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Aquellos que conocieron a los Fundadores…

Experiencias con Clara Lubich, Andrea Ricardi, Padre José Kentenich

Podiumsgespräch während der Oktoberwoche: Dr. Cesare Zucconi, Pater Dr. Lothar Penners, Graziella de Lucca, Übersetzerin (v.r.n.l.)

Dr. Cesare Zucconi, Sant' Egidio gab Zeugnis von der persönlich erlebten Freundschaft Andrea Riccardis

Graziella de Lucca, ist eine der ersten Wegbegleiterinnen von Chiara Lubich, der Gründerin der Fokolar-Bewegung

Eine Begegnung in herzlicher und offener Atmosphäre

Pater Dr. Michael J. Marmann, Generaloberer der Schönstatt-Patres

Pater Marmann berichtet von den Entwicklungen, die sich seit dem Besuch von Chiara Lubich und Andrea Ricardi in Schönstatt am 10. Juni 1999 ergeben haben

Fotos: PressOffice Schoenstatt, hbre © 2000

(mkf) El Padre José Kentenich, Fundador del Movimiento de Schoenstatt falleció hace 30 años; ni Clara Lubich, Fundadera del Movimiento Focolar, ni Andrea Ricardi, Fundador de la Comunidad de San Edigio, estaban en la Sala de Conferencias en Schoenstatt, pero se hicieron presentes a través de aquellos que los conocen o los conocieron , compartieron sus experiencias, tocaron sus corazones y los movieron a caminar los caminos que los Fundadores han seguido. La tarde del Segundo día de la Semana de Octubre estuvo marcada por un mutuo compartir acerca del carisma de los fundadores de los tres movimientos espirituales.

"Aquellos que conocieron a Jesús" es el título de un libro escrito por Aloysius J. Wycislo, Obispo retirado de Green Bay, Wisconsin, un libro dedicado a aquellos acerca de cuyas vidas escribió, aquellos que conocieron a Jesús, "a través de quienes podemos llegar a conocerlo mejor, y al conocerlo, amarlo, y aprender a seguirlo."

Aquellos que conocieron o conocen a los fundadores, estuvieron en el estrado de la sala de conferencias esa tarde, y de una manera muy personal, compartieron acerca de sus encuentros con los fundadores – una rica e inspiradora experiencia para la audiencia – 1,000 miembros del Movimiento de Schoenstatt y algunos invitados de otros movimientos.

Amistad, Luz, Libertad

Quiénes son estas personas, quiénes crearon movimientos internacionales, quiénes animaron y movieron a personas de todo tipo de vida a unirse en el camino que ellos seguían? ¿Cómo es su relación a Dios – y a otros? ¿Cómo viven cada día? Estas preguntas, son por lo general formuladas por personas que no conocieron a los fundadores en persona – y quieren hacerlo, y quieren llegar a amarlos..

El Dr. Cesare Zucconi dio un testimonio acerca de su amistad sincera y genuina con Andrea Riccardi, enraizada en el evangelio; Graziella de Lucca, una de las primeras jóvenes que se unieron al grupo de Clara, la experimentó como la luz que guiaba su camino hacia Dios. Al final, el Padre Dr. Lothar Penners contó acerca del Padre Kentenich, como una persona que creía en él, en sus ideas y deseos, y regalándole y creándole un clima de libertad.

Pobreza multifacética – Opción por la paz

Cuando era un joven estudiante, Cesare Zucconi se integró a un grupo que había formado Andrea Riccardi, que había fundado esta comunidad a los 17 años. ¿Qué le impresionó cuando recién conoció a Andrea? Su amistad, más genuina y honesta que cualquier amistad, porque estaba enraizada en el evangelio. Cesare creció como un hijo de diplomático. ¿Qué lo llevó a ir y hacer amistad con los niños de los tugurios de Roma? Que Andrea iba allí. Los primeros miembros de la comunidad fueron donde los niños, más adelante, los mayores fueron el centro de atención. "Ninguno de nosotros habíamos experimentado la guerra – Andrea había nacido en 1950. Pero luego, dos de nuestros miembros de Mozambique murieron en la guerra civil. Perdimos a nuestros amigos. Eso marcó una diferencia." Desde entonces, la paz es el enfoque central de las actividades de San Edigio.

"Ella era luz, pura luz"

Graziella de Lucca compartió acerca de su larga e intensiva búsqueda de la Vida, amor, felicidad y de Dios – una historia de ser conducida al crucial encuentro con Clara, como lo comprendió después. Cuando la conoció, tenía 18 años y "definitivamente no quería integrar ningún club piadoso". Su padre era un militante comunista, su madre católica y para Graziella la fe no era muy importante en su vida diaria.

