Schönstatt - Begegnungen

Somos instrumentos de la Mater y queremos encender el mundo con Schoenstatt

25 madres argentinas peregrinaron a Schoenstatt, la mayoría de ellas por primera vez

Most of them came to Schoenstatt for the first time: Mothers from Argentina
Die meisten waren zum ersten Mal in Schönstatt: Mütter aus Argentinien
A special experience: baptism renewal in the parish church in Gymnich, where Father Kentenich was baptized
Ein besonderes Erlebnis: Tauferneuerung in der Pfarrkirche in Gymnich, an dem Taufbecken, an dem Pater Kentenich getauft worden ist
Celebrating their Covenant of Love, sealed in the Original Shrine
Ein Grund zum Feiern: sie haben gerade im Urheiligtum das Liebesbündnis geschlossen
The mothers from Argentina were eager to learn more about Schoenstatt's spirituality
Die argentinischen Mütter nahmen die Schönstatt-Spiritualität wie ein Schwamm auf
Fotos: Isabel Sodano © 2001

SCHOENSTATT ORIGINAL (Mónica Cadena/mkf) "Somos instrumentos de la Mater y queremos encender el mundo con Schoenstatt", dijo Isabel Sodano, Jefa de la Peregrinación de este grupo de madres de Argentina que estuvo de visita dos semanas en Schoenstatt, Alemania. Con corazones "encendidos" y tal vez "más jóvenes" que muchos jóvenes, a todas se le asignó una tarea: secretariado, liturgia, cantos, o alguna otra pequeña comisión, y esto fue lo que unió y caracterizó a este grupo que llegó a Schoenstatt sin la compañía de una Hermana de María ni sacerdote alguno.

La mayoría de estas madres venían por primera vez a Schoenstatt y sin duda experimentaron la alegría de sentirse elegidas para transmitir sus vivencias de encuentro con la Mater y el Padre Kentenich. María Inés Vidart de Fabre, de 52 años, expresó: "La alegría desborda mi ser por haber sido elegida por la Mater para convertirme en un sol para todos". Se mostraban sumamente agradecidas ante cada signo de acogida y hospitalidad. Le regalaron una foto lindísima del Santuario del Padre, en Argentina, a cada persona que, en cualquier sentido, les brindara alguna alegría!

"Que el mundo entero conozca la magnífica obra del Padre Kentenich"

"Llevo a casa el corazón encendido de gozo y satisfacción, y a mi vida diaria, el compromiso de hacer que el mundo entero conozca la magnífica obra del Padre Kentenich", comentó Agueda Passarella, de 57 años.

La Alianza de Amor que sellaron tres de estas madres fue una experiencia muy especial.

Un grupo de profesionales que se alojaron también en la Casa Sonnenau durante esos días se enteraron de esta Alianza y les dedicaron un canto de alabanza - la reacción de todas las madres fue increíble! Al unísono, comenzaron a hablar con las profesionales alemanas y de alguna manera, no pareció importarles que éstas no entendieran una palabra en español! "Experimenté las bendiciones y gracias que me darán fuerzas para seguir mi vida con alegría y tomada de la mano de María, nuestra Madre", dijo Eva Leguizamon.

Un mensaje de amor para sus familias

Al venir desde tan lejos, para muchas de las señoras fue un gran regalo estar tan cerca del Santuario Original. "Vine sin habérmelo propuesto, ya que me parecía inalcanzable", expresó Adriana Job de Muchino, de 52 años.

"Entrar por primera vez al Santuario Original, a la Tumba del Padre" fue para María Inés Vidart, como para casi todas, "muy, muy emocionante".

"Fueron 15 días diferentes, de búsquedas y encuentros con Dios, su Madre y el Padre Kentenich", comentó María del Carmen Voyer de Sello, de 72 años.

Cada una llegó con un gran anhelo en su corazón, y todas se experimentaron fuertemente hijas de un gran Padre que las ama y se preocupa por ellas y por sus familias.

"Entregar al Padre todo mi ser"

Estas son algunas de las vivencias que compartieron en una entrevista al finalizar su peregrinación: "Ahora puedo decir que soy hija predilecta del Padre, porque pude experimentar todas las gracias desde su Santuario".

"Me llevo a casa la experiencia de haber podido transformar el dolor y el sufrimiento que llevaba en mi corazón, en paz y alegría, simplemente entregándole al Padre todo mi ser".

"Llevo un corazón profundamente transformado y colmado de regalos que quiero compartir con todos para que también experimenten la bondad de Dios", transmitió Amalia Calvan de Coitte, de 57 años.

"Sé que mi papá es también ‘El’, y desde el cielo me protege, siempre lo hizo", manifestó Ana María Iguri, de 54 años.

"Llevo a casa una lección muy importante", dijo Ana Padatella, de 78 años, "que como en la vida del Padre Kentenich hubo malos momentos, también nosotros tenemos los nuestros; lo único que debemos hacer es no desesperarnos y ofrecérselos a la Mater para que así no se hagan tan pesados".

Una señora de la provincia de Salta, bien al norte de Argentina, expresó: "Pude sentir la universalidad de la Iglesia, más significativamente para la Iglesia salteña. Lo pude vivir con otra óptica en Schoenstatt, admirando, agradeciendo, alabando al buen Dios, a la Mater y al Padre Kentenich por tantos regalos."

 



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Last Update: 21.12.2001 13:28 Mail: Editor /Webmaster
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