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 published: 2003-06-13

Dominó como nadie el idioma del corazón

Falleció el 6 de junio Katharina Lesniewicz. primera superior general del Insituto de Familias de Schoenstatt

Katharina Lesniewicz, 1911 - 2003, Instituto de las Familias de Schoenstatt

Katharina Lesniewicz, 1911 - 2003, Institute of the Schoenstatt Families

Katharina Lesniewicz, 1911 - 2003, Institut der Schönstattfamilien

Foto: Defrancesco © 2003

 
 

Misa en la parroquia de Vallendar

Mass in the parish church in Vallendar

Messe in der Pfarrkirche in Vallendar

 
 

El P. Günther Boll durante la homilía

Fr. Günther Boll during the sermón

P. Günther Boll bei der Predigt

 

Concelebración

Concelebration

Konzelebration

 
 

Francisco Nuño sobre la vida de Katharina Lesniewicz

Francisco Nuño about the life of Katharina Lesniewicz

Francisco Nuño über das Leben von Katharina Lesniewicz

Fotos: POS Brehm © 2003

 
 

Con el Padre Fundador, 1968

With Father Kentenich, 1968

Mit Pater Kentenich, 1968

Foto: Defrancesco © 2003

 

Corona de Nazaret

Nazareth Crown

Nazereth-Krone

Foto: Neiser © 2003

 

 

 

SCHOENSTATT, fnm. "A la pena y al agradecimiento se une el orgullo", dijo Francisco Nuño en el funeral de Katharina Lesniewicz, primera superiora general del Instituto de familias de Schoenstatt, fallecida a los 92 años el día 6 de junio. Muchas familias del Instituto y representantes del Movimiento de Schoenstatt celebraron juntos la Misa al Espíritu Santo en la Parroquia de Vallendar, tal como la Sra. Lesniewicz había deseado para su funeral. Ella dominó el idioma del corazón, así lo acentuaron el Padre Boll en la homilía y Francisco Nuño destacando además su presencia maternal en la comunidad.

La iglesia parroquial de Vallendar se llenó en este día caluroso de junio con familias jóvenes y menos jóvenes, con representantes de las diferentes comunidades de Schoenstatt para despedir a Katharina Lesniewicz, o mejor dicho: para agradecer por su vida, la vida de una schoenstattiana de la primera hora. Tal como ella misma deseó para este acontecimiento, se celebró una Misa al Espíritu Santo que fue acompañada de bellas canciones.

Una vida en la fuerza de la fe

Ella vivió en la fuerza de la fe, dijo el Padre Günther M. Boll, asistente espiritual del Instituto de familias de Schoenstatt, justo un día después de regresar de América Latina. Desde esta fuerza de la fe llegó a ser un testimonio vivo. "Ella vivió su fe con una gran fuerza interior, sin hacer mucho ruido, tranquila pero fuerte" dijo el Padre Boll. Esta fuerza de la fe marcó todo el camino de su vida, especialmente desde que ella y su marido fueron nombrados por el Padre Kentenich como primera familia superior general.

En América del Sur fue preguntado en muchas ocasiones sobre cómo estaba la Sra. Lesniewicz. Las familias suramericanas contaban cómo ella las entendía sin saber ningún idioma extranjero. "La vida humana y el dolor humano llegaban muy adentro en ella, pasaban inmediatamente a su corazón." Ella entendía el idioma del corazón y lo hablaba. Al finalizar su homilía dijo el Padre Boll que aunque sea una gran palabra, se atreve a decir con toda seriedad que "ella fue una pequeña santa de la vida diaria."

Presencia maternal

"Cuando el viernes de la semana pasada nos enteramos de que el Padre celestial había llamado a su seno a la Sra. Lesniewicz en una edad bíblica, muchos de nosotros que vivimos vinculados a ella desde hace años tuvimos la sensación de que el agradecimiento por su vida se sobreponía a nuestra tristeza. Y en la tristeza y en el agradecimiento se mezclaba también el orgullo," dijo Francisco Nuño, Superior general del Instituto de familias de Schoenstatt, en el acto que siguió a la santa Misa. "Orgullo, no solamente por haberla conocido sino también porque pudimos confiarnos mucho tiempo y en muchas ocasiones a su conducción moral y a su conducción maternal espiritual. Cuando hablo de nosotros me refiero a mi esposa y a mí, y también me refiero a muchas familias de Alemania, Europa y América. La Sra. Katharina Lesniewicz, junto a su marido la primera familia superior general del Instituto de familias de Schoenstatt, está inscrita profundamente en los corazones de cientos de familias de Alemania y del extranjero. Dan testimonio de ello las abundantes cartas, llamadas y comentarios que en estos días escuchamos y leemos: ella ha sido cariñosa y maternal, sabia y fuerte, de un calor maternal irresistible, sencilla, humilde y sobrenatural. A las personas con las que ella se encontraba, llamaba la atención la luminosidad que de ella se desprendía."

Francisco Nuño caracterizó en cuatro rasgos fundamentales a la fallecida, que sirvió al Instituto en la posición de familia superior general hasta el año 1982. Con ella se ha marchado una buena parte de la primera hora de la historia de Schoenstatt.

