Padre, desde tu Santuario esperanza para la Iglesia y el mundoEl Movimiento de Schoenstatt en Argentina a la espera del Padre |
ARGENTINA, Monina Badano/mkf. El 11 de enero arribó finalmente la estatua del Padre Kentenich a Buenos Aires, en viaje hacia Argentina durante la crisis social que provocó hechos de violencia y derramamiento de sangre en el mes de diciembre, y un tiempo marcado por la extrema inseguridad económica y política, la tensión y el miedo. "Padre, desde tu Santuario esperanza para la Iglesia y el mundo! Aquí estamos, vamos contigo!" – Toda la Familia de Schoenstatt argentina, peregrinos, miembros de las acciones apostólicas, los 32.000 misioneros de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina, miembros de las diversas Ramas, Federaciones e Institutos, niños, jóvenes y adultos, se mantienen unidos en espera del jubileo de Oro del Santuario del Padre, unidos en la espera de la llegada del Padre. Como en 1952, cuando se comprometió a venir "desde cualquier lugar de mundo a bendecir este Santuario", el Padre Fundador hoy "vuelve" a la Argentina, regalándole su presencia a toda la Familia que el 20 de enero sellará la Alianza con el Padre. Son muchos los jubileos que celebra el Movimiento de Schoenstatt, pero lo que le imprime un sello especial a este jubileo de Oro del Santuario Nacional es la participación de todo el Movimiento de la Argentina, unido no sólo en la celebración del próximo 20 de enero sino también en la preparación del mismo y los regalos que le ofrecen al Padre. Unidad que la "Familia del Padre" experimenta como la gracia de contar con él, el Santuario y su misión, pero también como tarea de ser portadores de esperanza en medio de las dificultades que atraviesa el país. Generar un clima de esperanza El Santuario Nacional – signo de la presencia y el amor del Padre Victoriosidad, solidaridad, austeridadNo basta la esperanza, es preciso que también proclamemos la realidad de ser hijos de una Reina Victoriosa – la victoriosidad fue lo que marcó la jornada de Delegados en noviembre de 2001. Se sintieron fuertemente interpelados por la situación del país: el desánimo de la gente, el miedo, los pobres sin esperanza, los políticos que no atisban soluciones, la brecha cada vez más amplia entre ricos y pobres, la corrupción que no cede y un clima de inseguridad creciente. Esta dura realidad golpeó a las puertas de la Familia, dificultando la participación de muchos schoenstattianos en el jubileo. Hubo testimonios realmente sobrecogedores, ante los cuales nadie pudo permanecer indiferente. Las expresiones concretas de la victoriosidad, que signó la etapa final de preparación al jubileo, son la solidaridad y la austeridad. Como signo de solidaridad y austeridad, a fin de posibilitar una mayor participación de los schoenstattianos ambos días del jubileo (19 y 20 de enero), se resolvió bajar los costos y realizar una celebración sencilla, a tono con la situación del país que afecta a muchos hermanos. Para muchos de ellos, especialmente los que vienen desde muy lejos, la participación en el jubileo representa un enorme sacrificio económico. No obstante, la Familia argentina ha asumido un gesto solidario que expresa su sensibilidad social. Se le ha pedido a cada participante que lleve un elemento no perecedero para aportar a la Casa del Niño "Padre José Kentenich", en Florencio Varela, y a las parroquias más carenciadas adyacentes a Nuevo Schoenstatt. Como Inés y José Eduardo, de la comunidad de Rawson, muchos miembros del Movimiento se sienten llamados "a seguir trabajando para hacer de nuestra Argentina un país donde la solidaridad se imponga sobre los egoísmos, la generosidad sobre las mezquindades y la unidad sobre las divisiones". - "A medida que se van complicando las cosas en nuestra Patria tanto más actual se hace el mensaje del Santuario que celebramos," escribió la Hermana Virginia, Asistente de la Dinámica del Movimiento en Argentina y miembro de la Comisión Central del jubileo. "No sabemos cuánta gente va a venir, las dificultades son reales, pero el número no es signo de la grandeza y la actualidad de una misión". El 20 de enero de 1952, el Padre Fundador manifestó proféticamente: "Queremos suplicar que Dios nos regale hombres y mujeres que no sólo sepan hablar bien sino que comprendan toda la fuerza y todo el peso de esta inmensa misión que nos fue regalada por Dios para la época de hoy y que estén dispuestos a dar su vida por ella". La Familia del Padre, en su