Dios le había regalado todo lo que había anhelado – pero aún así se sentía vacía. Se escuchaban risas una y otra vez cuando ella contaba sus aventuras con un gran sentido del humor. Ella hablaba italiano, pero todo fue traducido excelentemente. A Graziella le gustaban los deportes, la música, el teatro, había querido formar parte del reparto de una película – y cuando lo logró, cambió su parecer y dijo que no. Ella quería estudiar de todo, tenía mucho éxito pero aún así anhelaba algo más. Se sintió una verdadera alegría cuando visitó un hospital y compartió con los pobres, y el anhelo de algo que le diera sentido a su vida lo experimentó muy intensamente durante el bombardeo del pueblo donde vivía.

Luego, fue invitada a una reunión por una colega que parecía ser algo santa. Fue con la intención de escandalizar al grupo. Clara estaba ahí, y compartió acerca de su amor por los pobres. Graziella experimentó una conversión total, que sólo podía describir como la "abrumadora experiencia de la Luz del Mundo, del amor infinito de Dios". Para ella, Clara fue desde ese momento una luz, una luz que ha guiado su camino hasta ahora.

Evangelio

Andrea Riccardi, contó Cesare Zucconi, es la experiencia de una persona totalmente imbuida por el evangelio. El siempre citaba el Evangelio. Antes de conocer a Andrea, Cesare apenas había leído la Biblia. Su amor por el Evangelio creció dentro de la comunidad. En su primera "central" una casona vieja y abandonada de Roma (que compartían con los ratones), Andrea Riccardi les enseñó a no discutir sobre el Evangelio, sino a escucharlo, compartirlo y vivirlo.

"Ella camina delante, nosotros la seguimos"

Después de algún tiempo de crecimiento y de aceptación general, el Movimiento Focolar fue duramente probado hasta su aprobación eclesiástica en 1963. Clara dijo que la unidad que creció en los años de presión nunca debe de disminuir. Experimentamos muchos milagros. Chiara Lubich nunca hizo un programa. Dios hizo el programa.

Diálogo - no hay otra alternativa

El Encuentro de oración por la paz de los Líderes religiosos en Asís se transformaron en una experiencia crucial para la comunidad de San Edigio. Le pidieron al Santo Padre continuar con este tipo de encuentros, y les dieron la tarea de hacerlo. La paz, decía Andrea Riccardi es una meta común en todas las religiones. "Podemos empezar ahora". Muchas de las dificultades que llevaron a las tensiones y guerra entre las iglesias, las denominaciones, las religiones, no eran por problemas teológicos, sino históricos, historias de desconfianza, heridas, desentendimiento. "Necesitamos hablarnos los unos a los otros, escucharnos, compartir. Dialogar – no hay otra alternativa."

El Padre Penners, moderador de esta presentación, señaló la contribución de Schoenstatt – la Alianza de Amor universal en el sentido de la Tercera Acta de Fundación.

Creando y regalando una atmósfera de libertad

El Padre Penners pertenece a la generación que conoció al Padre Kentenich luego de su retorno del exilio, de 1965 a 1968. Sólo había tenido ciertos encuentros con él pero ellos fueron esenciales para su vida.

El admite que no entendía todo sobre Schoenstatt y sobre las enseñanzas del Padre Kentenich, incluso no estaba de acuerdo con lo que entendía. Pero "más importante que entender fue conocerlo en persona." Su experiencia esencial fue la calma que irradiaba el Padre Kentenich. No perdía el control, nada lo molestaba – "ni siquiera mis problemas" La forma como el Padre le respondía lo hizo entender: Las preguntas existen para ser preguntadas, los problemas para ser resueltos. El Padre Kentenich creía firmemente en cada persona, estaba abierto para cada idea e iniciativa, creando y regalando libertad-

"Tú estás en mí y yo en ti". – estas palabras que Jesús decía a sus discípulos en la noche de su muerte, las relaciona el Padre Penners a la nueva presencia del Padre Kentenich en Schoenstatt. Podemos creer que él está en cada miembro de Schoenstatt, en cada comunidad – y que es la fuente de esperanza y punto de partida para la confianza mutua y unidad.

Al final, el Padre Michael Marmann, señaló la apertura de Clara Lubich y Andrea Riccardi para futuros encuentros e inspiración mutua. Desde Pentecostés de 1998, en el encuentro de Movimientos eclesiales en Roma, y desde la visita de Clara y Andrea a Schoenstatt en 1999, se han dado muchos pasos, y los tres movimientos están anhelantes de los "frutos de la comunicación".

Traducción: Angela Santos, Guayaquil, Ecuador