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Aquiles y Fátima Sotillo, jefes de la familia de La Paz, Bolivia, el día del aniversario del Santuario Aquiles and Fátima Sotillo, leaders of the Schoenstatt family of La Paz, Bolivia, on the day of the anniversary Aquiles und Fátima Sotillo, Leiter der Schönstattfamilie in La Paz, Bolivien, am 11. Jahrestag des Heiligtums |
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El regalo del Padre es el Santuario The gift of the Father is the Shrine Das Geschenk Pater Kentenichs ist das Heiligtum |
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El Santuario embanderado, el día del aniversario The shrine with the "feastday ribbon" on the anniversary Das Heiligtum im Festtagsschmuck am Weihetag Fotos: Loetz © 2003 |
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BOLIVIA. Aquiles y Fátima Sotillo/maa. El 21 de noviembre, se celebró en Achumani, La Paz, el 11° aniversario del Santuario más alto del mundo (por el lugar donde está construido). Ha sido motivo para la Familia de Schoenstatt en La Paz no sólo para agradecer, sino también para mirar hacia atrás, a los comienzos, y comprometerse con el mensaje que tiene para hoy, para seguir construyendo a diario el Reino de Dios en la tierra.
El Santuario estuvo de fiesta también por fuera, adornado con una gran cinta en el frente; Aquiles y Fátima Sotillo, los jefes de la Obra Familiar, llevaron al Santuario un cuadro del Padre, decorado con una cadena de flores multicolores, signo de agradecimiento y de la unidad en la misión. El asesor de la Familia de Schoenstatt en Bolivia, P. Raúl Arcila presidió la celebración de la Santa Misa festiva en el Santuario. El mismo día los Madrugadores y la Rama de Madres celebraron el primer aniversario de su fundación. Aquiles y Fátima Sotillo recuerdan lo que significa este aniversario:
"Hace once años, el 21 de noviembre de 1992, un grupo de familias nos reuníamos atraídas por un ideal, para realizar un compromiso con Dios, la Virgen y la Iglesia, que se hizo más concreto a partir de la bendición del Santuario. El lugar de gracias era indispensable para continuar la obra del Padre y Fundador.
El carácter apostólico del movimiento
Primero había que conquistar los corazones de los peregrinos y luego las obras de infraestructura. Los once años transcurridos nos recuerdan el carácter apostólico del Movimiento y nos invitan a seguir construyendo a diario el Reino de Dios en la tierra a partir de un encuentro fecundo con nuestro prójimo.
Por eso la celebración de la bendición de nuestro Santuario es la renovación permanente de la vida, del compromiso fiel, de la vinculación y de nuestro apostolado.
Para una vida cristiana profunda y auténtica
Nuestro Padre y Fundador expresa que la Alianza con María santísima, nuestra Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt es el eje, la norma y la meta de una vida cristiana profunda y auténtica. Es entregarse en sus manos como instrumentos y dejarse educar y enviar por Ella. Esta entrega es la garantía de que por Ella seamos conducidos a su Hijo, y en el Espíritu Santo, a Dios Padre.
La celebración del aniversario del Santuario motiva y entusiasma a mucha gente que lo visita, despierta lo mejor en cada uno e inspira la realización de acciones concretas. "Pruébenme primero con hechos que me aman realmente", nos dice la Mater en el Acta de Fundación. Y estos hechos, ofrecidos como aportes al Capital de Gracias, harán más presente aún a Dios en la vida de cada uno y en la sociedad.
Le pedimos a la Mater la gracia de la fidelidad al llamado y al compromiso contraído en la Alianza de Amor. Que desde el Santuario crezca en la Familia el amor fraterno y apostólico y donde estemos podamos construir en pequeño el Reino de Dios. "Madre, nada sin ti, nada sin nosotros".