Schönstatt - Begegnungen

"Nuestro Dachau en tu Dachau" - Tu Familia es mi Familia

Peregrinación al Santuario Abierto de Dachau de las Profesionales, la Federación de Madres y las Hermanas de María de seis naciones y tres continentes

Dachau pilgrims from six nations, and three continents: the roses stand for the experience of heaven touching the earth - then, and in each Dachau situation today
Dachaupilger aus sechs Ländern und drei Kontinenten: die Rosen stehen für die Erfahrung, dass der Himmel die Erde berührt - damals und in jeder Dachausituation heute
"As if Mary wanted to say: here, in this place of horrror, I am present as mother... I want to wlak the streets of Dachau with you!"
"Als wollte Maria saggen: auch hier, an diesem Ort des Schreckens, bin ich als Mutter da...Ich gehe mit euch durch Dachau!"
By the admissions block, where Father Kentenich spent the first months of his stay in Dachau
Am Zugangsblock, wo Pater Kentenich die ersten Monate seiner Gefangenschaft in Dachau verbrachte
On the way back home: visit to Ennabeuren, where Fr. Kentenich in the post-war weeks waited to get a chance to return to Schoenstatt
Auf dem Heimweg: Besuch in Ennabeuren, wo Pater Kentenich in den Nachkriegswochen auf eine Möglichkeit zur Rückkehr nach Schönstatt wartete
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Fotos: POS Fischer © 2002

SCHOENSTATT, Gabriele Sudermann/Alexa Clemens/mkf. Las 28 mujeres de seis países en tres continentes, de cuatro Ramas, con más de 50 años de diferencia de edad, en peregrinación a Dachau donde el Padre Kentenich estuvo prisionero desde 1942 hasta 1945, vivieron una profunda experiencia de Padre y de Familia. Recorriendo felices las calles de Dachau en compañía de una Peregrina Auxiliar Internacional y varios símbolos de vinculación filial a ella, al Padre Kentenich, al Santuario y entre sí, depositaron sus pequeños o grandes "Dachaus" y los de miles de personas que llevaban en su corazón en el Dachau del Padre. "Nos llevamos de aquí", expresó una de las Profesionales, "la alegría y la corresponsabilidad de ser Familia del Padre, llamadas como hijas de un Padre de infinito amor a llevar a María y la Alianza de Amor a cada situación de Dachau en nuestras vidas".

Por un instante, al comienzo de la peregrinación a Dachau, mientras todas se ocupaban de los preparativos, la Auxiliar permaneció sola junto a la puerta de entrada, "como diciendo: aquí, en este lugar de horror, yo reino también y siempre reiné, tal como lo experimentó el Padre. No hay lugar ni realidad, por tremenda que sea, donde no me haga presente como Madre!". En el marco de los 60 años de aquella decisión crucial asumida por el Padre Kentenich el 20 de enero de 1942, esta peregrinación no estuvo orientada a un mayor conocimiento de la historia de Alemania o de Schoenstatt sino a una experiencia personal y comunitaria de la Alianza de Amor que se alza por sobre el odio y la injusticia de cada Dachau.

Experiencia de familia - sencilla, alegre, cercana

Viernes 14 de junio, 10.20 hs. El grupo internacional - donde la mayoría se vio por vez primera al subir al ómnibus y muchas no hablaban el idioma de las demás - parte rumbo a Dachau: nueve Profesionales del Norte de Alemania - promotoras y organizadoras de la peregrinación -, dos Profesionales de Ecuador, cinco Hermanas de María de Brasil - dos de ellas a cargo de la "cafetería" -, Donna de la Juventud Femenina de los Estados Unidos, seis Madres de Federación de Sudáfrica y Zimbabwe acompañadas por Sr. Marian, y Sr. Miriam. "De inmediato se creó un clima tan lindo en el ómnibus, que la conversación surgió en forma espontáneamente sencilla y se mantuvo así durante todo el viaje", comentó Alexa. "Era la primera vez que participaba de un grupo tan intenacional, y fue fascinante - la barrera idiomática no fue un impedimento! Era tanta la expectativa y ganas de conocernos de todas nosotras, que se dio así nomás!". - "Quizás la presencia de la Auxiliar desde su lugar de honor en el primer asiento, irradió una atmósfera especial - al igual que los símbolos y tesoros que uno tras otro fueron apareciendo allí, y de pronto una mujer hasta se acercó con rosas", dijo una de las Madres sudafricanas.

