"Madre te saludo, salúdame tú a mí".13 de diciembre de 2003: bendición del Santuario de Schoenstatt en Lima, Perú, con la asistencia del Cardenal Juan Luis Cipiriani y unos mil quinientos peregrinos |
PERÚ, Manuel Huapaya. "Madre te saludo, salúdame tú a mí". Palabras de nuestro Padre y Fundador que tomó el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima durante su homilía en la bendición del primer Santuario de Schoenstatt en Lima, capital del Perú. Eran alrededor de las 5,30 de la tarde, los rayos del sol aún se resistían a abandonar del todo el lugar, cuando comenzó uno de los momentos más esperados por años. Para muchos de los allí presentes hacía más de veinte años que Schoenstatt había llegado al Perú y desde entonces el anhelo del Santuario había ido siempre en aumento. Momentos antes de dar inicio a la ceremonia se veían llegar peregrinos de diferentes lugares: Chile, Ecuador, Portugal, Paraguay, Alemania, así como hermanos del interior del país. No faltaron los viejos camaradas, aquellos que estuvieron en los albores de la fundación y que hoy por diferentes razones no participan en el Movimiento, pero que ahora habían hecho un alto para ir a saludar a su Reina y darle la bienvenida en su nuevo hogar, en su terruño definitivo. Entrega de las llaves del SantuarioComenzó la ceremonia con la procesión de entrada, encabezada por las diferentes banderas de las ciudades, la del Vaticano y las de algunas de las Ramas existentes en las diócesis. Luego de una corta presentación y de un breve saludo de los Coordinadores Diocesanos, los señores Ruperto Escobar y Franz Scamarone, profesionales encargados de la construcción del Santuario hicieron entrega de las llaves del Santuario al Sr. Cardenal como signo del servicio íntegro que Schoenstatt quiere ofrecer a la Iglesia, tal como lo enseñara el Padre y Fundador. El Santuario, un signo vivo de la presencia de DiosDurante su homilía el Cardenal destacó el ejemplo de la vida del P. José Kentenich y animó a la concurrencia a vivir según su ejemplo y según el ejemplo de María; a que transformen el Santuario en un signo vivo de la presencia de Dios. Luego de rociar con agua bendita los muros exteriores del Santuario y de llevar el Santísimo Sacramento al sagrario, llegó el momento tal vez más esperado por los que allí se encontraban: la Mater tomaría posesión de su hogar. Un grupo de niñas vestidas de blanco y con cestas llenas de pétalos de rosas bordeaban el camino a seguir por la imagen. Las luces se apagaron y un inmenso faro iluminaba directamente al cuadro que avanzaba en procesión. A su paso las niñas esparcían sobre la imagen sus pétalos de rosas , mientras la acompañaban los jefes de las ramas, fieles custodios de la vida de nuestro Movimiento. Junto a la puerta del Santuario el Cardenal Cipriani esperaba su llegada. "Señor, átame, átame a tu Santuario..." entonaban los allí reunidos, y saludaban a la Madre y Reina Tres Veces Admirable a su paso. Una imagen de la Mater para el CardenalMinutos mas tarde el cuadro era colocado en el interior del Santuario y el P. José Luis Correa hacía entrega al Cardenal de un hermoso presente: la imagen de nuestra Mater. Su eminencia miró el cuadro, lo alzó como señal de gratitud y lo besó como gesto de amor a la Santísima Virgen. Había culminado la Eucaristía y la bendición del Santuario, y los allí reunidos, alrededor del mil quinientas personas, reflejaban en sus rostros gestos de jubilo y gozo. Muchos con sus ojos llenos de lágrimas y emocionados por tan vibrante acontecimiento no hacían más que dar gracias a Dios por tan inmenso regalo. Los abrazos y los besos entre hermanos no se hicieron esperar: después de tan larga faena se había logrado el objetivo. El Santuario tan anhelado ya había sido bendecido y con ello se inicia una nueva etapa. GratitudTan inmensa obra y tarea amerita menciones especiales: a los coordinadores diocesanos del Movimiento de Schoenstatt en La Molina, Soledad Alarcón y Cristian Aguilera (Rama de Matrimonios), a Jaime Carrillo (Jefe del equipo que organizó la bendición del Santuario), a la Juventud de Schoenstatt del Callao, por su inmensa colaboración y sacrificio. Con la bendición de este Santuario de La Molina, en Lima, son ya dos los Santuarios de Schoenstatt en el Perú. |
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Last Update: 19.12.2003
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