totalidad, está dispuesta a asumir hoy su legado. "Yo colaboré con la estatua del Padre...""Yo colaboré con la estatua del Padre". Palabras simples pero que han encendido mucha vida, alegría y vinculación en toda la Familia de Argentina y más allá. Cuando el 19 de enero de 2002 la estatua del Padre sea bendecida, cuando el 20 de enero a 12:00 hs. los que tengan la posibilidad de participar activamente en la celebración del jubileo, cientos y cientos de personas llegadas de todos lados de la Argentina, sellen su Alianza con el Padre - en su nombre y en el de muchos hermanos más que los acompañarán desde el interior del país y desde otros países - podrán decir: "Yo colaboré con la estatua del Padre." Probablemente esta estatua del Padre es, de entre todas las estatuas existentes, la que despierta en mayor cantidad de gente el sentimiento: "Mi estatua del Padre, nuestra estatua del Padre, la estatua del Padre que conquistamos juntos!". Para todos ellos, la estatua del Padre Kentenich es ya un signo de su presencia "viva" que invita a muchos a aliarse con él. Cuando, reunidos frente al Santuario del Padre, los participantes del jubileo sellen su Alianza con él, miles de schoenstattianos en Argentina que no pudieron costear el viaje como así también un número considerable de personas en Alemania, Paraguay, Ecuador, Estados Unidos, Sudáfrica, Inglaterra y Chile se harán presente allí a través de los miles de cupones con sus nombres - símbolo de su compromiso espiritual y material a lo largo del año- que serán depositados en la base de la estatua. Más de 30.000 estampas de la estatua del Padre y la oración de Alianza con él recorrieron Argentina y varios países más, como parte de una campaña llamada "1 peso para el Padre". También se alistaron cientos de alcancías donde depositar los cupones y el "peso para el Padre" que, dada la progresiva crisis económica, a menudo consistió en un verdadero sacrificio de amor. Varias diócesis, Ramas, Federaciones e Institutos enriquecieron con acentos propios la preparación de su Alianza con el Padre y el compromiso con el Santuario Nacional. La corona de la Obra Familiar recorrió la Argentina, muchas diócesis peregrinaron al Santuario Nacional para impregnarse de su espíritu y su mensaje. En la Jornada Nacional de la Campaña, los responsables decidieron unirse a la Alianza con el Padre Kentenich: "Aliarnos con el Padre, como don Joao se alió con él para cumplir su misión". En la línea de la motivación surgió una iniciativa "con acentos originales" concretada a través de un cuadro de la estatua del Padre con una Peregrina en sus manos que recorrió diversos lugares del país conquistando, a su paso, los corazones de los misioneros. En todos los encuentros y reuniones del último año se trabajó un aspecto central de la Campaña: la relación profunda y filial de don Joao con el Padre Kentenich y la importancia que tuvo el Padre, para él, en la Campaña. Las Auxiliares que presidirán los talleres del jubileo dan testimonio de la entrega y compromiso de los misioneros con el Padre. Muchos de ellos han hecho un esfuerzo especial para enviar la Auxiliar de sus diócesis al jubileo haciéndose presente a través de Ella en esta hora de gracias. Todo el Movimiento se unió a la novena de semanas en preparación al jubileo y la llegada del Padre, que comenzó el 18 de Noviembre, día de cumpleaños del Padre Fundador. "Nos envías en alianza""Esperamos que en medio de esta situación que nos toca vivir encontremos, en el Padre, respuestas y las fuerzas que necesitamos para vivir y ayudar a otros a vivir con la dignidad de los que nos sabemos hijos de Dios", escribió Rosa Ciola de Villa Ballester. "Mar adentro nos envías en alianza", expresa el himno del jubileo 2002; para que "todos tomados de la mano de nuestra Madre seamos portadores de esperanza y paz en este año que comienza", como dice Dora Campos de San Isidro. No es un jubileo y una gracia sólo para la Familia de Argentina. En la tumba del Padre, una pequeña bandera argentina recuerda este próximo jubileo. "También desde Argentina, todas las gracias que recibiremos en estos días llegarán en la corriente de retorno hacia el Santuario Original", manifestó un miembro del Movimiento allí. Que la Familia de Schoenstatt internacional experimente la presencia del Padre "como el sol del tiempo nuevo". |
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Last Update: 16.01.2002 15:16 Mail: Editor
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