15 de junio de 2003: primer encuentro nacional de la Familia de Schoenstatt en Italia June 15, 2003: First national meeting of the Schoenstatt family of Italy 15. Juni 2003: Erstes Treffen der Schönstattfamilie von Italien
Charla del Padre Ludovico Tedeschi Talk by Father Ludovico Tedeschi Programmatischer Vortrag von Pater Ludovico Tedeschi
Testimonio - uno de nuevo testimonios en este día Testimony - one of nine given on this day Zeugnis - eins von neun, die an diesem Tag gegeben wurden
Es la genialidad de la Mater que mueve Italia... It is the Blessed Mother who moves Italy... Es ist die Genialität der Gottesmutter, die etwas bewegt…
...y somos todos instrumentos. ...and we are her instruments. …und wir sind Werkzeuge dabei.
"Schoenstattiano italiano" desde Burundi "Italian Schoenstatt member" from Burundi "Italienischer Schönstätter" aus Burundi
Un intercambio profundo A fruiful exchange of experiences Fruchtbarer Erfahrungsaustausch
Misa con 6 sacerdotes de 4 nacionalidades Holy Mass with six priests from four nations Heilige Messe mit sechs Konzelebranten aus vier Nationen
Schoenstatt joven Young Schoenstatt Junges Schönstatt
Últimas preparaciones Final preparations Letzte Vorbereitungen Fotos: Macro © 2003
La Peregrina Auxiliar de los ciegos The Pilgrim Mother for the blind Die Pilgernde Gottesmutter der Blinden Foto: Vallendar © 2002

ITALIA, P. Alberto Eronti. Anhelado y preparado durante mucho tiempo, y acompañado con oración y capital de gracias en varios países como en el Santuario Original, el 15 de junio de 2003, Fiesta de la Santísima Trinidad, se llevó a cabo en el Santuario "Cor Ecclesiae" en Roma el primer encuentro de la Familia de Schoenstatt de Italia a nivel nacional.

El domingo 15 amaneció luminoso, el sol brillaba en plenitud y la temperatura era alta. Con el P. Ludovico llegamos al Santuario Cor Ecclesiae temprano y encontramos ya a los miembros del equipo de acogida en sus sitios. El Santuario y su entorno se veían extraños: seis tiendas, más de cien sillas, bajo los árboles mesas y bancos, el ir y venir de muchos controlando que todo estuviera en su sitio…, no se trataba de nerviosismo sino de expectación: ¡Ibamos a realizar el primer encuentro de la Familia de Schoenstatt de Italia! Minutos antes de la hora indicada comenzaron a llegar los participantes. Del norte y del sur, del este y del oeste, de Roma: ¡Aquí estaba la Familia del Padre en Italia!. Es de destacar la presencia de tres matrimonios y una señora, todos argentinos, que emigraron a Italia y que en sus respectivos lugares de residencia comenzaron a trabajar por Schoenstatt. El grupo más numeroso vino de Zelarino, cerca de Venezia-Mestre, guiados por Marlene Alves, de Brasilia. También tuvimos la alegría de que participaran un seminarista, un laico joven y dos religiosas de Burundi, que se vincularon con Schoenstatt en su país de origen y ahora se sumaron muy naturalmente a la Familia.

El don de Dios a Schoenstatt y de la Familia a la Iglesia

Iniciamos el encuentro con una oración delante del Santuario. La Hna Lisianne tuvo a su cargo relatar la historia del Santuario Cor Ecclesiae, bendecido hace ya casi 13 años. Luego recordó lo que en nuestra Familia significa el Santuario: lugar de la presencia de María por el misterio de la Alianza de Amor y nuestras pruebas de amor a Ella. Se trata, dijo, del don de Dios a Schoenstatt y de la Familia a la Iglesia. Recordó brevemente las gracias del Santuario y el sentido del Capital de Gracias. Para todo ello utilizó imágenes y símbolos muy ocurrentes y claros.

Navegar a mayores profundidades de vida

A continuación tuvo lugar la charla "programática" del P. Ludovico. Trató de interpretar el momento: conocernos y experimentarnos Familia de Schoenstatt, situarnos en el hoy de Italia y su Iglesia, plantearnos nuestro aporte. Para ello hizo un análisis de la realidad italiana a la luz de nuestro carisma e ideales, utilizando una y otra vez el lema del encuentro: "Con María, ¡duc in altum!". Esto supone, en la vida práctica, "dejar" actitudes, posturas, cosas, para navegar a mayores profundidades de vida. En este sentido, Schoenstatt se presenta como un "percorso" (camino, recorrido) hacia nuevas profundidades de vida, de fe, de esperanza y amor. ¡Toda nuestra vida es invitada a nuevas y fascinantes profundidades!, es por esto que la expresión que más se repitió fue: "¡Prende il largo!", ve mar adentro. Cabe mencionar que en el mismo día y hora, rodeando el Santuario de la Federación de Familias en Schoenstatt, cientos de personas de varias nacionalidades, celebrando el aniversario de plata del Santuario, se unieron en una frase motivadora: Duc in altum! ¿Coincidencia?

La charla dejó abiertas diferentes posibilidades temáticas y vitales, las que deberán ser trabajadas a lo largo del nuevo año que iniciaremos en setiembre.

