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 published: 2003-06-20

"¡Soy normal!... ¡y mi marido también!"

Un fin de semana para jóvenes madres en Oberkirch, diócesis de Friburgo

Bendición para un bebe a nacer y su mamá en el Santuario de Oberkirch

Blessing for a women and her baby to be born…

Muttersegen für eine junge Mutter und ihr ungeborenes Kind

 
 

Mi propio estilo

What is my color?

Farb- und Stilberatung

 
 

Colorado, ¿¿¿o mejor amarillo, o ???

Red, or better yellow, or???

Rot, oder doch lieber gelb, oder???

Fotos: Spannagel © 2003

 

 

 

ALEMANIA, Hannerlore Spannagel. "Después de la jornada nos sentimos más fuertes y más acompañadas por la Virgen María", dijo una de las participantes en el encuentro para jóvenes madres, que se realizó entre el 6 y 8 de junio de 2003 en el centro de Schoenstatt de Oberkirch, diócesis de Friburgo. "Para que el amor perdure" fue el tema de las reflexiones para las veinte madres con sus treinta y dos niños. Entre otras cosas dialogaron sobre las diferencias entre el hombre y la mujer, su percepción, su manera de sentir, de pensar, de hablar, su manera de crear y conservar los vínculos. Conclusión de una de las participantes: "¡Soy normal!... ¡y mi marido también!"

"En realidad debería haber venido con mi marido, le hubiera interesado esto", dijo una de las participantes después de la primera parte del encuentro.

La Hermana M. Caia, Hermana de María de Schoenstatt, comenzó su charla mencionando el título de un libro "Los hombres son diferentes; las mujeres también". Explicó las diferencias en el modo de pensar, de regalar y de conducir. Con muchos ejemplos mostró que los hombres tienen un modo de pensar "piramidal" y las mujeres un modo "circular". Las jóvenes madres sonrieron cuando la hermana Caia comparó el modo de pensar femenino con una lavadora. Los hombres y las mujeres también se diferencian en el modo de conducir. En general los hombres se orientan fuertemente hacia las cosas y las mujeres hacia las personas. Un suspiro de alivio recorrió a la audiencia después de esta explicación. Una señora lo resumió así: "¡soy normal!... ¡y mi marido también!"

Finalmente la Hermana Caia acentúa que las parejas tenemos que aprender a tolerarnos y a aceptarnos mutuamente.

El año que viene habrá un fin de semana para los dos, los maridos también estarán invitados.

"Deberíamos conceder al prójimo la posibilidad de tener hasta veinte manías"

El Padre Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt, solía bromear diciendo que deberíamos conceder al prójimo la posibilidad de tener hasta veinte manías. Una sonrisa "¡Qué estrechas que somos!" dijo una participante a su compañera de mesa.

La hermana Caia señala la realidad del sacramento del matrimonio. Nosotros solos no somos responsables del éxito de nuestro matrimonio: Dios es el tercero en nuestra unión.

A la hora del almuerzo se reúnen las madres con los niños en el comedor. Los niños cuentan lo que hicieron a la mañana. "Jugamos toda la mañana al fútbol", dice un niño de seis años a su mamá y "hoy a la tarde iremos al río Rench, cuenta con alegría una de las niñas.

No sólo hablar, también escuchar.

A la tarde la Hermana Caia expone el tema "Para que el amor perdure: el diálogo en el matrimonio". Comienza con la pregunta: "¿cuánto tiempo creen ustedes que conversa diariamente un matrimonio alemán? Las estimaciones van de 15 a 30 minutos. Ella responde: 9 minutos y de ellos, 4 para organizarse. Expresiones de sorpresa, pero ninguna protesta. En ese momento cada una se dio cuenta de que algo tenía que cambiar. Tenemos que dedicar más tiempo al diálogo, pensaron. La Hermana Caia dio para esto algunas sugerencias concretas, basándose en palabras del Padre Kentenich: "La mayor falla es que siempre hablamos en lugar de escuchar".

La Hermana invita a las participantes a reaprender "el arte de escuchar", y eliminar la actitud de creer que se sabe de antemano lo que el otro piensa. Menciona un libro de Walter Nietsche: "Manual del matrimonio"

Todos los consejos y las buenas intenciones son eficaces cuando el esfuerzo no se hace solo.

El que se abre a la acción de Dios y lo incluye en su matrimonio, puede experimentar que el amor de Dios es más fuerte, porque Dios es quién hace crecer nuestro amor.

"¡Quedaría embarazada de nuevo para recibir la bendición!"

Todas las madres iban al Santuario a dar gracias por los valiosos impulsos recibidos. "Ahora estamos ansiosas por saber el color y el buen consejo que nos darán hoy a la noche", dice una de las mamás después de la meditación. "Encontrar el propio estilo como si fuera un determinado color; qué colores convienen a cada una y el significado de los colores en la Iglesia", son temas que interesan muy especialmente a las jóvenes mamás.

Una señora, después de encontrar qué color le conviene, dijo: "desde hoy sé el color de los ojos de cada participante".

Fue un diálogo muy alegre, y cada una pensó qué color de ropa elegiría para la mañana siguiente.

El domingo se trató el tema de la bendición. Algunas mamás contaron que diariamente bendicen a sus hijos y a sus maridos. Y así se introdujo el tema: "Bendiciones para futuras madres". Algunas estaban sorprendidas porque nunca habían oído hablar de esto.

Una de las mamás dijo que le gustaría quedar nuevamente embarazada para recibir esa bendición.

Al final se reunieron todos los niños y sus mamás en el Santuario para agradecer a Dios y a la Sma. Virgen María.

Y se oyó a los niños gritar al unísono: "¡quiero volver, encontré un amigo o una amiga!".

Las mamás agradecen por la grata compañía y por los valiosos impulsos espirituales que recibieron; y se desean mutuamente que logren aprender a aceptar y a querer la distinta modalidad de sus maridos.

Traducción: Maria Gabriela Kyling, Valdivia, Chile / hma



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Last Update: 15.07.2003 Mail: Editor /Webmaster
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