Ella fue la hija amante y servicial, hija del eterno Padre Dios:

Tal como el Redentor mostró su entrega filial a los deseos y al querer del Padre en su trabajo, en su oración y en su sacrificio, así la Sra. Lesniewicz se entregó a la voluntad del Padre en la persona de su transparente en la tierra para ella, el Padre José Kentenich. Al terminar la última guerra mundial conoció a algunos sacerdotes schoenstattianos tomando así contacto con Schoenstatt. En el año 1946 la visita por primera vez el Padre Johannes Tick y en el año 1949 participa con su marido en una jornada de la incipiente obra familiar. En el año 1953 ingresó en el cuarto curso de la Federación de familias. Durante el tiempo del exilio del Fundador de Schoenstatt, Padre José Kentenich, ella y su marido asumieron en estrecha colaboración con el Padre Tick la corresponsabilidad por la obra familiar. A partir del año 1962 se pusieron con otras familias a disposición para la construcción del Instituto de familias. El mismo Fundador los nombró el año 1968 como primeros superiores generales del Instituto.

Ella fue la amada y amante compañera y colaboradora de su marido:

El Fundador de Schoenstatt fundó para el tiempo actual en el que el matrimonio y la familia están siendo destruidos de forma tan especial, una comunidad de matrimonios que deberían vivir en si mismos toda la grandeza del matrimonio y de la familia para anunciarlo a su vez a la iglesia y al mundo. El Fundador de Schoenstatt encargó al matrimonio Lesniewicz la construcción y el desarrollo de esta nueva comunidad de nuevo cuño. Siguieron años decisivos y difíciles en los que fue posible caminar en esta obra común gracias al amor esponsal del marido y de la mujer en su estar el uno con el otro y para el otro.

Tal como ocurrió con Abraham, ellos escucharon la voz del Señor decir: "Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, y vete al país que yo te indicaré. Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre." Ellos dejaron su casa y su hacienda en Heidelberg y se mudaron a la tierra de promisión, a Schoenstatt. La señora Lesniewicz ayudó a su marido a construir un hogar espiritual y local para las familias en Schoenstatt. Su entrega y dedicación están hoy presentes y visibles en el Monte Nazaret: la "Haus Nazareth", el 'Santuario de las familias', y la 'Casa de las familias' dan testimonio de la obra de vida del matrimonio Ernst y Katharina Lesniewicz.

Sin tener conocimiento de otros idiomas distinto al alemán, la señora Lesniewicz marchó con su marido en el año 1974 a América para contactar allí con diferentes familias. Fue el inicio de una serie de viajes por América del Sur y del Norte, que hicieron posible el desarrollo y crecimiento de la comunidad que el Padre Fundador les entregó a su cuidado. Ellos pusieron un empeño especial en construir el Instituto en fidelidad al Padre Fundador. Ella fue superiora general hasta el año 1982.

Ella fue la madre amante y servicial:

Aun después de haber sido nombradas las siguientes familias superioras generales, la señora Lesniewicz siguió siendo con su ser maternal la referencia obligada para jóvenes y mayores, para familias alemanas y del extranjero. Una energía joven y claramente inagotable marcó a la señora Lesniewicz. En los últimos años nos decía a menudo: "mi 'harddisk' ya no funciona y tampoco hay repuestos!" Y sin embargo, ella tenía siempre la palabra oportuna para cada uno y para cada situación. Su casa fue un lugar obligado de visita para muchos peregrinos que vinieron en los últimos años a Schoenstatt. Allí buscaban y encontraban consejo y esperanza; ella sabía acoger todo el dolor en el espíritu del amor. Ella mostraba siempre a la Santísima Virgen como la Reina de la familia. La Madre del Redentor fue para ella en sus actitudes y virtudes la gran educadora de la familia. Ella entregaba a diario al poder maternal de María todas las preocupaciones y necesidades de las familias y de la comunidad. Como miembro del círculo de adoración del Instituto sabía llevar hasta el tabernáculo a todas las personas que a ella se encomendaban con sus anhelos y preocupaciones.

En los últimos años la señora Lesniewicz, consciente de las dificultades que nos apremian, anheló especialmente la coronación de la Madre Dios. El día 24 de marzo del 2003 pudo asistir con gran alegría al acto de coronación de María como "Reina del monte Nazaret" en Schoenstatt.

La Sra. Lesniewicz dominó como nadie el idioma del corazón:

Ella no sabía idiomas extranjeros, pero brasileños, chilenos, españoles, checos, belgas y personas de otros países hablaron con ella sin intérprete alguno, en el idioma del corazón. Ella hizo posible y concreta la alegría y la esperanza, ella abrió el futuro a las personas jóvenes. Ella los convenció y entusiasmó con la grandeza y maravilla del matrimonio y de la familia cristianos. Ella les daba sus consejos para llevar a buen término el camino común del matrimonio y para la educación de los hijos.

La señora Lesniewicz será para nosotros en el Instituto nuestro modelo y ejemplo. Estamos dispuestos a mantener en alto sus convicciones e ideales. Hemos perdido a una madre que nos mostraba el camino y la vamos a echar mucho de menos.

Pero queremos consolarnos con las palabras de despedida que se escuchaban en la iglesia primitiva:

No queremos afligirnos por haberla perdido, sino que queremos estar agradecidos por haberla tenido, es más, porque aún la tenemos; porque el que regresa al Padre, permanece en la comunidad de la familia de Dios y solo nos ha precedido."

Traducción y Redacción: Francisco Nuño



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Last Update: 20.06.2003 Mail: Editor /Webmaster
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