Escoltada por un cordón de juventud portando espigas
y azucenas
Vestición en Nuevo Schoenstatt, Argentina, 18
de Noviembre de 2000
(Hna. M. Pilar) El sábado 18 de noviembre el
sol radiante que brillaba en Nuevo Schoenstatt le daba el marco a un día
de fiesta y de alegría que vivimos cerca de 500 personas que acompañamos
a las 6 novicias que recibían su vestido de María.
Ya a las 15.30 partió la procesión desde
la Casa Provincias de las Hermanas encabezada por la cruz y muchas banderas
de la juventud, de Argentina, Uruguay y Paraguay, y escoltada por un cordón
de juventud portando espigas y azucenas. Las campanas de la Iglesia de
Dios Padre repicaban mientras veíamos pasar con emoción
a 6 jóvenes con sus trajes de novias.
El celebrante principal, destacó que el sentido
de todo el simbolismo de esta ceremonia tan rica, era el llamado de amor
al que estas chicas respondían. Ellas se sintieron predilectas
de la Trinidad y por eso respondían con un decisión radical
entregando sus vidas al Reino del Padre.
"Su entrega – una luz para cada uno de nosotros"
Luego de que las novicias recibieron su Vestido de María,
su nuevo nombre y se fueron a cambiar, las chicas de la Juventud Femenina
presentaron brevemente a cada una de las novicias provenientes de la Juventud
Femenina de Argentina:
"Hoy queremos compartir con ustedes la alegría
de poder regalarle a Dios para su Reino a 6 chicas de la Juventud Femenina
argentina con las cuales hemos compartido tantas vivencias y tantos ideales.Todas
ellas maduraron su decisión vocacional junto a nosotras y encontraron
en Schoenstatt, un cauce para realizar sus ideales más altos. Por
eso, con sencillez y con la convicción de que su entrega de hoy
puede ser una luz para cada uno de nosotros, queremos presentarlas y contarles
algo de ellas y de lo que ellas y su vocación significan hoy para
nosotras.
María Fernanda Martínez Sindler
perteneció a la Juventud Femenina de Schoenstatt de la diócesis
de Quilmes y por eso pudo experimentar de un modo especial las gracias
del Santuario del Padre, nuestro Santuario nacional, es un fruto de este
Santuario y aquí se sintió siempre amada por el Padre, cobijada,
transformada y enviada. Desde hace muchos años su corazón
está ligado a este lugar y creció aquí como una hija
del Padre en su grupo "Raíces del Santuario". Aquí selló
su Alianza de Amor y su Poder en Blanco. Para nosotras María Fernanda
fue un reflejo de la Mater, especialmente en su alegría contagiosa
y en su disponibilidad para todo y con todos los que necesitaron su ayuda.
Gracias Mater, por los años que compartimos con ella y por poder
regalártela hoy como una azucena del jardín de nuestra rama.
Karina Lizárraga, Belén Rojas y Valeria
Juárez Venditti, vienen de la Juventud Femenina de Schoenstatt
de Tucumán. Las 3 iniciaron en el Año del Espíritu
Santo, en 1998 su camino hacia la Alianza de Amor con María sellándola
el 10 de diciembre en el Santuario de Tucumán aún en construcción
para entonces. Este hecho las marcó en su conciencia de ser generación
fundadora del Santuario, el más nuevo de Argentina. El grupo al
cual las 3 pertenecieron tiene el nombre "Dulce alma", con este ideal,
cada una con su originalidad, aspiraron a ser la mujer nueva a imagen
de la Mater. En la fiesta del primer aniversario del Santuario, en este
año, Karina anunció a la Familia Tucumana su decisión
de ingresar a las Hermanas de María, la alegría fue muy
grande para todos, luego la siguieron Belén y Valeria. En el Año
Santo y de la Eucaristía, las tres se enamoraron de Jesús
y lo siguieron para construir el Reino desde el carisma de Schoenstatt;
son un regalo para la Iglesia del Tercer Milenio.