Ver lo que no vemos

Así llegó la pausa de media mañana, la temperatura ambiente había ya subido a los 30°, pero la temperatura interior no le iba a la zaga. La segunda parte se centró en los testimonios de los diferentes grupos y comunidades. En total fueron nueve las intervenciones. Como es imposible relatarlas todas, he optado por escoger dos. La Sra Rosa Ciola (de Villa Ballester, Argentina) nos contó una experiencia impactante y de honda vivencia religiosa. Ella y su esposo, Alfredo, trajeron una imagen de la Virgen Peregrina para ciegos. Se trata de una imagen de la Virgen de Schoenstatt tallada sobre madera. Cuando se instalaron en la actual residencia, del Trentino, Rosa le llevó la imagen al párroco y le contó la historia de la misma. El párroco quedó impresionado y estuvo de acuerdo en hacer peregrinar la imagen en la parroquia. El "lanzamiento" de la misma fue un día de semana, en coincidencia con la Misa. El párroco explicó el nombre y sentido de la imagen; tras ello y por iniciativa propia continuó diciendo: Todos nosotros somos ciegos, tenemos cegueras interiores que deben ser sanadas o iluminadas por la gracia…, por eso invito a quien lo sienta en su corazón, que venga aquí junto a la imagen y cerrando los ojos ‘vea’ a María tocándola con sus manos y pidiéndole a Ella que sane las cegueras interiores y que nos enseñe a ver a Dios en la vida. Rosa, al relatarlo, se emocionó y lo mismo nos ocurrió a todos nosotros. ¡La Virgen enseña a los que vemos, ver lo que no vemos!

Un hermoso lugar

El otro testimonio, pleno de sencillez y frescura interior, nos llegó por Gilberto, de uno de los grupos de matrimonios de Zelarino. Contó que, cuando le preguntan qué es Schoenstatt, él responde: Un hermoso lugar. Si le preguntan qué ofrece Schoenstatt a sus miembros, Un hermoso lugar. Cuando le preguntaron a qué iba a Roma, ¡A un hermoso lugar! Si tiene que explicarlo, lo dice así: El lugar es hermoso, porque está María. (Tras escucharle recordé una frase del primer sacerdote schoenstattiano que conocí: "No compliquen Schoenstatt. Schoenstatt es amor…"). Cerramos la mañana con el rezo del Angelus, la campana del Santuario expresaba nuestra alegría.

La Santísima Trinidad, modelo de la Familia-Iglesia... y de la Familia Italiana

El almuerzo fue bajo los árboles, cada participante había recibido un color determinado de tarjeta que le indicaba su mesa. Esto permitió que todos los participantes estuvieran mezclados, posibilitando un intercambio muy lindo de experiencias. Tras el almuerzo iniciamos la parte final del encuentro. Junto al Santuario y aprovechando la sombra de los grandes árboles, se colocó el altar. Rezamos los tres primeros misterios "Luminosos" del Santo Rosario (quedando los otros dos para rezarlos en el camino a casa), para iniciar luego la celebración de la Eucaristía. Lo notable es que los seis concelebrantes representábamos a cuatro naciones: Italia, Puerto Rico, Brasil y Argentina. Presidió Mons Ignazio Sanna, miembro del Instituto de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt. En la predicación resaltó el mensaje de la festividad litúrgica: La Santísima Trinidad. La Familia "originaria" que se reflejaba en la Iglesia-Familia reunida en torno al altar. En el día de la Trinidad Santísima, nos reunimos, conocimos y experimentamos como Familia de Schoenstatt en Italia, Dios nos muestra qué somos y qué debemos ser.

¡El misterio de Schoenstatt en el corazón de la Iglesia!

Y llegó la hora de la despedida. Los rostros denotaban felicidad, la alegría se expresaba en palabras, gestos y deseos…¡repetiremos esto!, ¡qué lindo ha sido estar juntos!, ¡qué bueno que estuvo todo! Y Gilberto que se despedía diciendo: "Hermoso el lugar, ¿verdad?". Los que llegaron por vez primera al Santuario no sólo ponderaban la belleza del lugar, la atención y acogida (nuestras Hermanas de María se multiplicaron en sus atenciones, como también la Familia de Roma), sino que se iban impactados por la experiencia del Santuario. El ¡qué bien se está aquí! se hizo realidad una vez más. ¡El misterio de Schoenstatt! ¡El misterio de Schoenstatt en el corazón de la Iglesia! Y esa experiencia tan particular y atrayente: sentirnos la Familia del Padre en Italia.

"¡Madre, qué hubiese sido de nosotros sin tu cuidado solícito y maternal!"

El día 16 el P. Ludovico partió hacia Argentina y Paraguay por cinco semanas. Lo que pudimos intercambiar antes de su viaje, nos permitió expresar la alegría y la sorpresa por todo lo que la Virgen actuó a lo largo de este primer año de apostolado. Lo vivido el domingo 15 "a la sombra" del Santuario constituye un hito realizado y vivido en la fragilidad y perplejidad propia de todo comienzo, pero…¡qué hermoso ha sido todo! Por eso a la Madre tres Veces Admirable le decimos: "¡Madre, qué hubiese sido de nosotros sin tu cuidado solícito y maternal!". A todos los que nos acompañan les pedimos que canten con nosotros el Himno de Gratitud.