En Weiskirchen, en el Santuario de la Santidad Diaria, el Padre Balthasar Blumers le celebró al grupo la Santa Misa; tres mujeres del Ejército de los Estados Unidos junto con sus hijos participaron de esta Eucaristía, a la que habían sido invitadas - absortas al ver varias imágenes Peregrinas que llegaban al Santuario! Estas mujeres son misioneras en una base Americana cercana al lugar. La Misa se celebró en inglés, con canciones aportadas por las Hermanas de Brasil, cantos en inglés y en alemán. "Fue una experiencia espectacular, comenzando con la Santa Misa: cada grupo colaboró en forma totalmente sencilla y espontánea", dijo Alexa Clemens. "Le preguntamos a la Hna. Simone si quería cantar una cancíon en portugués y respondió: 'Por supuesto, ya sé cuál puede ser, y también podemos cantar algunas más!'. No hubo rastro de esa reserva cortés que a veces complica tanto la vida. Las Hermanas, las madres, todas formábamos parte de una misma Familia!". La forma sencilla de tratarse unas a otras como miembros de la misma Familia - característica distintiva del Santuario Abierto - se "extendió" a las señoras americanas y sus hijos al igual que al Padre Blumers, quien recibió un curso intensivo sobre cómo cargar la Auxiliar "al estilo" de Don Joao Pozzobon!

Un Rosario en cinco idiomas

En preparación a su visita a Dachau, implorando gracias especiales para las 28 peregrinas que viajaban en el ómnibus y todos los que estaban unidos con su oración, su recuerdo, su anhelo e intenciones, rezaron todas juntas un rosario - en cinco idiomas, una decena por idioma: alemán, inglés, español, portugués y latín. Cada grupo "lingüístico" eligió también una canción para 'su' decena, acompañadas a menudo por los otros grupos, ya sea en su propio idioma o adivinando a través de palabras desconocidas! Dijo Alexa: "Todas querían que la peregrinación fuese lindísima y aportaron lo suyo para lograrlo, creo que ése es el secreto de la naturalidad con que emprenden viaje, juntas, personas que hablan cuatro o cinco idiomas diferentes. Y el Padre, por supuesto, que nos acompañó todo el tiempo, uniéndonos. Un Padre, una familia"!.

Un video del testimonio del Padre Heinz Dresbach, que como sacerdote joven conoció al Padre en Dachau, fue una introducción ideal para la peregrinación a Dachau; el viernes por la tarde, al llegar a Kösching y una vez instaladas, casi todo el grupo (menos las madres de Sudáfrica que estaban agotadas!) se reunió para compartir las experiencias de alguien que recordando el tiempo que pasó junto al Padre Kentenich, llegó a decir: valió la pena ir a Dachau tan sólo por esta experiencia.

Camino a Dachau, temprano a la mañana siguiente, rezaron la oración de la mañana del Hacia el Padre en cuatro idiomas simultáneos. "Recién esta mañana comprendí el valor del Hacia el Padre", expresó una de las señoras sudafricanas. "No podíamos conversar entre nosotras pero rezamos las mismas oraciones, las oraciones del Padre, las oraciones de nuestra Familia, En ese momento me sentí parte de una Familia maravillosa!". Después de la oración de la mañana, a lo largo de toda una hora de viaje, las peregrinas tomaron espontáneamente el micrófono y compartieron lo que más les había impresionado sobre el testimonio del Padre Dresbach: la realidad palpable y visible de la Divina Providencia, la experiencia del Padre, la esperanza y la alegría... "Es esta esperanza lo que nos mueve a ir", dijo Marlene Peter, de Zimbabwe. "Precisamos irradiar esta esperanza en nuestro Dachau de Zimbabwe, sembrado de violencia, pobreza, injusticia y muerte".

