P. Pedro Guzmán, Chile, falleció el 6 de junio de 2003 Fr. Pedro Guzmán, Chile, died on June 6, 2003 P. Pedro Guzmán, Chile, ist am 6. Juni 2003 verstorben Foto: Galarce © 2003

CHILE, Octavio Galarze/plr. "En la casa de mi Padre hay muchas mansiones, y voy allá a prepararos un lugar. Si no fuera asi, os lo habría dicho. Pero si voy a prepararos un lugar, es que volveré y os llevaré junto a mi, para que donde Yo estoy, estéis también vosotros." (Jn.14,2-3) Esta promesa se ha cumplido ahora en el P.Pedro Guzmán. El 6 de Junio volvió al Padre.

Vino del Padre un 10 de Agosto de 1935, en Santiago de Chile. En su familia aprendió a amar a Dios y a la Sma.Virgen. Esto lo siguió cultivando durante sus estudios en el Colegio San Ignacio de los Padres Jesuitas.

Cuando estudiaba leyes en la Universidad de Chile ingresó al Movimiento de Schoenstatt en el año 1954. Muy pronto se comprometió con el Movimiento, cuya juventud había tenido una cercanía especial al Padre cuando estuvo en Chile, especialmente entre los años 1949 y 1952, año éste en que el Padre se dirigió al exilio de Milwaukee desde el Santuario de Bellavista.

De la primera generación sacerdotal de los Padres de Schoenstatt chilenos

El P.Pedro perteneció a la primera generación sacerdotal de los Padres de Schoenstatt chilenos. Hizo su noviciado cerca de Santiago, estudió filosofía en San María (Brasil) y la teología en la Universidad de Friburgo (Suiza). Fue ordenado sacerdote el 19 de Julio de 1964.

Su labor pastoral la desarrolló como asesor del Movimiento en Chile (Viña del Mar y Santiago) y en España (Madrid y Barcelona). Fue espiritual del Colegio Mayor de los Padres de Schoenstatt en Münster y del Seminario diocesano de San Felipe (Chile). También fue rector de la Casa Paterna de su comunidad en Sión (Schoenstatt).

Hacia el Padre en las vísperas del día de Pentecostés

Su personalidad sacerdotal estuvo marcada por una relación filial a la Sma.Virgen y a nuestro Padre y Fundador, por una profunda interioridad de vida, por un especial talento en la dirección espiritual y en la confesión. Se distinguió por su rica cultura, gran conocedor de las bellas artes, de la historia y de la literatura religiosa.

Con su alegría y bondad pudo expresar con mucha creatividad toda la riqueza de nuestro carisma sacerdotal paternal. Muchos pudieron descubrir a través suyo la paternidad de Dios, especialmente los jóvenes y los seminaristas, para quienes dedicó sus mejores momentos.

El partió a la tierra prometida y esperada en la víspera del día de Pentecostés, fiesta propia de su Provincia Pentecostés y del Santuario Cenáculo de Bellavista, donde él encontró su vocación schoenstattiana y sacerdotal

Nuestro Padre Fundador al recibirlo en el cielo le habrá dicho: "No hay mayor alegría para mi que oír de mis hijos que caminan en la verdad".