Zehn Minuten an der Krippe in der Anbetungskirche Berg Schönstatt.

Zehn Minuten an der Krippe, die Schönstätter Marienschwestern gestalten das Programm, Kinder die mitfeiern können sich beteiligen.

Krippe in der Anbetungskirche

Hirten auf dem Weg zur Krippe.

Maria und Kind

Weihnachtlicher Schmuck in der Gründerkapelle.

Anbetungskirche im Schnee

Im dichten Schneetreiben: Schwestern besuchen die Statue von Pater Kentenich vor dem Pater Kentenich Haus

Fotos: PressOffice Schönstatt, Brehm © 2001

SCHOENSTATT, mkf. Cerca de 500 personas en la apertura de los "Diez minutos junto al Pesebre" el 26 de diciembre, a pesar de la nieve y el consecuente mal estado de las rutas: en su quinto año, esta iniciativa navideña no ha perdido su "magnetismo"; 8.000 personas concurrieron la temporada pasada. Hasta el 8 de enero, diariamente a las 15 y 16 horas, la gente puede acercarse al pesebre que está en la Iglesia de la Adoración en el Monte Schoenstatt para compartir una breve meditación y villancicos de Navidad. A continuación, todos están invitados a tomar un té navideño, con galletitas, en la antigua caballeriza. - Schoenstatt tuvo una "Navidad Blanca" este año; las celebraciones navideñas en el lugar de origen y alrededores se caracterizaron por la alegría ante la reapertura del Santuario Original y el 60 aniversario de la "Navidad entre rejas" del Padre Kentenich donde se germinó el Jardín de María, y el espíritu solidario, a la luz del 11 de septiembre, con la India, Pakistán, Tierra Santa, Argentina y muchos lugares más que atraviesan graves dificultades.

"Vengo por las deliciosas galletitas caseras", confesó un señor mayor que salía de la Iglesia de la Adoración el 26 de diciembre, día feriado en Alemania, mientras su acompañante asentía con la cabeza. En la Iglesia resonaban los acordes de un villancico tradicional, que provenían del teclado de la Hna. Mariengund y la guitarra de la Hna. Rosa María, acompañadas de 30 niños, como mínimo, entre ellos muchos chiquitos, que alegraban el ambiente al son de campanas, panderetas, cascabeles o, simplemente, con su voz.

"Sin embargo", acotó el señor, "esta experiencia tiene un impacto muy profundo en el corazón". La experiencia que menciona son textos muy sencillos que no alientan en las personas ensueños de fantasía sino que iluminan su realidad personal y su vida diaria -la abuela enferma, el 11 de septiembre, el último e-mail y los incendios en Australia- con el resplandor del Niño que está en la cuna. "Venimos desde el primer año", dice, con orgullo, un señor de Höhr, "Ya no traemos a nuestros hijos, pero el próximo domingo vendremos con nuestro sobrino. Pero esto no es sólo para niños. Venimos aquí a pasar nuestra propia Navidad".

Luz de Paz desde Belén

Los chicos son el centro de atención y participan desde el vamos. Algunos hacen su entrada solemne como María, José, los pastores y ángeles (a veces no alcanzan los disfraces pero basta una bufanda para convertirse en pastor!), otros, con togas amarillas, llevan velas y la luz de Belén, custodiada en Schoenstatt desde hace dos años, recordando a todos los cristianos en Belén y su mustia Navidad. Se invita a todos los chicos a acompañar los villancicos con campanas agitando estrellas multicolores de cartón al ritmo de la música. Muchos de ellos saben adónde hay que ir y qué deben hacer - participan todos los años. "Nuestra Mara viene desde los tres años" comentó la madre de una chica flaquita. Tiene 8 años y se está preparando para su Primera Comunión. "¡Esta es su Navidad desde la infancia! ¡Desde hace días sólo habla de ir a Schoenstatt nuevamente!".

"Entonces, una nueva luz se enciende en nosotros, una paz duradera reinará en nuestros corazones y una alegría contagiosa se dibujará en nuestros rostros", expresan unas palabras dichas en los "Diez minutos junto al Pesebre", tomadas de una oración argentina. "Y luego regresamos a casa, tal vez en silencio: brindándole a la noche oscura algo de claridad, serenando un poco el ánimo de la gente y aportándole algo de alegría a su tristeza...". "De algún modo, es verdad. Al menos por un momento...", comentó una señora joven.

El momento de la Estrella

"¡Acá estoy de nuevo!" - radiante de alegría, pasa corriendo una chica vestida de pastor. "¡Ayer fui pastor!". Martina Rasch, una de las Profesionales que se toma unos días de vacaciones para organizar el programa de los chicos, le preguntó: "¿Y quién te gustaría ser hoy?". Tras una breve pausa: "¡Hoy quiero ser María!".

El martes a las 4 de la tarde, había sólo unos pocos chicos. Mientras los mayores escribían los nombres de sus seres queridos en estrellas de papel para depositarlas junto al pesebre, todos los chicos estaban enfrascados en las velas y la luz de Belén. Cuando terminaron, se les propuso tomar estrellas de cartón o campanas. "¡Perdón, no tengo tiempo!", respondió un chico de nueve años, "¡Tengo que conseguir una estrella para escribir los nombres de todos mis amigos!".

