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25 de marzo de 2003: Monseñor
Reinhard Marx, Trier, rezando el Santo Rosario en la Iglesia de
Peregrinos, Schoenstatt.
March 25, 2003: Bishop Reinhard Marx of Trier, praying
the rosary in the Pilgrims' Church, Schoenstatt
25. März 2003: Bischof Dr. Reinhard Marx, Trier,
beim Rosenkranzgebet in der Pilgerkirche, Schönstatt |
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Caminar hacia Cristo, de la mano de María
- un signo de luz en tiempos oscuros
Walking to Christ, guided by Mary - a sign of light
in the dark of times
An der Hand Marias auf Christus zugehen - ein Lichtzeichen
im Dunkel der Zeit |
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P. Lothar Penners, director
del Movimiento (izq.), saludó al Obispo
Fr. Lothar Penners, Movement Director (left), welcomed
the bishop
P. Dr. Lothar Penners, Bewegungsleiter (links),bei
der Begrüßung des Bischofs |
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Monseñor Reinhard
Marx: "Quiero rezar el Santo Rosario con ustedes..."
Bishop Reinhard Marx: "I want to pray the Holy rosary
with you..."
Bischof Reinhard Marx: "Ich bin gekommen, um mit Ihnen
allen den Rosenkranz zu beten..." |
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"Dios te salve, Maria, llena eres de gracias..."
"Hail Mary, full of grace..."
"Gegrüßest seist du, Maria, voll der Gnade..." |
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Monseñor Reinhard
Marx en el Santuario Original: "Te conosco desde niño..."
Bishop Reinhard Marx in the Original Shrine: "I met
you already when I was a child..."
Bischof Reinhard Marx im Urheiligtum: "Dir bin ich
begegnet schon in meiner Kindheit..." |
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Saludando a la gente
Meeting and greeting
Begegnung mit den Gläubigen |
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Fotos: POS, Brehm © 2003 |
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fotos: |
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SCHOENSTATT, mkf. "El Rosario es una oración a Jesús
de la mano de María", dijo el obispo Dr. Reinhard Marx, Tréveris.
El 25 de marzo, rezó el Rosario en Schoenstatt junto con unas 1.700
personas. Schoenstatt fue el primero de cuatro lugares previstos en la
diócesis de Tréveris donde el obispo Marx quiere rezar con
motivo del Año del Rosario. El rosario de madera con el que rezó
esta noche se lo regaló al finalizar a Nuestra Señora de
Schoenstatt para el Santuario Original.
Allí, de ahora en adelante, todos los días a las 19:30
se rezará el Rosario por las intenciones que caracterizaron la
oración del Obispo: Paz en el mundo, renovación de la fe
y vocaciones para la vida consagrada.
25 de marzo de 2003
18:00: miradas atemorizadas dirigidas al cielo y a las calles en torno
a la Iglesia de los Peregrinos en Schoenstatt: ¿Empieza a llover? ¿Vendrá
mucha gente?
18:30: Los estacionamientos directamente delante de la Iglesia de los
Peregrinos están todos ocupados. El personal designado ordena el
torrente de autos y personas. En realidad esto se soluciona por sí
solo, pero una seña amistosa no viene mal. Todavía no se
divisa el auto que trae al Obispo. Cuatro ómnibus están
frente a la Casa de los Peregrinos. La gente afluye de todas los cerros
y colinas alrededor de Schoenstatt. Incluso las Hermanas de María
que están de retiro espiritual.
18:45: Multitud delante de la Iglesia de los Peregrinos. Jóvenes
y amables Hermanas de María venden velas a aquellos que no se habían
aprovisionado antes. Hay diversos puestos de ventas. Junto a un puesto
decorado con girasoles artificiales, la Rama de Señoras y Madres
de Schoenstatt hace publicidad para su proyecto para mujeres embarazadas
con necesidades económicas o de otra índole. Con entusiasmo
se organiza, se saluda, se dan instrucciones. En la Iglesia se ocupan
todos los asientos. Periodistas del Rhein-Zeitung [diario regional], el
director de la prensa episcopal de Coblenza se informan sobre el desarrollo
de este evento. Llegan religiosas con diversos hábitos, sacerdotes,
jóvenes mejicanos y polacos, niños, jóvenes familias.
