Schönstatt - Begegnungen

El Santuario de Schoenstatt de la Luz – un Pequeno Oasis en una ciudad Grande y Convulsionada

Una serie de Conferencias Ofrecidos: Para encontrar mi Coherencia Interior

Schönstatt-Heiligtum New York
Foto: POS Brehm © 2001

(Sr. M. Isabel Braquero) El mes de Septiembre se ha convertido en un mes inolvidable para la Familia de Schoenstatt aquí en Nueva York, porque fue el tiempo en que el Padre Kentenich vino y visitó Nueva York, el 16 de Septiembre de 1965. Ahora este mes está marcado también por el acontecimiento trágico del 11 de Septiembre del 2001. Estos sucesos, en dos fechas diferentes están en contraste, uno junto al otro, recordándonos a todos nosotros la fuerza inquebrantable de lo sobrenatural de nuestra existencia. Por un lado, la Familia de Schoenstatt de Nueva York experimentó un enorme júbilo en torno a la llegada del Padre Kentenich hace 36 anos, cuando un avión arribó trayéndonos la persona de nuestro padre y fundador. Por otro lado, hemos presenciado el arribo trágico de dos aviones, los cuales han traido tragedia y destrucción a la ciudad de Nueva York.

El 16 de Septiembre de este ano, la Familia de Schoenstatt pudo juntarse y rememorar el arribo del Padre Kentenich y rezar por las víctimas de esta tragedia. La pena causada por este trágico acontecimiento, cala el alma de todos y cada uno de los Neoyorkinos. En contraste a esta pena, recordamos el júbilo con el cual todos los Neoyorkinos esperamos la venida del Padre Kentenich. Por entonces, el Padre Kentenich venia de paso por Milwaukee, en su ruta a Roma. El Padre Kentenich llegó a tierra de Nueva York trayéndonos su persona, su amor, y su mensaje como padre, como amigo y como un embajador.

El vino como un Padre

Cuando el Padre Kentenic arribó a Nueva York, dedicó el poco tiempo que tenía a la gente que llegó a conocerlo, como un padre, preocupado por sus hijos. Muchas de las personas que quisieron conocer al padre, debían ir al trabajo ese día, pero ellos simplemente se tomaron el día para ir al aeropuerto y darle la bienvenida al Padre Kentenich. El Padre Kentenich arrivó al aeropuerto Kennedy temprano en la tarde. La gente había ido al aeropuerto en dos buses, que se habían alquilado para esta ocasión. Para algunos de los hombres y mujeres que le dieron la bienvenida al Padre Kentenich en el aeropuerto, fue como recibir a su propio padre. Lo difícil del viaje, de más de 20 horas por carro, fue al mismo tiempo un gran sacrificio para estos hijos de Schoenstatt. Sin embargo, la alegría de poder visitar al Padre Kentenich, les hizo olvidar lo pesado de la jornada. Por eso, cuando el Padre Kentenich paró aquí por esas pocas horas y le habló a la gente, no lo hizo como un fundador que viene a mirar el desarrollo del movimiento, sino que lo hizo como nuestro padre bueno. El nos hablo en la casa de la Avenida Castleton 1000 en Staten Island, allí el nos preguntó : « Somos realmente una familia ? ». "Nos hemos vuelto una familia?" El nos recordó nuestra actitud filial y como debíamos permanecer hijos de nuestra Madre del cielo. El dijo que la Santísima Virgen nos llama a cada uno de nosotros desde su Santuario diciendo: "si tu te haces como nino, entonces yo puedo utilizarte…" El Padre Kentenich continuó hablando y saludando a la gente en la forma en que solo un padre sacerdotal lo podía hacer. Algunas de las personas que estuvieron allí en esta ocasión recuerdan como el gustava de lanzar caramelos y rosarios en el aire para que las personas los llevaran a casa. Este fue un día de fiesta para la gente de Nueva York que vino a conocerlo ese día.

Un Amigo y un Embajador de la Madre Tres Veces Admirable

El Padre Kentenich también llegó a nosotros como un amigo. El pagó amistosamente una visita a los Neoyorquinos. El dijo: "Todos nosotros sabemos algunas reglas de cortesía…Ustedes ya me han visitado a menudo a mi, y yo se bien que ustedes no solo esperaban y venían a visitar a la Santísima Virgen de Schoenstatt, ustedes tambien esperaban visitarme a mi. Entonces, cabe, es proprio, que si ustedes me han visitado, entonces yo un día los visite. Queremos asegurarnos que nosotros permanezcamos schoenstattianos educados ! » Con esto huieron muchas risas.

El 16 de Septiembre de 1965, el Padre Kentenich tambien vino como un embajador, un embajador del mensaje de la Madre Tres Veces Admirable, Reina y Vencedora de Schoesntatt. Cuando se dirigió a los Neoyorkinos, el nos recordo sobre el hecho de que es la tarea de la Santísima Virgen hacernos sentir en casa en sus santuarios. Y que, por consiguiente, los Neoyorkinos debíamos implorar por un santuario. Las palabras del Padre Kentenich nos infundió nueva vida para el crecimiento de un movimiento que comenzaba a desarrollarse. Su profundo amor por la Santísima Virgen comenzó a crecer entre los Neoyorkinos. Como él dijo, parece ser que todos los que se juntan en la casa puden, "escuchar el corazón de la Santísima Virgen como late ahora en el corazón de la familia".

 "No solo nuestros Edificios, sino nuestro Espíritu y nuestra Esperanza deben ser Renovados"

Después de los trágicos acontecimientos, las Hermanas de María que viven en Staten Island se alegran de poder ofrecer a las mujeres del sector la oportunidad de una renovación espiritual. El 25 de Septiembre del 2001, comenzaron una serie de conferencias de nueve semanas, basadas en las charlas dadas en Alemania : « Para encontrar mi Coherencia Interior » Las participantes expresaron su gratitud, pues sentían un a gran necesidad de una fuente de fortaleza, claridad y seguridad. Para todas aquellas que estuvieron en el Santuario por primera vez, fue un gran consuelo encontrar un lugar como nuestra capilla. La gente ha expresado su deseo de venir más a menudo y de traer a más gente a nuestro Santuario de Schoenstatt de la Luz, un pequeno oasis in una gran y convulsionada ciudad.

Traducción: Mónica Cadena, Guayaquil, Ecuador



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Last Update: 06.11.2001 15:30 Mail: Editor /Webmaster
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