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 published: 2003-03-18

¿Quién sube al Cristo?

Peregrinación anual de los "Amigos de Mario Hiriart" al Cristo Redentor

El Cristo Redentor, primer monumento a la paz en el mundo

Christ the Redeemer, the world's first monument for peace

Christus der Erlöser, erstes Friedensdenkmal der Welt

 

16 de marzo de 2003: peregrinación de los "Amigos de Mario Hiriart" al Cristo Redentor

March 16, 2003: pilgrimage of the "Friends of Mario Hiriart" to Christ the Redeemer

16. März 2003: Wallfahrt der "Freunde Mario Hiriarts" zur Erlöserstatue

 

Quién sube al Cristo?

Who goes up to Christ?

Wer steigt zu Christus hinaus?

 

Ermita de la MTA., con palabras de Mario Hiriart - altura: 4.000 m

Wayside of the MTA, with words from Maria Hiriart - at 4,000 m height

Bildstock der MTA, mit Worten von Mario Hiriart - auf 4.000 m Höhe

 

El Cristo Redentor, testimonio del acuerdo de paz entre Chile y Argentina, en 1902

Christ the Redeemer, testimony of the peace treaty between Chile, and Argentina, in 1902

Erlöserstatue, Zeugnis des historischen Friedensvertrags zwischen Chile und Argentinien, 1902

 

Vista a los Andes

View of the Andes

Blick auf die Anden

 

a la tarde

in the afternoon

nachmittags

 

Fotos: Dillinger © 2003

 

CHILE/ARGENTINA, Amelia Peirone. Como cada tercer domingo de marzo, (este año el 16), unas treinta personas subieron a la estatua del Cristo Redentor, a 4.000 metros sobre el nivel del mar en la cordillera de los Andes, entre Las Cuevas (Argentina) y Los Andes (Chile). En estos días de la lucha por la paz y la justicia entre los pueblos, la peregrinación anual de los amigos de Mario Hiriart tuvo como meta especial rezar por la paz especialmente en el Medio Oriente y en Irak. También se prepara la peregrinación del año próximo, con ocasión del centésimo aniversario del Cristo Redentor.

Los domingos se duerme hasta más tarde en nuestras casas. Pero los terceros domingos de marzo de cada año, a ambos lados de la cordillera, un grupo de gente se levanta muy temprano para partir en peregrinación. Esto tiene ya bastante historia. Me refiero a la peregrinación de los "Amigos de Mario Hiriart", de ambos lados de la cordillera de los Andes, ese alto y magnífico cordón montañoso que hace de límite natural entre la Argentina y Chile, en esta América del Sur.

Frente al Aconcagua, que es el más alto de los picos de esta cordillera, pero a distancia, se alza una montaña sobre la cual se yergue una monumental estatua de Cristo, a 4.000 metros sobre el nivel del mar. El "Cristo Redentor", así se la llama, y, por extensión, a la altura donde está emplazada. También da su nombre al paso fronterizo que permite unir las localidades de Las Cuevas (Argentina) con Los Andes (Chile).

La gigantesca imagen de Cristo resucitado abrazando la cruz está hecha con el bronce fundido de las armas que pertenecieron a los ejércitos de estos dos países, en tiempos de litigio entre ambos.

"En los Andes construiremos un Santuario..."

Lo que describo era conocido por nuestro hermano Mario y ¿quién sabe? tal vez haya sido un estímulo para anidar su sueño latinoamericano, el que le gustaba compartir con el diácono Jesús Pagán, que lo acompañó a morir en Milwaukee.

Soñaban juntos, pero Mario – ya moribundo – decía con la fuerza interior que dan los grandes anhelos:

"Jesús (Pagán), en los Andes construiremos un santuario como símbolo de unión de nuestros pueblos y nuestros corazones, como símbolo del triunfo que la política no pudo obtener y que la Mater obtendrá por medio de sus instrumentos".

En cumplimiento y siguiendo ese sueño, debe haber nacido esta peregrinación anual. Lo cierto es que cada tercer domingo de marzo se encaminan temprano, gentes que viven en Mendoza, por el lado argentino, y otros que vienen de Viña del Mar, Quillota, Valparaíso y Santiago, desde Chile.

Los que partimos desde Chile, lo hacemos junto a la tumba de Mario, amanecemos orando para confiarle el viaje y decirle que vamos con él. Este año, el 16 de marzo, subimos unas treinta personas. Pero el próximo se esperan peregrinos de muchas partes del mundo, pues el Cristo Redentor, fiel entre los altos vientos, cumplirá allí cien años.

En cada escalada al Cristo, antes que nada se sube con el encargo de orar por la paz de nuestros pueblos, sí, pero también por la más honda, que es garantía de todas las otras, la paz del corazón del hombre. Recogemos tantas intenciones que las personas dejan, imploran y agradecen todos los días, junto a la tumba florida.

Una ermita

Arriba, en la adusta montaña, en la base firme del Cristo Redentor, hay una ermita con la imagen de la Mater y las palabras de Mario. Las personas de los lugares más lejanos que visitan este monumento, se sorprenden de ese joven que alcanzó las alturas andinas, cruzando muchas veces esta cordillera, pero que también avistó las cumbres de la santidad.

En estos últimos años, alguien se entusiasmó con la belleza de ese proyecto allí escrito y se robó la placa con la mirada de la Mater y las palabras del joven. Los amigos fieles de Mario, repusieron su voz sonora en la altura. Desde 2002 luce una placa nueva, más grande, bendecida en la tierra de Bellavista, junto al Santuario, y está ahora bien anclada en las cumbres.

Los jóvenes de este lado del mundo suelen anticipar este encuentro, cruzando a pie la cordillera durante muchos días. Nosotros somos peregrinos de un día. Lo hacemos para renovar las fuerzas apostólicas, para volver a soñar y para comprometernos con todo lo que Mario amó y por lo cual entregó su vida. Todo ello es ahora patrimonio de quienes lo conocemos y también de los ignotos visitantes del Cristo en la cordillera inmensa.

"Con Mario Hiriart oramos por la paz"

En la cumbre compartimos una oración en común, rezamos con el rosario de Mario, celebramos la Eucaristía, maduramos un nuevo desafío por construir la paz. "Con MARIO HIRIART oramos por la paz en nuestros países Argentina y Chile, y hacemos una plegaria universal por la paz en el mundo, particularmente en Irak y en Medio Oriente," es el titulo del folleto con el que rezamos en la cumbre del Cristo.

Cuando los dos países hermanos, la Argentina y Chile, no lograban resolver un litigio limítrofe, se subía a implorar al Cristo.

Cuando había heridas abiertas por la guerra de las Islas Malvinas, se subía a invocar al Cristo.

Cuando la lejana paz en Medio Oriente, sin embargo hace temblar ahora nuestras mismas bases de convivencia, se sube a clamar al Cristo.

Cuando durante todos los días del año necesitamos recuperar una visión más alta para nuestra vida, trepando al corazón de Dios a reencontrar la confianza de hijos y la alegre esperanza de aliados y enviados, se sube en espíritu y en verdad al Cristo...

Contacto: Amelia Peirone: asp18@hotmail.com


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Last Update: 18.03.2003 Mail: Editor /Webmaster
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