En algún lado suena un teléfono celular. Llegan los superiores
del Instituto de las Familias de Schoenstatt, el matrimonio Jensen de
Chile, el matrimonio Fenelon de EE.UU.
18.55: Llega el obispo Dr. Reinhard Marx. Todos acuden a la Iglesia.
Los 1.400 asientos no alcanzan ni remotamente. El coro de las Hermanas
de María canta: "Clama jubiloso, el Señor..." Entran en
procesión los monaguillos, los sacerdotes y el Obispo. Y de pronto
cesa todo movimiento.
Ir tomados de la mano de la Santísima Virgen por el camino que
conduce a Cristo
En nombre de todos los fieles de la región, de los palotinos y
de todas las comunidades del Movimiento de Schoenstatt, el Padre Dr. Lothar
Penners, Director Nacional del Movimiento de Schoenstatt, saluda al Obispo
y le agradece por haber adoptado la iniciativa del Papa respecto al Año
del Rosario y por haber venido en este día a Schoenstatt para rezar
el Rosario en vínculo con el Santo Padre. Agrega que el rosario
de madera con el que el Obispo rezará, será después
un regalo a Nuestra Señora de Schoenstatt y será llevado
a su Santuario con el ruego de que Ella una nuestra oración a su
intercesión ante Dios. El obispo Marx responde que rezar el Rosario
significa:
"Ir tomados de la mano de la Santísima Virgen por el camino que
conduce a Cristo".
Después de la lectura del Evangelio que conmemora la Anunciación,
habla el obispo Dr. Reinhard Marx y a través de sus palabras habla
la familiaridad en el trato con María y con el rezo del Rosario,
habla la convicción en la biunidad de Jesús con María.
Empieza diciendo:
"Siempre en tiempos de mayor necesidad y preocupación, el Pueblo
de Dios, buscando el camino correcto, ha dirigido la mirada hacia la Santísima
Virgen. ¿Por qué hoy tiene que ser diferente? Al dirigir nuestra
mirada hacia María, Ella nos muestra el camino, ya que nos muestra
a Aquel que es el camino, la verdad y la vida."
Mostrar, en una sociedad pluralista, lo maravilloso que es haber encontrado
a Cristo
La Iglesia, en tiempos turbulentos y en una nueva época de su
vida, se encuentra ante el desafío de mostrar, siendo cristianos
en una sociedad pluralista, lo maravilloso que es haber encontrado a Cristo.
"En nuestras Eucaristías y en nuestra manera de vivir debemos reflejar
que lo más importante es conocer a Jesús, amarlo, caminar
con él, recibirlo como regalo." La Iglesia no es una asociación
que puede desarrollar una estrategia pastoral y que después puede
controlar los éxitos, sino que tenemos la obligación de
vivir verdaderamente lo que creemos: "que en Jesús comenzó
la vida en plenitud, y que en Él está la vida, toda la vida.
Si hoy la Iglesia busca el camino, tiene que buscar el camino hacia Cristo
de la mano de la Santísima Virgen. La Iglesia sólo es Iglesia
de Jesucristo si se abre a lo mariano y aprende de la Santísima
Virgen cómo se trae al mundo a Jesús."
Una oración a Jesús de la mano de María
El obispo Marx hizo referencia a la Fiesta de la Anunciación del
Señor, que se celebra el 25 de marzo, y puso de relieve que Dios
hecho hombre por la Virgen María significa una nueva creación,
un nuevo comienzo. No se trata de una continuidad que termina en la salvación,
sino que según Johann Baptist Metz se trata de una "interrupción",
de una nueva iniciativa de Dios, de que nosotros somos interrumpidos en
nuestras posibilidades. Aunque esta idea sea incomprensible para nosotros,
en el sentido de esta "Fiesta del nuevo comienzo", no debemos reducir
las posibilidades de Dios sólo a las que nosotros nos podemos imaginar.
