juventud Femenina de Guayaquil parece ser el símbolo de la historia de esta Juventud. Se la puede comparar con la imagen del tapiz que nuestro Padre y Fundador utilizaba como símbolo de la Divina Providencia. Durante nuestra vida vemos el reverso del tapiz, sus nudos y cruces de hilos, sus contradicciones y complejidades. Pero Dios mira el tapiz desde arriba, por el lado derecho y ve el conjunto en su orden, contempla la realización del diseño previsto. Estos nudos podríamos verlos en dos acontecimientos: la corona RTA (Regina Ter Admirábilis) de la Juventud Femenina internacional, bendecida por el Padre y regalada por él Juventud Femenina de la diócesis de Münster, Alemania, se perdió cuando era enviada a Alemania desde Ecuador, en el año 1999. La bandera original del "Campo de Azucenas" se perdió también, en el año 2001. Pero estos sucesos, lejos de desanimar a las jóvenes encendieron en ellas el impulso de vivir más fielmente el ideal de la juventud que nuestro Padre y Fundador les legó, el encarnar la imagen de María Inmaculada.

Renovándose en la fuente

Luego de perderse la bandera hicieron una réplica sencilla, pero pronto se dieron cuenta que necesitaban tener una nueva bandera. No podían simplemente encargar el bordado, sino que cada puntada debía estar respaldada por aportes al capital de gracias y oraciones. Y así se lanzaron a la conquista. En todos los grupos se trabajó en el simbolismo de la bandera y la historia de la Juventud de Ecuador.

La bandera original fue conquistada por la Juventud de principios de los años ochenta. Una juventud fiel y sacrificada que en su mayoría sigue comprometida con Schoenstatt en las diferentes ramas adultas y cuyas hijas ya participan activamente en la Juventud actual.

Y también lo original de la actual generación

Entre los símbolos de la bandera original había una corona, imagen de la que había conquistado la Juventud en sus inicios. Entonces se plantearon la posibilidad de cambiar el diseño de la corona con una que las identificara más, por supuesto, con la de la RTA. Esa imagen de corona la habían conquistado las Aliadas (secundarias) el año 2002 para coronar a María, su "Reina del Amor Puro y del Sacrificio Fiel". En agosto de este año la Juventud en pleno, organizó una jornada en la cual miembros de las diferentes generaciones de la Juventud Femenina dieron sus testimonios. Luego de conversar y reflexionar, con el repique de las campanas del Santuario anunciaron que la Juventud Femenina tenía una nueva corona y que su imagen estaría plasmada en la réplica de la bandera que se mandaría a bordar. Emocionadas, las jóvenes del círculo de Militantes contó que desde hace varios años, habían recibido por intermedio de la Hna. M. Montserrat, una pequeña réplica de la corona RTA, enviada para ellas por una Hermana de María del curso RTA, curso que coronó junto al Padre a nuestra Reina, e inició la corriente de coronación que continúa hasta nuestros tiempos.

Hasta la cumbre: 444 escalones hasta el faro para enarbolar ahí la bandera.

Cuando la bandera estaba casi lista, fijaron la fecha para su entrega oficial: 13 de diciembre. "Fue un momento hermoso, éramos alrededor de doscientas personas" cuenta María Cecilia. "Iniciamos la ceremonia en la Ermita del Padre, junto al Santuario, en donde, recordando la primera generación de la Juventud Femenina ecuatoriana, la Hna. M. Virginia le entregó una patena al Padre y se leyó la carta que él envió a la Familia de Ecuador y que fue su legado espiritual. Luego cantando bajamos al Santuario, donde en representación de la segunda generación, Mapi Medina, le entregó a la Mater el cuadro de la campana "La Anunciación" como símbolo de que esa generación conquistó el Santuario y cada uno de sus elementos. Luego le dejamos azucenas a la Mater y encendimos una velita como símbolo que desde ahí y con su bendición, salimos hacia el faro de Guayaquil, que está en la cima del Cerro Santa Ana, al pie del Río Guayas... El día estaba espectacular, no hacía mucho sol, y así nos lanzamos a subir los 444 escalones para llegar a la cumbre del faro y poder descubrir ahí la bandera.

Íbamos cantando y recordando a las generaciones que nos habían legado la herencia A mitad de la subida, paramos para recordar a la tercera generación. Ellas nos entregaron como herencia nuestro ideal de JF y la bandera. Lorgia de Loor, en representación de esa década nos entregó el símbolo de la bandera "Presencia del Padre, Hogar para el Mundo". Continuamos nuestro camino y empezamos a rezar el Rosario en la subida y así llegamos al faro, todos estábamos cansados, pero la Reina lo merecía, todo para el Capital de Gracias. ĦQue nada se desperdicie!"

Puntadas en cada situación de sus vidas

Muchas historias se entretejieron y la nueva réplica es símbolo de una juventud con un sólido fundamento schoenstattiano y con cientos de vidas comprometidas con la Reina del Campo de Azucenas.

" Cuando llegamos al faro nos ubicamos en el espacio que hay ahí, y empezamos el acto solemne. Primero participó la ultima generación, y ahí se le entregó a la Mater la corona RTA, por manos de Lorena Sánchez, como símbolo de la coronación de las Aliadas en esa generación. Luego se fue formando la bandera con cada uno de los símbolos que habíamos conquistado, y la Bandera que hicimos durante todo el año y donde íbamos pegando nuestros aportes al Capital de Gracias."

El trabajo de todo el año de la Juventud estuvo enfocado en la conquista de la bandera. Sus símbolos se trabajaron relacionándolos con la espiritualidad de Schoenstatt: El Ojo del Padre: la Divina Providencia, la gran Azucena y el Santuario: la Alianza de Amor, las pequeñas azucenas en el mundo: la santidad de la vida diaria, y los rayos que salen del mundo: la espiritualidad del instrumento. Su capital de gracias fueron muchos sacrificios y oraciones: "puntadas" para la nueva bandera.

La mitad de la Juventud Femenina tenía el corazón en el río...

"Y así le hicimos una oda a la bandera, compuesta por Silvia, una de las chicas, y que leyeron Magda (jefa de la Juventud) y Mariuxi (una aliada). ĦEstuvo hermoso!, Y así acabábamos el Acto, entramos en la capilla y de repente tuvimos la oportunidad de izar la bandera en las astas de las banderas del faro, así que la amarramos fuerte y la empezaron a subir Magda y una chica de Quito. Cuando ya estaba llegando arriba, de repente se rompió la tira que sujetaba la bandera en la parte de arriba y también se rompió la cuerda. En dos segundos la bandera iba cayendo y el viento se la llevaba... la mitad de la JF tenía ya el corazón en el río listas para lanzarse a recogerla. Gracias a Dios no se fue de largo, la recuperamos y por supuesto que después del susto la quisimos guardar, pero nuevamente la subieron al faro para que flameara allí. Luego la bajaron para llevárnosla al Santuario...

Fue una tarde espectacular, creo que el cansancio que sentíamos no era nada comparado a la alegría de ver flamear a nuestra bandera y, con ella, nuestros ideales más altos de santidad".



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Last Update: 23.12.2003 Mail: Editor /Webmaster
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