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 published: 2003-01-07

Navidad de los pobres

Mensaje de Navidad en las calles de Washington

La Virgen Peregrina, siempre presente, siempre acompañando, siempe abriendo el camino a Jesús. Ahí con el mendigo que se bajó del bus para cantar, con la maraca en la mano, y una señora que se acercó espontáneamente
The Pilgrim Mother, always present, always accompanying, always opening the way for Jesus; here with the beggar who left the bus to sing, with the maraca an his hands, and a lady who spontaneously joined
Die Pilgernde Gottesmutter ist immer dabei, begleitet, öffnet den Weg für Jesus; hier mit dem Bettler, der aus dem Bus stieg, um mitzusingen, und einer Frau, die sich spontan anschloss
Georgia Avenue, Washington: Un saxofonista y un cantante espontáneo.
Georgia Avenue, Washington: A saxophonist, and a spontaneous singer
Georgia Avenue, Washington: Ein Saxophonist und ein spontaner Sänger
En Mt Pleasant, Washington, DC, barrio latino, antes de la oración y el sorteo
In Mount Pleasant, Washington DC, Latin Quarter, before the prayer and draw
In Mount Pleasant, Washinton DC, einem hispanischen Viertel, vor dem Gebet und der Verlosung
En Columbia Heights, Washington, DC, cantando a Jesús. Los niños con maracas.
In Columbia Heights, Washington DC, singing for Jesus; the children accompany with maracas
In Colombia Heights, Washington DC, Lieder für Jesus; die Kinder spielen mit Maracas
Francisco, el orgulloso ganador del pesebre de porcelana
Francisco, proud winner of the porcellan crib
Francisco, stolzer Gewinner der Porzellankrippe
Fotos: Soros © 2003

ESTADOS UNIDOS, es.sde. Un giro inesperado tomó el año pasado la Navidad de un misionero de la Virgen Peregrina en Washington DC, Estados Unidos. Imposible quedarse en casa, aun cuando la tranquilidad del hogar le resultaba atrayente precisamente en esos días, en que en las calles reinaba tanto bullicio y tanta prisa. El power point no sería esta vez el vehículo portador de su mensaje. Tampoco siguió su costumbre, como en años anteriores, de tomar su changuito, el micrófono, la guitarra y el amplificador, para irse al centro de Washington DC a cantar villancicos por unas horas. Siguiendo un impulso interior salió a las calles. El iría a participar a otros la buena nueva del nacimiento de Cristo. Pero...adónde...., a quiénes...? Así comenzó una historia de encuentros sorprendentes, de hermandad, de amor...

El misionero de la Virgen Peregrina, Enrique, oriundo de Villa Ballester, Argentina, ahora viviendo y misionando en Washington, quiso compartir el hecho que lo llevó a experimentar la Navidad de una manera diferente. En vez de enviar simplemente saludos navideños a través de power point, se decidió más bien a participarnos su vivencia, la misma que llenó de una gran alegría su corazón. El dice que no podía callar su admiración y emoción por la llegada de Jesús y deseó para sí mismo y para otros la humildad de los pastores, de los sencillos y de los pobres para comprender el gran misterio del amor redentor del Dios hecho Niño . Tal vez su deseo de contemplar al Redentor con sencillez de corazón, fue lo que condujo sus pasos a uno de los barrios pobres de Washington, a Mt. Pleasant, cerca del centro.

Desde el año pasado dejó de ir a cantar al centro de Washington DC, para ir al barrio pobre arriba mencionado. Por seis noches seguidas, antes de Navidad, instala la imagen grande de la Virgen Peregrina de Schoenstatt para que presida su actividad, arma el equipo de sonido, y expone el pesebre de porcelana que se sorteará a las 6 de la tarde. Entre 10 y 30 personas participan del evento. Pero todos los pasantes se llevan algo del espíritu de Navidad. Jesús está por nacer! ¿Cómo no cantarlo y anunciarlo por doquier?

Cantar por el Niño Jesús que estaba por nacer...en Washington DC

La gente que desea apoyar el canto ofrece una colaboración económica que Enrique acepta agradecido. No es raro que incluso se acerquen borrachitos, mendigos e incluso transeúntes a cantar. Con los mendigos se realiza un trato: el hombre toca la maraca en alabanza a Jesús, y el dinero que se recolecta, es para él. En uno de los días de cantos navideños, les ha sido posible recolectar hasta 8 dólares, los cuales fueron repartidos entre cuatro hombres que acompañaban tocando entusiasmados las maracas y cantando.

En el tiempo de sus rondas por el centro financiero de Washington, Enrique le ofreció a un mendigo la posibilidad de cantar y tocar la maraca. El hombre dejando su vasito de Mc Donalds con los centavos que había recolectado pidiendo caridad, se acercó a cantar negro spirituals. Muy divertido resultó ver la cara de los ejecutivos del centro financiero, quienes abrían los ojos llenos de asombro, a la vez que aprobando con entusiasmo la escena, al descubrir que el nuevo cantante, que con tanto garbo y entusiasmo cantaba sosteniendo un micrófono, era nada menos que el mendigo de esa esquina, que por un instante se olvidó hasta de sus monedas , por cantarle al Niño Jesús que estaba por nacer.

Otro día se le acercó un hombre de color en una silla de ruedas y para apoyar el canto, y le dio a Enrique cuatro monedas de 25 centavos, los que seguramente se había ganado mendigando. Y bien se puede imaginar uno lo que significa vivir de la mendicidad. Esa fue una enseñanza de amor: el pobre, el marginado da de lo poco que tiene, pero de corazón.

Dos sorpresas en la última Nochebuena

Entre los pobres, las cosas más sencillas son las que dan más alegría. La tarde de la Nochebuena de 2002 se vino con unas sorpresas especiales en el barrio de Mt. Pleasant, en Washington, DC. Enrique estaba cantando villancicos junto al paradero de buses en la estación Columbia Heights, cuando de pronto se acercó un señor humilde, reportándose para cantar y tocar la maraca. Cuál no sería la sorpresa de Enrique al reconocerlo como uno de los miembros del coro de ángeles que unas noches atrás se había repartido los ocho dólares por cantar villancicos. Pero su sorpresa fue mayor aún al enterarse que este cantante se estaba dirigiendo en bus hacia un refugio de subsistencia, cuando al ver el puesto de canto, se bajó para compartir el momento de alabanza. Coro de ángeles. Distintas culturas e historias unidas por un Niño que se hizo Dios. Silent Night, Feliz Navidad, Joy to the world, Un burrito orejón y Venid pastorcillos a dos voces. La emoción de los pastorcillos de Belén, la gloria de un Jesús que nace en Washington para salvar!

Mientras tanto comenzaba a nevar. Los primeros copos de nieve del año cubrían de blanco las calles de Washington. Y Belén no estaba tan lejos. El niñito Dios estaba allí, naciendo en el latino pobre y desarraigado, en el negro olvidado y abandonado y en todo hombre de buena voluntad dispuesto a abrirle su corazón. Quién pudiera estar junto al pesebre! Quién pudiera abrir más el corazón! Quién pudiera alabarlo con su vida!

Redacción: POS/Hna. Adriana, Schoenstatt



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Last Update: 21.01.2003 13:27 Mail: Editor /Webmaster
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