(Hna M. Arntrudis Seeger) A comienzos de Marzo empezaron
las clases en el colegio M.T.A. en Buenos Aires, luego de las vacaciones
de verano en Argentina. Estudiantes y profesores están muy entusiasmados
con su proyecto misionero de este año. Así mismo recordaron
con gratitud el proyecto que culminó antes de Navidad. Una meta
importante en relación al Ideal del Colegio es la educación
para la solidaridad y responsabilidad para los demás, especialmente
para los pobres en Argentina.
Desde hace algunos años este proyecto ha sido
planificado por la catequista y las jóvenes del último año
del Bachillerato. Fue apoyado por todas las alumnas y los docentes y paso
a paso fue realizado. El proyecto es la misión anual en un barrio
carenciado, que es atendido por las Hermanas de María. Allí
quieren ayudar, misionar o evangelizar, establecer contactos con los niños
y jóvenes.
El proyecto se realiza desde 1995. Toda la escuela participa.
Hoy, en el año 2001, no son solamente los alumnos, sino poco a
poco se han adherido las exalumnas y hasta los padres. Nació un
grupo de misioneros. Pero la acción se planifica y realiza fundamentalmente
por las alumnas del último año. Los demás están
a su lado apoyándolos y ayudando durante el año al visitar
a los pobres.
Las alumnas tratan de motivar todo el Colegio para que
colaboren. La colaboración encierra varias acciones. Juntar ropa
usada, alimentos no perecederos, medicamentos, artículos para el
Colegio, sobre todo también leche en polvo, pañales para
los bebitos, camitas para los niños y otras cosas que pueden lograr.
Conocimiento de la realidad y de las necesidades de los pobres
De todos modos es solamente la forma concreta que nace
del conocimiento de la realidad y de las necesidades de los pobres.
En el barrio carenciado trabaja una Hermana de María,
quien colabora con las familias más necesitadas. Antes de la misión
las alumnas hacen una visita a estas familias. Cada grupo ( de cinco a
seis chicas) recibe dos o tres de estas familias. Así ya saben
con anterioridad sus nombres, la cantidad de los chicos y su edad. En
el Colegio preparan los paquetes para sus familias con mucho amor.
El aspecto material no es el único ni el más
importante. Ellas quieren llevar a las familias a Cristo y María,
les regalan la imagen de María y comparten con ellos la fe. Importante
es también la oración por estas familias y por el éxito
de la misión.
Las jóvenes reciben su envío en el marco
de una celebración. Se les entrega el símbolo que han elaborado
y que expresa el regalo espiritual que quieren dar a las familias.
Ellas viven en este tiempo en una casa de juventud en
la cercanía de la Casas Provincial de las Hermanas de María
y en el barrio de los pobres. Allí experimentan también
entre sí un clima de unión y vinculación a una tarea
común. Se realiza la reflexión y elaboración de las
impresiones que han juntado en el día.
Al final de la misión todas las familias son invitadas
a una santa Misa en la Iglesia de Dios Padre, junto al Santuario. Luego
se celebra una fiesta que tiene su punto culminante en la suelta de globos
que llevan un mensaje para aquel que lo recibe o encuentra.
El grupo misionereo del Colegio Mater
En el año 1995 se realizó la primera Misión.
La vivencia de la misión fue decisiva, no querían estar
sólo un año sino participar para siempre. Desean ser el
apoyo de las alumnas que finalizan sus estudios y ser el corazón
del proyecto. De este modo se fundó el grupo misionero del Colegio
Mater.
Las escuchamos en su testimonio:
"Misión significa haber encontrado un sentido
para la vida. Todas teníamos la misma ilusión: la alegría
de poder servir, de sacrificar algunas horas de nuestra vida, enriquecernos,
descubrir en comunidad el amor del Padre del cielo y regalarlo a los demás.
Nos sentimos impulsadas a participar activamente en cada
situación que Dios nos muestra, ser un puente entre cielo y tierra
para los hombres con los que nos encontramos. Así se fundó
el grupo en un 18 de diciembre de 1998.
Una visión distinta frente a la vida
La experiencia con este proyecto es única. Desde
entonces nuestros niños y jóvenes adquieren una visión
distinta frente a la vida y evalúan también su estilo de
vida a la vista de la diferencia extrema entre ricos y pobres. Nuestro
Colegio trabaja con niños y jóvenes de un nivel social medio
que por la problemática económica empobrece poco a poco.
El contacto con gente más pobre los hace sensibles y entienden
que la vida no debe orientarse por los valores de consumo y del placer.
Algunos lo han expresado con gestos como, por ejemplo,
pagar una doble entrada cuando van a una fiesta dando la segunda para
los pobres y sus necesidades. Así en un año se pudo techar
una casa de gente pobre con chapas, cuyo techo era de nylon y cartones,
dejando entrar la lluvia.
Junto con las Hermanas de María nuestro Colegio
tiene en el barrio carenciado el madrinazgo de una escuelita pobre. Cuando
vamos en peregrinación al Santuario que está en la cercanía
del barrio es un compromiso de honor realizar una fiesta con los niños
que nos esperan con muchas anisas. Entre tanto ya se ha dado un cartearse
entre los niños de la escuelita y nuestras alumnas. Algunas ya
asumieron un compromiso y un vínculo más fuerte aceptando
ser madrina de bautismo.
Confiamos que esta educación para la solidaridad
cambie la visión de la vida y que el mandamiento del amor se exprese
en formas concretas: Como lo dice el Santo Padre Juan Pablo II en su Carta
apostólica "Novo millennio inenunte" a los jóvenes:.." una
tarea estupenda: la de hacerse centinelas del mañana en esta aurora
del nuevo milenio."
Màs
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