De la Juventud Femenina de Schoenstatt de Mendoza, Sofía
Castro Vázquez nos regaló su alegría y su fuerza
durante 4 años en nuestra rama diocesana. La Alianza de Amor, que
selló en nuestro Santuario de La Puntilla, fue el cauce que orientó
sus ideales más altos hasta llegar a la consagración de
su vida a Dios. Durante esos años, Sofía se entregó
de lleno a la Juventud Femenina como parte de nuestro grupo "Arco Iris":
como jefa de rama formó grupos, motivó a la rama en las
corrientes de vida, nos enseñó innumerables canciones. En
este Santuario del Padre le regaló a la Mater su Poder en Blanco
y su Consagración de Miembro. Nos alegra muchísimo tener
una vocación más de nuestra rama mendocina, hoy te la ofrecemos
Mater como una "Hija del Padre forjadora del Reino" que amó profundamente
nuestro ideal de rama y se entregó por entero por él.
Miriam perteneció a la Juventud Femenina
de Oberá, en nuestro Santuario selló la Alianza de Amor.
Ella nos regaló siempre la alegría y la dulzura de María.
Su gran anhelo de siempre fue ser Hermana de María, hoy la acompañamos
en su alegría y la ofrecemos al Padre como un fruto maduro de nuestra
rama."
"Testimonios vivos de nuestro ideal Hija del Padre, Forjadora del Reino"
En su oración, la representante de la Juventud
Femenina, Jimena Persia de Mendoza, dijó:
"Hoy seis de nuestras hermanas de Rama te regalan sus vidas jóvenes,
en la comunidad de las hermanas de María y en ella a tu llamado
de amor. Queremos ofrecerlas como hijas predilectas que has escogido para
el Reino de Schoenstatt. Estamos alegres de saber que lo que hoy sucede
es una prueba de Amor y de Confianza del Padre y de las Hijas. Tú
quieres desposarte con su pequeñez, y obrar en ellas grandes cosas.
Ellas en libertad están dispuestas a darte sus vidas por entero,
confiando plenamente en tu amor de Padre. Con su entrega radical
, con su fiat dócil a tus deseos son testimonios vivos de nuestro
ideal Hija del Padre, Forjadora del Reino. Ellas son para nosotras, signos
de victoria y de esperanza . Sí, ellas han encontrado el lugar
que les preparaste desde toda la eternidad, aquí buscarán
ser Pequeñas Marías, imágenes de la Inmaculada en
pequeño. Es aquí donde ellas quieren establecer su tienda,
como lo hicieron los apóstoles en el Tabor. De manos de nuestro
Padre Fundador, queremos entregarlas a Ti , Dios Padre, como ofrendas
vivas de nuestra Rama, porque elllas han sabido encarnar el ideal con
alegría y radicalidad. Cada una de las novicias será
para todos nosotras, reflejo de la Reina, y sus vidas su corona."
Encuentro de la Juventud Femenina con las novicias
Luego de consagrarse en el Santuario y de ser saludadas
por sus familiares y amigos, las novicias compartieron un lunch con todos
los presentes. En un clima de familia, la juventud les ofreció
cantos y poesías de felicitación y también Aportes
al Capital de Gracias ofrecidos por ellas desde su ingreso a la comunidad.
La juventud Femenina compartió ese fin de semana una jornada cuya
vivencia central fue la Vestición. La noche del sábado,
en la explanada del Santuario del Padre hubo una vivencia en la que tanto
las novicias como chicas de sus diócesis que compartieron con ellas
el proceso de su vocación, dieron testimonio de lo que para ellas
había significado su decisión. Fue un momento profundo en
el que las novicias expresaron su enorme alegría y cómo
su vocación había madurado en la Juventud Femenina, que
allí habían encontrado un cauce para sus ideales hasta la
consagración de sus vidas a Dios. Muchas cosas impactaron profundamente
a la juventud que participó de la Vestición:
Los vestidos blancos de las novicias, la profunda alegría
que ellas irradiaban, las testimonios de las Hermanas que al día
siguiente contaron algo de su vocación y de su apostolado en el
campo profesional, social, en la vida contemplativa y en la vida de curso.
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