Donde María reina en sus hijos

Una de las experiencias que Marlene Peter, Sr, Marian, y algunas madres de Johannesburg compartieron sobre la visita del Padre Esteban Uriburu a Johannesburg y Zimbabwe llevando la Auxiliar tuvo enorme repercusión. "No puede poner a la Mater en el baúl, Hermana! Ella se merece un asiento en el ómnibus!". - Ansiosas y entusiastas, las peregrinas se turnaron para llevar la Auxiliar de un lugar a otro - más por sentimiento personal que dándose cuenta el impacto de este gesto tan sencillo. "En años anteriores, cuando peregrinamos a Dachau, llevamos rosas - y experimentamos que una sola rosa en el páramo gris del campo de concentración influye muchísimo", comentó una de las Profesionales. "Este año llevamos a la Mater. Recorrimos las calles de Dachau con María. No fue algo premeditado, tan sólo sé que nunca olvidaré la imagen de la Auxiliar en las barracas ..."

Junto con la Auxiliar de Argentina, las Profesionales llevaron a Dachau el símbolo del Ojo del Padre para el Santuario de Dachau; una foto de la estatua del Padre con un ramo de rosas, y rosarios de macramé hechos en Argentina. Las tres Hermanas brasileras de la Adoración trajeron la corona de la antigua Casa, su tesoro más preciado; tanto ellas como Mónica Cadena, de Ecuador, llevaron también sus peregrinas; y las Madres se unieron con sus símbolos y tesoros: pequeñas banderas de Sudáfrica y Zimbabwe, un trozo de madera del Santuario Original.

No sólo 28 participantes entraron al campo de concentración con estos tesoros, también lo hicieron cientos (como mínimo) de personas que estuvieron presentes o representadas durante las siguientes horas a pleno rayo de un sol abrasador. Cuenta Gabriele: "En la Auxiliar llevamos la persona de la Mater a Dachau, lo cual hacerla presente en cada situación de Dachau. Solemnemente, la colocamos en cada estación, y con ella, todos nuestros signos de cercanía a ella, nuestro Padre, entre nosotros, a la Familia de Schoenstatt en Argentina, y a todos aquellos que tienen las puertas abiertas de par en par para ingresar al Santuario Abierto de Schoenstatt!".

Padre, nuestro corazón en tu corazón...

El recorrido meditado de Dachau, lugar tras lugar, giró en torno al núcleo de la Alianza con el Padre Kentenich: Padre, nuestro corazón en tu corazón, nuestro pensamiento en tu pensamiento, nuestra mano en tu mano. Padre, tu herencia nuestra misión. En cada uno de los lugares escogidos (seis previstos, a raíz del las demoras ocasionadas por el calor hubo que unir algunas), los peregrinos contemplaron al Padre Kentenich y sus experiencias en Dachau, los testimonios de vida mostraron los diversos aspectos de la Alianza con el Padre encarnados en la vida real. "Tengo grabada la imagen de ese señor que viajó varios cientos de kilómetros para colocar sus manos en las manos del Padre, ya que este encuentro con el Padre le había cambiado la vida a su amigo", fue el comentario de una de las participantes. La confianza de una madre de Argentina que "lo puso al Padre a trabajar por su canonización" al saber que su hija había tenido un grave accidente, la fidelidad de un matrimonio a su Alianza de Amor tras haber sufrido profundos desengaños y calumnias. - éstas fueron historias de la vida real, historias de vida que calaron muy hondo en los corazones de todas. "Fue a través de estos testimonios que pudimos comprender lo que encierra la Alianza con el Padre y el Santuario de Dachau en toda su dimensión", dijo Gabriele. Ella mostraba y cómo, con la ayuda del Padre y siguiendo su ejemplo, este Dachau puede transformarse en un Santuario: nuestro Dachau en tu Dachau, una Alianza y una esperanza!