Muchos participantes están esperando el "momento de la estrella": la Navidad se hace experiencia personal al escribir el nombre de la esposa de la que está divorciado, el vecino moribundo, el hijo adolescente rebelde, la madre ya fallecida, los amigos de la India, los schoenstattianos de Argentina en la estrella y depositarla junto al pesebre. Como todos los años, ya días antes de Navidad, gente de todas partes del mundo envía los nombres de sus seres queridos por email para que los escriban en estrellas...

La antigua caballeriza está abierta toda la tarde; ofreciendo té y galletitas de Navidad. Hermanas de Schoenstatt, matrimonios, madres, mujeres profesionales, atienden allí, dan la bienvenida, participan. Hay voluntarias que estuvieron semanas enteras preparando galletitas ya que se consumen toneladas, otros ayudaron a decorar la caballeriza. Rústica y sencilla, un poco "fresca" pero acogedora: con bancos de madera, un árbol de Navidad, el Niño Jesús sobre paja verdadera, y muchas personas hablando entre ellas!

Navidad 2001 - para muchos un poco más similar a la Navidad de María 2000 años atrás

El 11 de septiembre, el permanente derramamiento de sangre en Tierra Santa, el estallido social que sacudió a Argentina el 19 y 20 de diciembre desencadenando una ola de violencia y temor, la India y Pakistán al borde de la guerra, Afganistán, la amenaza de nuevos ataques terroristas, y los incendios voraces cerca de Sydney, en Australia, que han puesto en peligro el Santuario y el Centro que hay allí - estos hechos y todas las formas más sutiles aún de amenaza a la vida humana, le restan brillo a la Navidad de 2001 - pero quizás también le han dado a esta Navidad un carácter más similar a la Navidad de María, 2.000 años atrás, y a la Navidad del Padre Kentenich hace 60 años. "Es una Navidad distinta a las que hemos celebrado antes", expresaban varios mails llegados de Argentina, para muchos fue una Navidad sin regalos, sin fuegos artificiales ni estruendos, pero "tal vez entendimos el mensaje central de la Navidad, el sentido de la Navidad".

Por primera vez en 25 años, Schoenstatt tuvo una "Navidad Blanca" con sol radiante y cielo celeste, un paisaje de ensueño en invierno. En la Misa de Gallo hubo menos gente que lo normal a causa de la nieve y el estado de las rutas. Los seminaristas latinoamericanos y norteamericanos de los Padres de Schoenstatt participaron en la Misa de Gallo; familias y jóvenes de Paraguay, Chile, Argentina, Sudáfrica, México, Inglaterra, Portugal, le brindaron al lugar de origen un excelente marco internacional. Se rezó por la Familia de Schoenstatt y los pueblos que enfrentan crisis, catástrofes, terror, guerras: Australia, la India, Pakistán, Tierra Santa, Argentina, Burundi.

La tumba del Padre está decorada con una abundancia de rosas, azucenas y violetas - conmemorando los 60 años del Jardín de María. La noche del 24 de diciembre de 1941, en la carta enviada por una Hermana llamada Mariengard (jardín de María), el Padre Kentenich descubrió el símbolo de la comunidad y solidaridad de destinos que vive la Familia de Schoenstatt en la universalidad de la Alianza de Amor, en su sentido más profundo.

En la homilía de una de las Misas de esa mañana, el P.Walter hizo referencia a la antigua leyenda y canción mariana de Navidad - "María atravesó una selva de espinos - y comenzaron a florecer rosas, porque llevaba al Niño que es amor y portador de gracias". Mencionó que las espinas aún existen, pero quien ve las rosas no cuestiona las espinas. A continuación, lo relacionó con el nacimiento del Jardín de María 60 años atrás: en la penumbra y soledad de una celda, en el dolor de la separación y la distancia, a través de la carta de la Hna. Mariengard y la respuesta a la misma, comenzó a crecer y florecer un jardín. Como resultado: los muros permanecieron pero ya no impidieron la comunicación; perduró la distancia, pero no significó ya separación; la celda siguió estando dentro de una prisión pero fue al mismo tiempo un pedazo de cielo, el lugar de gracia: el amor es más fuerte.

El Santuario Original reabrió sus puertas en Navidad

No sólo la nevada del día domingo fue un anticipo de Navidad sino que también ese día, tras varias semanas de refacción, el Santuario Original reabrió sus puertas en la Santa Misa de la 7 hs. Fue una mañana oscura y de un frío tremendo pero acercarse al Santuario Original y ver luz en su interior por primera vez en semanas, fue como dirigirse realmente al pesebre... "Tu Santuario es nuestro Belén". El Padre Pallottino que celebró la Santa Misa tomó las lecturas de Navidad para resaltar la alegría de ese día, refiriéndose a la tensión que existe entre "poderío" y "pequeñez", citada tan a menudo en la Biblia. Dios elige a los pequeños - elige un pequeño Santuario, elige hacerse un niño pequeño - para realizar sus milagros. En Nochebuena y Navidad, mucha gente se acercó al Santuario Original para rezar. Pero fueron muchos más los que, desde todos los continentes, se trasladaron espiritualmente a la fuente de gracias, implorando que Cristo vuelva a nacer, hoy, en el mundo entero.