"Cuando me dijeron, con tanta sinceridad, que el padre de Buenos Aires habría dicho que aquí todo va cuesta abajo... pensé que no quedaría otra solución que colocar en el centro a nuestra Madre tres veces Admirable y entregar a Ella la responsabilidad por todos los habitantes del pueblo y por todos los que quieran participar en la responsabilidad por este santuario. Un hombre sencillo del pueblo me dijo: nosotros no podemos hacer nada, no podemos detener los autos que pasan a toda velocidad. Lo que ahora podemos hacer, es ofrecerle nuestro pueblo y ofrecernos a nosotros mismos a la madre Tres veces Admirable y pedirle que Ella mantenga el cetro en sus manos."

"Por eso, debo repetir las palabras: todo va cuesta abajo. ¿ Quién puede ayudarnos para que no tropecemos? Siempre es la Madre de Dios. Su ayuda es persistente, permanente, profundamente eficaz". "Volvemos a mirar sus manos, allí no sólo hay plata sino también oro. Es el oro de las permisiones y conducciones maravillosas". "¿Cómo ha velado la Madre de Dios por nosotros? ¿Cómo quiere velar en el futuro por nosotros? La Madre de Dios es la Madre de la gracia, la Madre del pan, la Madre del hogar, la Madre de la lluvia, la Madre de los enfermos."

"¿Están Uds. convencidos al igual que yo que a cada uno de nosotros - sea hombre o mujer - la Madre de Dios lo ha inscrito con nombre y apellido en su corazón?"

"Creo que debería pedirle a la Madre de Dios que Ella inscriba nuestros nombres en su corazón con sangre y fuego. Mi nombre, el nombre de cada uno de Uds. ha de ser inscrito por Ella con sangre y fuego en su corazón. Es decir Ella debe inscribirlo indeleblemente con su amor maternal, cálido y profundo. También nosotros tenemos que empeñarnos por inscribir en nuestro corazón el nombre de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt con sangre y fuego, indeleblemente, con un amor cálido, ardiente y con un amor creciente."

"Recordemos que Ella ha tenido que entregar al Salvador al pie de la cruz. Ella lo ha entregado por nosotros. Quiere decir que ella ha estado dispuesta a morir junto con el Salvador por amor a nosotros. No sé si esto lo tenemos presente ante nuestros ojos. Si nos compenetramos profundamente del pensamiento: La Madre de Dios ha permitido que el amor le costará un precio muy alto. Ella ha permitido que nuestra redención le resultase cara. No fue algo tan simple.

"De la Madre de Dios se dice: " ¡ Estaba de pie!" ¿De dónde sacó la fuerza? Cuándo el sol, la luna y las estrellas temblaron por la muerte de Jesús, ¿de dónde recibió María la fuerza y la tranquilidad?. Ella estaba de pie junto a la cruz. Podía asemejarse al crucificado y por medio de Él recibió la fuerza para inclinarse ante la voluntad del Padre, para sacrificar a su hijo unigénito por nuestro bien.

"La Madre de Dios nos ha inscrito en su corazón con sangre y fuego. Ahora yo le pido a Ella que vele para que Uds. no sólo escuchen este mensaje, sino para que les penetre profundamente en el corazón. Seamos jóvenes o ancianos, hombres o mujeres, todos necesitamos que alguien nos quiera, que nos ame, que esté dispuesto a ponerse a nuestra disposición en cada momento. ¿Y quién es esa persona? La Madre de Dios."

"En la culminación de esta fiesta popular, miren a la Reina, miren a la Madre, a la Reina del Pueblo, que también ama a cada uno de nosotros."

"También nosotros queremos grabar indeleblemente el nombre de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt en nuestro propio corazón, pero también en el corazón de nuestros hijos y en los de los hijos de nuestros hijos."

"Lo que tenemos que salvar es el amor a la Madre de Dios. También yo tengo que permitir que el amor a la Santísima Virgen me resulte caro, debo hacer abundantes sacrificios por Ella, sobre todo los sacrificios en la autoeducación y en darle mayor valor a lo moral.

Si en vez de venir con las manos vacías, llegamos hasta aquí con las manos llenas, los sacrificios que traemos son la causa por la que la Madre de Dios nos contempla con gran alegría."