Ignacio Quintanilla Navarro (1960-2023)

Publicado el 2023-06-21 In schoenstattianos

Ignacio Luciano Quintanilla. Mors non est finis

ESPAÑA, 2º Curso de la Federación Apostólica de Familias de España •

Un cínico dicho español afirma que “no hay muerto malo”. Se refiere a que, cuando fallece una persona, se olvidan todos sus defectos y se exageran sus virtudes y, a veces, se inventan. —

Por eso, cualquiera que lea este texto, sin haber conocido a Ignacio Quintanilla, puede pensar, legítimamente, que se trata de un obituario al uso. Pero no lo es. Queremos reflejar con respeto absoluto a la verdad, cómo era en realidad nuestro amigo y hermano de Curso. Él y su mujer, Pilar son personas extraordinariamente discretas, muy poco dados a ponerse en el centro y, por eso, no hemos querido conservar estos recuerdos en la intimidad de nuestro Curso, sino compartirlas en este momento en que se mezcla la pena y el agradecimiento.

A pesar de su altura intelectual, nunca tuvo pretensiones elitistas

Nos resulta evidente su gran capacidad intelectual. Era un filósofo que poseía la virtud de analizar las cuestiones más complejas (cómo vamos a echar de menos tus intuiciones sobre la inteligencia artificial que se nos echa encima) con una absoluta originalidad; originalidad que hacía imposible encasillarle en alguno de los bandos de pensamiento que se excluyen mutuamente y que, en ocasiones, dejaba desconcertados a sus interlocutores.

Cuando nos explicaba algo, no trataba de dejarnos boquiabiertos, sino ser didáctico, hacerse comprensible. En el ámbito académico, también hay una actitud clasista como la hay en el mundo del dinero o la aristocracia. Al igual que estos desprecian a los que no tienen un mínimo de riqueza o antecesores ilustres, existe en el mundo intelectual una sensación de superioridad respecto de los que no tienen su doctorado o sus publicaciones con un número elevado de citas. Ignacio nunca tenía pretensiones elitistas y prefería considerarse un profesor de instituto de pueblo y eso pese a que tenía publicados varios libros, numerosos artículos y colaboraciones en medios de comunicación.

Su altura intelectual y su interés por la ciencia eran para él compatibles con una fe profunda, quizá porque no la recibió acríticamente cuando era pequeño. Su vinculación con Dios era adulta y madura y, a la vez, entrañable y confiada, lo que se transparentaba en los momentos duros.

Foto del día en que presentó su último libro, junto a su mujer, Pilar, una semana antes de morir.

Presentación de su último libro, una semana antes de morir

Tender puentes

el día en que presentó su último libro, junto a su mujer, Pilar, una semana antes de morir.

Presentación de su último libro, una semana antes de morir

A Ignacio le gustaba tender puentes, en lo grande y en lo pequeño. Contribuyó, en la medida de sus posibilidades, a crear una plataforma capaz de superar la situación creada con el proceso independentista de Cataluña. Le afectaba personalmente el desagarro que se estaba produciendo, no tanto las consecuencias políticas. Pero no se limitaba a las causas de interés general. Su hermano nos contaba que Ignacio era el que había mantenido unida a su familia de origen, en circunstancias difíciles. Y eso no significaba que Ignacio no tuviera opiniones “fuertes”, sino que para él era fundamental que todos se reconocieran la posibilidad de actuar de buena fe y que no es honesto atribuirse la razón de antemano, sino que hay que hacer un esfuerzo sincero de convencer a través de argumentos racionales. El pasado 27 de abril, publicó una tribuna en el diario El Mundo sobre cómo el tema del aborto debería ser tratado y que resume muy bien sus ideas respecto del debate sobre un tema tan divisivo como éste.

Siempre fue empático. Sabía detectar muy bien las necesidades y la perspectiva de intereses de su interlocutor y se adaptaba a ellas. Era siempre un placer hablar con él y muy fácil hacer cosas juntos. De hecho, su último libro coescrito con Pilar, surge de una preocupación de ésta, la ecología. No era un tema que estuviera entre las prioridades de Ignacio, pero captó que era una tarea que ayudaría a Pilar y terminó asumiendo la cuestión ecológica como propia. Y es que, el interés de Ignacio por los temas del otro no era fingido, pues eso al final, la persona lo detecta y esa ficción genera rechazo. El cariño hacía que hiciese suyo lo que movía a quien estaba a su lado. Como el interés de Elías en las tareas y pequeñas reparaciones y actualizaciones domésticas en las que trabajaron los dos.

Un hombre de familia

Y, evidentemente, Ignacio fue un hombre de familia. Estaba clara cuál era su prioridad. No eran sus libros o su demandante tarea como director de instituto. Siempre estaba para Pilar y sus hijos. Pilar e Ignacio eran una pareja enamorada. No queremos dar una imagen edulcorada y, por tanto, falsa de su relación, pero se notaba que estaba basada en el amor y en la admiración mutua.

Pilar e Ignacio han sido buenos educadores, han servido a la vida que les fue encomendada. Basta ver a sus hijos, Pablo, Lorenzo, Pilar, Almudena y Elías, qué tipo de personas son, para estar seguros de ello.

Queremos recordar los buenos momentos. A Ignacio le gustaba disfrutar de las cosas pequeñas: un buen libro, una buena conversación, música… Y le gustaba compartir ese disfrute. Siempre invitaba a probar un queso, una cerveza, una infusión que había descubierto… En un momento dado, propuso en el Curso que la formación, el apostolado y la educación estaban muy bien, pero que él buscaba en el Curso un lugar donde descansar y disfrutar. Y eso dio lugar a una serie de reuniones muy fecundas. Él preparó una sobre los ángeles y nos dio una charla en el Museo del Prado explicándonos el tema a través del arte. Un momento muy especial que llevaremos siempre con nosotros.

Como él esperaba, confiamos en que su ángel de la guarda le ha conducido al Cielo.

Nos vemos, Ignacio.

Estas fotos se tomaron desde el tanatorio el día de la muerte de Ignacio.

Foto tomada desde el tanatorio el día de la muerte de Ignacio

Escrito para publicación en la web de la Federación de Familias y schoenstatt.org. Pulicado (casi) simultáneamente.


Ignacio, así te recordamos, desde el equipo editorial de schoenstatt.org:

¿Nada sin ti, nada sin nosotros? Cinco grandes escenarios para el 31 de mayo tras el 2 de julio de 2020

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1 Responses

  1. Juan Zaforas dice:

    Gracias por recordar a Ignacio a través de este artículo. Yo tuve la oportunidad de asistir a la presentación del libro que se menciona y darle un abrazo. También tuve la suerte de compartir una charla en su casa hace pocas semanas y disfrutar como siempre de su conversación y de sus opiniones. Creo que la admiración era mutua y ahora se crea un vacío que no será fácil rellenar. Gracias por todo Ignacio y confío y espero que ya goces de la presencia de Dios.
    Aprovecho para enviar un fuerte abrazo a Pilar e hijos y como ya saben, seguimos caminando juntos.

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