Schönstatt - Begegnungen

Cómo surgió este Santuario...

Palabras de saludo del Padre Juan José Riba a Monseñor Ñañez para la bendición del Santuario

DOCUMENTACIÓN.
 

¡Bienvenidos todos! Una canción de los jóvenes dice así: «Tienes que encender una luz aunque sea pequeña, pues si ella se apaga este mundo será una tiniebla».

Frente a las dificultades por las que atraviesa nuestros país no quisimos quedarnos de brazos cruzados, sino aportar aquello que nos es más propio como Movimiento eclesial: un lugar de gracias donde tanto el hombre como el pueblo se reencuentre con la Madre de Dios, aquella que conoce y despierta el «corazón filial de cada uno de nosotros» para renacer a una tarea nueva de servicio vigoroso y desinteresado a sus hermanos en este tiempo tan duro y exigente que nos desafía a mostrar que somos cristianos en serio.

Algunos que me escuchan se preguntarán cómo surgió este Santuario. Déjenme correr el velo y recorrer de manera breve las diversas estaciones por las cuales el Dios de la Providencia nos hizo pasar hasta llegar a este día tan anhelado. Son como perlas de un rosario unidas por el Ave María.

¡Construyámosle a la Virgen un Santuario en este lugar!

Al principio estuvo el anhelo que Dios colocó en el corazón de unos pocos jóvenes y de algunas mujeres. ¡Construyámosle a la Virgen un Santuario en este lugar! Se acercaban a rezar junto al muro divisorio entre el jardín de la casa de los Padres y el Centro P.Kentenich. Fueron varios años donde se hizo esto, donde el deseo se fue acendrando y madurando, donde dejó de ser un simple capricho humano y se abrió la puerta de una historia divina.

Hubo idas y venidas, momentos de gloria y de oscuridad pero en todos esos años nunca se perdió el deseo. Tenía raíces sobrenaturales ya que lo humano solo pasa, lo de Dios permanece.

"Constrúyanlo con la Iglesia!"

Al llegar Ud., Monseñor, a esta arquidiócesis como nuevo obispo, fuimos a presentarle este proyecto. Lo hicimos con corazón de hijos pues queríamos escuchar la palabra orientadora del Padre y pastor. En ese día nos dijo: yo estoy abierto a este proyecto, pero les pido que no lo construyan solos, constrúyanlo con la Iglesia, en especial con el decanato. Así fue como Dios orientó nuestros pasos hacia los párrocos de nuestro decanato. Ellos sopesaron nuestro sueño y, en un encuentro decanal, decidieron apoyarlo enviando una carta escrita por el decano de aquel entonces, el P.Juan José Ribone.

El 7 de diciembre del año 2000, en la víspera de la fiesta de la Inmaculada, poco después de haber festejado como Iglesia arquidiocesana el Jubileo de la redención, en una conversación telefónica con Ud. nos adelantó el visto bueno para comenzar la construcción, que llegaría pocos días después en forma de un decreto.

La primera palada – pocos días después del 11 de septiembre

El 15 de septiembre del 2001 se hizo la primera palada. Sucedió 4 días después del ataque a las torres gemelas en Nueva York. Frente a este megasigno de odio entre las razas y civilizaciones quisimos levantar un pequeño signo de vida y esperanza. Ese día empezó a hacerse más clara la misión de este pequeño Santuario: debía ser un Santuario de María que despierte y cuide la vida y avive la esperanza de todo aquel que se acerque con fe a este lugar.

Pascua de Resurrección: colocación de la Piedra fundamental

En el domingo de Pascua de este año 2002, fiesta por excelencia de la vida y la esperanza para los cristianos de este mundo, colocamos en el altar la piedra fundamental que es una piedra de los muros de nuestra catedral, la Iglesia madre de la arquidiócesis y las piedras vivas, o sea, todos aquellos que se consagraron a la Virgen y se comprometieron a construir espiritual y materialmente este lugar de gracias. No quisiera olvida a aquellos que entregaron su vida para que este Santuario fuera levantado. Ellos nos acompañan desde arriba en esta hora.

Fiesta de la Campana

La tercera y última estación antes de este día fue la bendición de la campana y el campanario. Fue el domingo de Corpus Christi. Ahí nos quedó marcado para siempre lo que el pueblo cristiano sabe: lo que el Padre unió no debe separarlo el hombre: Jesús y María. Ella es la campana que llama a los hombres a encontrarse con Jesús. En el Santuario de Ella lo encontramos a Él, el Señor de la historia. Si bien la imagen de María domina el Santuario su centro es Cristo, nuestro hermano y Señor, Dios bendito por los siglos.

Hoy llegamos al final de este tiempo de la construcción material: la casa está lista. Ahora esperamos que la habiten sus ocupantes: los del cielo - Jesús, María, los santos - y los del suelo - el pueblo que cree en él.

Construido por dinero y donaciones cordobesas

No puedo dejar de decir una palabra que nos llena de orgullo: este Santuario ha sido construido en su casi totalidad por dinero y donaciones cordobesas. Aquí se entrelazan las donaciones de esa nena que rompió el chanchito y con ello puedo comprar 15 ladrillos, o la de esa pareja que en vez de celebrar su fiesta de aniversario matrimonial donó ese dinero, o esas joyas de las que se desprendió la gente para colaborar.

Quisiera agradecer por último al arquitecto y al equipo de construcción, a los artesanos que con tanto cariño y pericia hicieron su tarea, a las comisiones que trabajaron para preparar esta bendición.

Nuevamente desde el corazón: bienvenidos a todos: ¡esta es la casa de María, la casa de todos!



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Last Update: 23.09.2002 12:42 Mail: Editor /Webmaster
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