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 published: 2003-08-15

La teología de la ternura

Una "espiritualidad de la posmodernidad". María como "manual de la teología de la ternura"

 

 

Foto: Eronti © 2003

 

ROMA, P. Alberto Eronti. "Schoenstatt nació cinco minutos antes de la medianoche", es decir, casi en el umbral de un cambio de época radical: así describió a veces el Padre Kentenich la misión de Schoenstatt. Los acontecimientos actuales y, más aún, las tendencias en la búsqueda de la felicidad, en el modo de pensar y de amar de la gente de estos tiempos nos hacen descubrir que, como un tesoro a veces todavía oculto, en la espiritualidad de Schoenstatt están las respuestas a las preguntas y anhelos de la gente de hoy... y del mañana. Un libro publicado en 2001, trata de la teología de la ternura. La ternura del amor de Dios Padre ¿no es el mensaje que quiso trasmitir el Padre Kentenich?

He recibido de regalo un libro que me ha dado que pensar: "La teología della tenerezza", del P. Carlo Rocchetta (existe en español: "Teología de la ternura", Secretariado Trinitario, Salamanca, 2001). Ya los títulos de sus cuatro partes son llamativos: I) Persona y ternura, II) Ternura y Evangelio, III) Teología y ternura, IV) Ternura y sociedad. ¿Qué me ha sugerido este libro?. Me ha llevado a reflexionar sobre una afirmación que el P. Herbert King me hiciera hace unos años: "Cada vez me convenzo más que Schoenstatt ha sido pensado por Dios como la espiritualidad de la posmodernidad". Como arranque de esta expresión estuvo la afirmación del Padre Fundador: "Schoenstatt nació cinco minutos antes de la medianoche", es decir, casi en el umbral de un cambio de época radical.

¿Quién le da alma al posmodernismo?

Creo que para todos es evidente que lo propio de la posmodernidad es el abandono de lo volitivo y racional (a modo de movimiento pendular) para centrarse en la afectivo, lo emotivo y sensible. Pero este "paso" de la modernidad a la posmodernidad no ha sido, desde su irrupción, una Pascua plena de fuerzas de resurrección. Estamos todavía en el tiempo de la desorientación y desconcierto. Para confirmar esto baste leer las noticias dramáticas de lo que sucede en todo el planeta, o contemplar a los jóvenes en su búsqueda ansiosa y generalmente desorientada de felicidad y realización. ¿Quién le da alma al posmodernismo? ¿Quién le da sentido y orientación pedagógica a lo afectivo, emocional y sensible?. En una encuesta hecha a universitarios italianos, a la pregunta: ¿qué es lo que más deseas en este momento de tu vida?, la respuesta fue: "Estar tranquilo, económicamente seguro y pasarla lo mejor posible", ¡es una respuesta propia de aburridos!. Tienen necesidades afectivas, gustan de emociones sensibles y fuertes…pero carecen de un proyecto de vida, están atrapados por una emotividad díscola, insaciable, tirana. Así la casa, el barrio, la ciudad, el mundo no puede ser un "paraíso", vivir llega a ser un peso. De esta manera no hay vínculo, no hay compromiso, no hay proyecto de vida, no hay misión ni sentido.

El Cántico de los afectos y la emotividad

Me vienen a la memoria estas palabras del Padre Fundador: "El alma del hombre masa está marcada por una múltiple carencia de hogar (…), hay hogar donde hay amor. El hogar afectivo es el estar de corazón el uno en el otro (…), el hogar regala acogimiento y seguridad" ("Das neue Menschen werden"). Creo que el "cantar" más hermoso del Padre a la realidad de los afectos y la emotividad es el "Cántico al terruño" ("Hacia el Padre", Nº 600 y siguientes): "¿Conoces aquella tierra cálida y familiar…: donde corazones nobles laten en la intimidad, …donde con ímpetu brotan fuentes de amor para saciar la sed de amor que padece el mundo?". "¿Conoces aquella tierra …donde ojos transparentes irradian calor y manos bondadosas alivian los dolores…?". "¿Conoces aquella tierra…donde el amor, como una vara mágica, transforma con prontitud la tristeza en alegría…, donde el amor une los corazones y los espíritus?"

Firmeza y ternura

Detrás de estas palabras hay un gran desafío, nuestra misión. Esa que el Padre formulara en Roma, allá en el Adviento de 1965: "La nueva imagen de Dios, la nueva imagen del hombre y la nueva imagen de la comunidad". La teología de la ternura es una acentuación de lo maternal y misericordioso de Dios. En el contexto de la misión y del mundo posmoderno que nos toca vivir, podemos decir que tenemos desde el inicio de Schoenstatt nuestro propio manual de la teología de la ternura: ¡María!. Tenemos la respuesta: ¡La Alianza de Amor con María en el Santuario!. Tenemos un maestro de la misericordia y la ternura: nuestro Padre. Cuando me piden que cuente de mi experiencia con el Padre Kentenich, siempre comienzo diciendo lo mismo: "El Padre que yo conocí y es el Padre del final de la vida", y lo viví como aquel cuya paternidad estaba en "la cumbre de su amor y de su misericordia". No dejaba de usar "su mano izquierda", pero ¡cómo abrazaba con "su mano derecha"!. "Firmeza y ternura, las dos manos de un mismo amor". Sí, la misión urge, la posmodernidad necesita alma y camino pedagógico, el libro de Carlo Rocchetta nos lo confirma desde fuera de Schoenstatt, pero desde el corazón de la Iglesia.



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Last Update: 15.08.2003 Mail: Editor /Webmaster
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