El 25 de marzo es una profesión de fe al Dios que hace que se realice
la nueva creación, y "por Cristo en el Espíritu Santo va
hacia el Padre". "Para no perder de vista el camino, para andar nuestro
camino de la mano de María y permanecer fieles a este camino, para
esto necesitamos la fuerza de la oración, la fuerza del Espíritu
Santo, la intercesión de la Santísima Virgen. La oración
del Rosario es una oración a Jesús de la mano de María
por la que presente mantenemos a Jesús, una oración que
puede ser rezada meditativa, personalmente y en comunidad." No esta dirigida
hacia atrás, por el contrario, uno experimenta como justo la gente
joven recurre a ella. Personas que perdieron la capacidad de rezar encuentran
en ella una posibilidad de apoyarse en Jesús y de andar con Él.
El obispo Marx acentuó una vez más que no hay ningún
futuro camino para la Iglesia sin la alegría en la oración
y puso en el corazón de los fieles las siguientes intenciones de
la Oración del Rosario:
Paz en el mundo, renovación de la fe y vocaciones para la vida
consagrada.
El 8 de diciembre: Consagración de la diócesis de Tréveris
a la Santísima Virgen
Probablemente la diócesis de Tréveris fue consagrada por
primera a vez a la Santísima Virgen en el año 1653, después
de las terribles destrucciones a causa de la guerra de los treinta años.
Trescientos años más tarde, el 8 de diciembre de 2003,
el Obispo quiere consagrarla de nuevo para poner bajo la protección
de María a la diócesis, a su trabajo como obispo, en fin,
el camino de la Iglesia hacia el futuro, hacia Cristo que vuelve a nosotros.
Invitó cordialmente a todos a realizar esta consagración
junto con él.
El obispo Marx lo expresó así:
"La Consagración a la Santísima Virgen es una profesión
de fe pública que yo quiero renovar junto con toda la diócesis
por la cual, en mi servicio juntamente con ustedes, me quiero poner bajo
la protección y la conducción de María."
En el medio está tu nombre: Jesucristo
Antes de comenzar a rezar el Rosario fue expuesto el Santísimo
Sacramento para que fuese adorado. En una oración formulada libremente,
el obispo Marx dijo que nosotros durante el Rosario siempre retomaríamos
una y otra vez el saludo del Ángel a María, "pero en el
centro de esta oración, que se desarrolló en la historia
de la Iglesia, está siempre tu nombre, Jesucristo. Esta oración
conduce a Ti... Contemplando a tu Madre, nos animas a hacerte tangible,
a traerte al mundo, a mostrarte al mundo, tal como lo hizo María
en la noche de Belén; tal como lo hizo cuando estabas muerto en
su regazo, como Custodia. Tu Madre – tu Custodia: Ella te muestra al mundo
y así también nosotros queremos hacerlo por medio de nuestra
vida y testimonio, de nuestra oración, celebrando nuestra Eucaristía,
por medio de nuestra manera de vivir. Invitamos a todo el mundo a conocerte,
a amarte, a encontrar en Ti la verdad y la plenitud de la vida."
El obispo Marx rezó el Rosario y 1.700 personas rezaron con él.
Ellos rezaron en esta oración de la gente sencilla y de los creyentes
de la Iglesia Universal con el Papa y los asustados cristianos en Irak,
y con los miles de personas que en este momento, en alguna parte del mundo,
con el rosario en la mano se adentran en oración en los misterios
gozosos y dolorosos de sus vidas, en el sí de la Virgen María,
en su mirada amorosa puesta en Jesús.