Rosario iluminado en la barraca 26

Tras un breve almuerzo en la playa de estacionamiento del Monasterio de los Carmelitas, la mayoría del grupo regresó silenciosamente al campo de concentración para tener un momento de oración y reflexión personal. Cuando a las 14.30 hs se reunieron todas en la barraca 26, fueron "recibidas" por 400 rosas en baldes de plástico (que las acompañaron en el ómnibus desde Schoenstatt), velas formando un rosario alrededor de la Auxiliar, y los diversos signos de amor a la Alianza. El sentido de este rosario era rezar por todos aquellos que habían encomendado su oración y la de los suyos a una de las participantes o al grupo, y por todos aquellos que "forman parte de la familia de Dios, nuestro Padre", poniéndolos en contacto con las gracias especiales de este lugar donde el Padre se entregó enteramente por su Familia y donde la Alianza de Amor fue probada con la vida, una vida dura hasta el extremo. En pocas palabras, para (traerlos-incorporarlos) al Santuario de Dachau. Cada uno de los cinco misterios estaba vinculado a un ámbito de la vida: las personas que vemos a diario; el Schoenstatt internacional; los acontecimientos del mundo; las propias comunidades de Schoenstatt, las situaciones en las que Dios toca nuestra vida. Rodeando el rosario de velas, una tras otra rezó una Avemaría, mencionando la persona o la intención por la cual se ofrecía esta oración. Cuando las demás se sumaban a la oración, la persona se acercaba, depositaba una rosa y encendía una vela. Avemaría tras Avemaría, rosa tras rosa, luz tras luz, nombre tras nombre, se fue formando un rosario de luces y de rosas. Todas las personas que pasaban por allí sacaban fotos, algunos se detenían unos instantes... "Esto es rezar con el corazón", expresó Gabriele. "Es muy simple, porque de pronto uno se da cuenta de que lo único que importa es pedir por las intenciones, traer a su gente aquí - y a nadie le preocupa la formulación perfecta!". Participaron todas, nombrando cada una a las personas y las intenciones en su propio idioma, al igual que el Avemaría; suerte de aquellas que entendieron todos los idiomas, pero las demás pudieron experimentar claramente también que todo un mundo de amor, sufrimientos, y sobre todo de esperanza y confianza se hallaba presente en esas rosas y esas velas. Desde luego no alcanzó un solo rosario para nombrar a todas las personas que traían con ellas, pero ni el tiempo ni el calor las detuvo de rezar otro rosario más! Así que las últimas tres Avemarías se ofrecieron por todos aquellos que habían sido mencionados en el silencio del corazón.

Rosas para padres, maridos, hermanas de Curso, compañeros de trabajo, y las víctimas del atroz bombardeo en Jerusalén

Finalmente, entregaron rosas a la Mater y al Padre - en nombre de todos aquellos que habían pedido de antemano hacerse presentes a través de una rosa y todos aquellos que las peregrinas querían que estuviesen presentes en ese momento. Tras un instante de desconcierto inicial, predominó la gracia del momento: parecía que cada persona nombrada evocaba a otras personas, y por último, a medida que los baldes iban quedando vacíos y el mar de rosas crecía en el "Santuario de Dachau" visible, aumentaba la ansiedad de las peregrinas que no querían perderse de depositar una rosa más por los suyos. Hermanas, madres, Profesionales, jóvenes - todas participaron por igual. Para Gabriele "fue fascinante ver todos los que se reunieron esta tarde en la barraca 26: la generación mayor de la Liga de Profesionales, el Movimiento de Schoenstatt de Argentina, Ecuador, Alemania, Paraguay, los Estados Unidos y Brasil, la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina, João Pozzobon, el Padre Esteban Uriburu, muchos Padres de Schoenstatt y Hermanas de María, Hermano Arendes, maridos, jefes, compañeros de trabajo, hijos, nietos, las víctimas del atroz bombardeo en Jerusalén, un chiquito de Goya a punto de ser operado de un tumor cerebral y la madre de una hermana de grupo de una de las peregrinas, enferma de cáncer y que falleció una hora más tarde, llena de paz, mientras la peregrinación de Dachau asistía a la Santa Misa en la Capilla de los Carmelitas.

