Schönstatt - Begegnungen

Responsabilidad Por Nuestra Sociedad – Por Un Motivo de Actualidad

Familias de Schoenstatt de la Diócesis de Colonia: "Que El pueda cambiar el curso del mundo."

"To change the course of the world" begins at the place where one lives: St. Anno church, Siegburg. A first step on Pentecost Sunday.
Die Dinge nicht einfach laufen lassen, sondern das Geschick der Welt mitprägen - das fängt da an, wo man lebt: St. Anno-Kirche, Siegburg. Ein erster Schritt am Pfingstsonntag.
Foto: Fischer, Siegburg © 2001
Fotos: PressOffice Schönstatt, hbre © 2001

(Ruth y Peter Fischer) Desde las semanas previas a Pentecostés, varias familias de Schoenstatt de la Arquidiócesis de Colonia han venido discutiendo su responsabilidad dentro de la sociedad a la luz de preguntas éticas, centrándose especialmente en la pregunta esencial sobre el valor de la vida humana. Entender no es suficiente para discutir esta responsabilidad sino actuar. El primer paso realizado por estas familias consistió en expresar sus preocupaciones durante la Misa de familia para Pentecostés en la Parroquia de San Anno en Siegburg preparada por los grupos de la rama familiar del lugar.

El Domingo de Pentecostés, cuando los grupos de la rama familiar del Movimiento de Schoenstatt estaban a cargo de la Misa de familia de la parroquia, era la fecha más cercana para continuar las conversaciones; los matrimonios interpretaron esta fecha como un llamado para trabajar por un "Nuevo Pentecostés". Que el Espíritu Santo—a través de las familias de Schoenstatt de esta Parroquia y de otros lugares—"pueda cambiar el curso del mundo."

Puntos más importantes de la discusión

Algunos de los puntos más importantes de la discusión se centraron alrededor de la pregunta ¿Cuál es el valor de la vida humana en nuestra sociedad? Los valores más populares en nuestra sociedad parecen ser aquellos cuyo objetivo es generar ganancias, poder personal, egoísmo, y el ejercicio físico para estar en forma. Los valores de la familia, en general, parecen estar cuestionados. Nuestro Creador, al disponer que el comienzo de la vida—el momento de la fusión del óvulo con el espermatozoide—sea dentro de la privacidad de un cuerpo humano, puso el comienzo de la vida bajo la protección y la seguridad de una familia. Cada vez con más frecuencia, esta seguridad parece estar en riesgo—sólo basta pensar en el aborto, la tecnología genética y, como uno de los últimos desarrollos, las técnicas de pre-implantación. Personajes del mundo de la política, de la ciencia, y de los negocios se atribuyen hoy en día el poder de decidir sobre qué vidas que merecen vivir y cuáles no vale la pena continuar. La generación de ganacias en los negocios parece ser más importante que la vida humana.

¿Qué podemos hacer?

Estamos convencidos que el objetivo más importante para nosotros como familia es sostener nuestros valores éticos y religiosos. A través de nuestras obras y de la educación de nuestros hijos podemos transmitirles a ellos el amor de Dios por los seres humanos. Amor que muestra respeto por cada vida en particular. Respeto por la vida significa también aceptar a cada uno tal cual es, incluyendo nuestras debilidades, enfermedades, y dolores. Dentro de los grupos familiares de nuestra parroquia, hemos experimentado la seguridad que surge de este respeto. Aprendemos que vivimos en un mismo espíritu, aún cuando nuestras opiniones difieren algunas veces. Nuestros hijos y nosotros como padres construímos relaciones de amistad con otros niños y padres así como también compartimos la responsabilidad por nuestra parroquia. Nos ayudamos y apoyamos unos con otros y así influímos en todo lo que sucede alrededor nuestro. Como personas individuales y como comunidad expresamos publicamente nuestra opinión sobre el valor de la vida humana. Por esta razón, en Pentecostés planteamos nuestras preocupaciones durante la misa para mostrar a otros miembros de la parroquia cómo nos situamos y cómo pensamos.

¿Qué podemos hacer como Movimiento Internacional de Schoenstatt?

Como movimiento internacional, nuestras oportunidades para manifestarnos por la protección de la vida humana son mejores que las de instituciones políticas o sociales cuya área de influencia es más regionalizada. En la opinión del Padre Kentenich, el apostolado de las personas laicas es penetrar la sociedad en una manera cristiana y, por lo tanto, apoyar a nuestros obispos y sacerdotes. Rezamos para que el Espíritu Santo nos inspire como movimiento internacional para influir los valores éticos en el mundo. Que así como ocurrió con los apóstoles hace 2000 años atrás, Pentecostés cambie nuestra actitud pasiva por una más activa.

Comentarios, aportes, cuestiones: Ruth y Peter Fischer, OF: familienbewegung.koeln@schoenstatt.de

 



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Last Update: 12.06.2001 13:17 Mail: Editor /Webmaster
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