ITALIA, Pamela Fabiano •
El momento difícil debido a la epidemia nos ofrece la oportunidad de repensar nuestra fe y seguir concretamente el ejemplo del padre fundador. –
Desde ayer por la noche, 9 de marzo, Italia ha entrado en uno de los períodos más difíciles de su historia reciente. El país es completamente un «área protegida», es decir, cualquier tipo de movimiento está prohibido por ley, si no es por necesidades comprobadas, hasta el 3 de abril.
A causa de la multiplicación de infecciones en todo el país, de norte a sur, el gobierno tuvo que tomar esta medida para tratar de detener la propagación del virus Covid-19, evitar el colapso de las instalaciones sanitarias y proteger a las personas más débiles y vulnerables: ancianos, enfermos crónicos, inmunodeprimidos.
La situación ha sorprendido a todos y, como cristianos y ciudadanos responsables, buscamos un significado y fuerza en la prueba que nos espera.
El padre Facundo Bernabei, responsable del Movimiento de Schoenstatt en Italia, envió, a todos los miembros del Movimiento, una carta para ofrecer palabras que den luz y consuelo y que sean de guía en estos días que nos esperan.
El amor por el otro debe empujarnos a vivir aislados en nuestros hogares como un ofrecimiento al capital de gracias; la oración del Rosario, la comunión espiritual, debido a la suspensión de las celebraciones públicas, nos ofrece la oportunidad de vivir una dimensión de la fe más íntima y, al mismo tiempo, más responsable y exigente.
Publicamos, por lo tanto, la carta y nos metemos en la escuela del padre Kentenich para vivir mejor esta oportunidad de conversión y crecimiento.