Eucaristía Pascual en la Capilla Carmelita

El día en Dachau finalizó con una Eucaristía Pascual en la Capilla Carmelita, uniendo el dolor y la esperanza del Dachau de entonces y los" Dachaus" de hoy con la crucifixión y resurrección del Señor. El Padre Mauer vino desde Kösching a celebrar la Misa, en la que contempló la experiencia de Dachau a la luz de la Pascua.

En el momento de las peticiones, una representante de cada grupo o país presente se acercó con un símbolo elevando una oración de gratitud y confianza. Marcia, de Ecuador, llevó el símbolo del Ojo del Padre implorando que todas las personas del mundo puedan experimentar el amor misericordioso del Padre. Alexa se adelantó con el rosario de Argentina y agradeció en nombre de las Profesionales de Alemania por haber descubierto el rosario; Lena tenía el foto del Padre y pidió que la Alianza con el Padre se torne fecunda para Schoenstatt; Petra habló en nombre de quienes el 20 de enero - en el 20º aniversario de la decisión del Padre Kentenich - se implantaron en el Jardín de María; la Hna. Rosana llevó la corona de la antigua Casa, el tesoro más preciado de las Hermanas Adoratrices del Santuario Original, pidiendo por todos aquellos que encomiendan allí sus necesidades a la Mater; Marlene Peter llevó la Auxiliar agradeciendo por la irradiación de la Campaña del Rosario en África y en el mundo entero, e imploró que la Virgen Peregrina continúe llevando las gracias del Santuario a muchos.

Centrarse en lo esencial

Bastante agotadas, regresaron a Kösching - y esa noche muchas de ellas compartieron un encuentro con típicas golosinas e intercambio de regalos.

El domingo, después de otra Misa con homilía traducida, lecturas y canciones en diferentes idiomas, las 28 peregrinas abordaron el ómnibus rumbo a Schoenstatt y, desde allí, a sus "Dachaus" de cada día. Hicieron una parada en Ennabeuren, el pueblito en el Sur de Alemania donde el Padre vivió esas cuatro semanas transcurridas desde su liberación de Dachau y su retorno a Schoenstatt. La pequeña habitación que ocupó el Padre en aquel entonces, se transformó en un lugar de oración silenciosa y meditación para todo el grupo. Cuando don Joao fue invitado a alojarse allí por una noche, no tocó la cama sino que pasó la noche entera de rodillas, en oración. "Cuando las demás fueron a visitar la iglesia, me quedé rezando en esta habitación", comentó Gabriele. Se trata de centrarse en lo esencial, no perder de vista las impresiones del alma yendo detrás de un montón de experiencias no tan importantes aunque tal vez sí llamativas.

En el viaje de regreso a Schoenstatt, hicieron una reseña de la peregrinación a través de testimonios. Estos testimonios mostraron muy claramente que para muchas "Dachau" pasó a ser "mi Dachau". Predominó la gratitud por la experiencia paterna y de familia, la participación espontánea y dispuesta de todas, y el fuerte espíritu comunitario pese a las barreras del idioma. Las Hermanas Adoratrices comprometieron su oración durante las horas de Adoración en el Santuario Original pidiendo por las intenciones de todas las personas incluidas en el rosario iluminado. Una madre de Cape Town que trabaja con mujeres violadas expresó: "Llevo conmigo el mensaje de que la justicia comienza por los derechos de uno, que hay que tomar conciencia de sus propios derechos y defenderlos hasta las últimas consecuencias. Cuando estaba en las barracas y escuché que el Padre Kentenich se levantaba más temprano todas las mañanas para estar solo en el baño público, fue como un resplandor: la justicia comienza por los derechos de uno".

"Realmente experimentamos ser familia, una familia unida en la Alianza con María, una familia inspirada por el Padre", dijo Gabriele "En nuestra última peregrinación a Dachau descubrimos el 'Santuario Abierto', esta vez lo vivimos!".



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Last Update: 21.06.2002 15:46 Mail: Editor /Webmaster
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