Caminar en la feLa procesión del Corpus Cristi en Monte Schoenstatt atrae a más de 1500 personas |
SCHOENSTATT, mkf. Mundial de fútbol, tiempo para ir a nadar... Pero se equivocaría el que creyera que esto le restaría afluencia a la tradicional procesión del Corpus Cristi en Monte Schoenstatt, el mayor y más antiguo atractivo de este lugar de peregrinación. Más de 1500 personas quisieron recorrer los floridos caminos en este radiante domingo, bien por la mañana durante la procesión comunitaria o bien por la tarde en solitario o en reducidos grupos. Como es tradicional, los tapices florales reflejaban motivos eucarísticos y religiosos, no sólo en honor del Señor Sacramentado, sino como auténtica catequesis, perceptible con la vista y en el caminar. Por decimoséptima vez participaba una peregrina de Munich, que había llegado a Schoenstatt con un grupo en autobus. Casi penoso le resultaba esto a una lugareña, que participaba por primera vez en la peregerinación del Corpus. No sólo de Munich, sino de muchos otros lugares de Alemania y de Suiza habían llegado grupos enteros de autobuses; también se reflejaba el carácter internacional de Schoenstatt, no sólo por las muchas banderas nacionales que fueron portadas durante la procesión, sino por los participantes llegados de diferentes países como España, los Países Bajos, Brasil, Paraguay, Chile, Estados Unidos, Ecuador, Burundi y Argentina, por nombrar sólo algunos. De Berlín había llegado un grupo de familias polacas, algunos de cuyos miembros portaban con orgullo durante la procesión sus imágenes de la Virgen Peregrina. Una imagen colorida de feUna banda de música de Niederwerth acompañaba la procesión, la cual patrió de la Iglesia de la Adoración y recorrió los tres altares situados en la casa de formación de las Hermanas, el Santuario del Jardín de María y la Casa Materna, antes de regresar a la Iglesia de la Adoración, en cuya plaza se impartió la bendición final. El tema de las oraciones y los motivos de los tapices florales reflejaban el lema de este año: "Jesucristo, tu amor es más fuerte". En las oraciones y peticiones que acompañaban el caminar durante las diferentes estaciones se podía vislumbrar cada una de las intenciones que mueven al hombre contemporáneo, en especial la petición por la paz, por la protección de la vida, los niños y las familias. Grupos enteros de niños portando coloridos ramos de flores acompañaban al Santísimo Sacramento y coregrafíaron en el penúltimo altar un baile de alabanza en honor de Jesús Sacramentado. "Es una gran alegría poder volver a celebrar, rezando y cantando, en una gran comunidad", afirmaba un participante. El párroco Schapfel hizo suyo en su alocución final algo que movía a muchos de los participantes: el agradecimiento a tantos voluntarios y participantes por la vivencia y el testimonio de fe que suponía el uno para el otro en su caminar en común. Por la tarde reinaba en el normalmente tranquilo Monte Schoenstatt una gran actividad. Muchos querían aprovechar este tiempo para volver a admirar con calma los tapices florales. La posibilidad de recogimiento al aire libre delante de alguno de los tapices de flores, el cantar y la cafetería atrajeron a muchos devotos. La preparación también fue un acontecimientoPor primera vez se había invitado a los vecinos de los alrededores y a los participantes en jornadas en las casas Schoenstatt a participar en la preparación de los tapices de flores. Y como destacaba la Hermana Anne Meike orgullosa: "ˇResulta imposible distinguir los tapices de la gente de los de las Hermanas!" Una mujer de Sao Paulo (Brasil), que visitaba por primera vez Schoenstatt, participaba entusiasmada poniendo flores. No era necesario entenderse para este trabajo, y, además, al final la Providencia se encargó de hacer aparecer una hermana brasileña. También participaban jovenes de Paraguay, Estados Unidos y Ecuador; una familia completa de los alrededores hacía un tapiz, mientras dos jovenes hermanitas ayudaban convencidas de ser protagonistas principales de esa tarde. Todos los años está planeado celebrar en Monte Schöntatt, el domingo después del Corpus, esta procesión en honor de Jesús Sacramentado. En los años precedentes la procesión hubo de ser acortada o cancelada por razones meteorológicas. Este año pudo tener lugar como estaba previsto. Fue la respuesta a la necesidad sentida por muchos de experimentar la fe en comunidad, o como recordaba el párroco Schapfel: "de darse mutuamente un testimonio del Dios vivo".
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Last Update: 25.06.2002 12:54 Mail: Editor
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