Para terminar el obispo Marx puso en la oración las intenciones
de este mundo:
La situación de Irak y de otras regiones de la tierra que están
en crisis, el Papa, la Iglesia en todo el mundo, la diócesis de
Tréveris, por los sacerdotes y vocaciones religiosas, por la fidelidad
y el testimonio de los sacerdotes, por todos aquellos que se encuentran
en el noviciado y en los seminarios para sacerdotes, por los pastores
fallecidos y parientes que nos han mostrado el camino de la fe.
Luego, el Obispo entonó el Te Deum: ¡Dios en tu grandeza, te alabamos!
Por último, dio la bendición con el Santísimo Sacramento.
"Ya te encontré en mi niñez..."
El Padre Matthias Rummel SAC, rector del Santuario Original, agradeció
al obispo por sus "palabras profundas, conmovedoramente espirituales".
Dijo que como recuerdo de esta noche el Obispo quería entregar
el rosario con el cual rezó y destinarlo al Santuario Original.
Dijo: "Allí este rosario deberá estar visible para todos
los visitantes de este querido lugar de oración, invitando a rezar
frecuentemente en este Año del Rosario." A continuación
invitó a todos a ir en procesión al Santuario. Así
lo hicieron juntamente con el Obispo, en un ambiente de recogimiento,
rezando y cantando. Niños de la misión polaca de Coblenza,
que se encuentran noche tras noche para rezar el Rosario, llevaron el
rosario.
Los presentes se encontraron en torno al Santuario Original con velas
encendidas en las manos mientras el Obispo rezaba en este lugar de Alianza:
"Madre tres veces Admirable de Schoenstatt, ya te encontré en
mi niñez, en las imágenes que conservaban las familias,
en el testimonio de los sacerdotes que estaban y están vinculados
al Movimiento de Schoenstatt. Al concluir nuestra Oración del Rosario
te saludamos en este Santuario tuyo... Ahora te entrego este rosario con
el cual pude rezar en esta celebración... Atiende nuestra oración
por la revivificación de la fe en esta diócesis, la más
antigua de nuestra patria; por las vocaciones para la vida consagrada;
en las tareas y necesidades de nuestra vida personal. Escucha nuestras
súplicas por la paz y justicia, diálogo y reconciliación
entre los pueblos y culturas, entre las iglesias y religiones, entre norte
y sur. Que el rosario sea, para todos los que visitan este Santuario,
un estímulo para no desistir en el esfuerzo por una vida de fe
en la vida diaria. Unidos con todos los peregrinos en tus santuarios en
todo el mundo, en este momento nos unimos de nuevo a Ti. Déjanos
participar en la apertura para con Dios y los hombres: Oh, Señora
mía; oh, Madre mía,..."
Para los schoenstattianos presentes fue un momento de profunda alegría
pronunciar junto con su Obispo las palabras con que en todo el mundo se
sella la Alianza de Amor...
Con total espontaneidad y sencillez: Encuentros
Pasó mucho tiempo hasta que después de la bendición
final el Obispo Marx llegase a la Casa Antigua para quitarse los ornamentos
litúrgicos, ya que con total espontaneidad y sencillez comenzaron
los saludos, apretones de manos, presentarse, etc. Feligreses de la parroquia
de Vallendar, jóvenes mejicanos, Hermanas de María con regalos
se abrían paso hacia él... Dos señoras que habían
podido darle la mano al Obispo se fueron felices. Una señora mayor
con la imagen de la Virgen Peregrina en sus manos, le dice a una amiga:
"¡Ven también al Santuario, el Obispo estuvo allí!" Desde
la Casa Antigua hasta la Casa de los Peregrinos, donde lo esperaba una
colación, el Obispo tardó una media hora en llegar, ¡y allí
ya lo esperaban miembros del club de tiro!
Una experiencia de una Iglesia llena de vida y sencilla con un Obispo
en el centro, también lleno de vida, con fe y sencillez: de esta
manera concluye esta noche en Schoenstatt.
Traducción: Hans y Pitty Reiche, Vallendar / Alemania
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