Rawson Schoenstatt

Publicado el 2018-10-07 In schoenstattianos, Vida en alianza

“Canonícenlo ustedes”

ARGENTINA, Mónica García •

El P. Kentenich decía en la Tercera Acta de Fundación, en 1944: “Nuestra meta no solo es válida para aquí y ahora, sino para mañana, pasado mañana y toda la vida. Y aquello que aquí en la tierra fue abrazado con todo nuestro amor, aquello que se esperó y por lo cual se luchó, en la medida de lo posible puede, quiere ser y será objeto de nuestra dedicación durante toda la eternidad”. –

Hay cuestiones en la vida que nos sorprenden tanto que tenemos que procesar esos momentos hasta que ponemos orden a la acción. Cuando fue el accidente de nuestra hermana Teresa Galarza quedamos muy conmovidos y queríamos participarlo a nuestros hermanos, a través de Schoenstatt.org, con los testimonios que espontáneamente surgieron. Pero en ese ínterin tuvimos también la triste noticia de la enfermedad que padecían Cristina Loustau y Luis Ricci, dos hermanos muy queridos, y de nuevo la sorpresa detuvo la acción.

Hoy, habiendo tomado distancia de los acontecimientos, aún con pena, pero en la tranquilidad que la fe nos da, en cuanto a que el Señor los ha cobijado en su seno, queremos enviar y compartir estos testimonios sobre hermanos nuestros que se la jugaron por su misión y que a lo largo de su vida sumaron mucho capital de gracias para nuestro santuario y se brindaron con amor al Movimiento de Schoenstatt. Compartimos algunos de esos testimonios. Desde su acción y desde el Capital de Gracias ofrecido, sentimos que estos hermanos han puesto su valioso aporte, como hijos y herederos del P. Kentenich para que, cuando Dios lo disponga, el fundador se encuentre en los altares.

 

Teresa Galarza

Una noticia inesperada y de profunda tristeza

Yo estaba en el santuario. Eran las 5 y media de la tarde y recibí la noticia del accidente de Teresita. ¡Qué desconcertante! Sin saber qué pasó, cómo pasó… Los mensajes entraban en el celular. ¿Cruzó la ruta? Ella había hecho su visita diaria a María, nuestra Madre, Tres Veces Admirable. Dejó su pedido y un mensaje de agradecimiento. Se aproximaba la hora de la misa. A cada persona que llegaba se le daba la triste noticia del suceso. Durante la misa reinaba el desconcierto. En medio de todo, la Madre nos cobijaba.

Teresita había ido de su casa al santuario, como todos los días, a rezar a la Mater. Salía fortalecida a continuar con su tarea de esposa, madre, enfermera, atendiendo a la gente, acompañándola en su dolor, buscando solucionar sus problemas, a seguir su misión de llevar la Virgen Peregrina a los hogares de su barrio. Teresita compartió en la Campaña del Rosario el trabajo espiritual de las misioneras, las reuniones, el querer arder por la misión.

Nuestro cariño para ella y el mejor de los recuerdos. María nos ayudará para que no olvidemos su perfil personal: respetuosa, humilde, cariñosa, llegando con sus pasitos firmes y silenciosos, de su casa al santuario y del santuario a la misión. Ella está con el Señor, descansa en paz.

María Inés Olmedo de Accardo,  Rawson, junio de 2018

 

La enfermera

Su profesión de enfermera le permitió tener contacto con médicos y enfermos, además de sus familiares, a quienes les regalaba su tiempo, su sonrisa y siempre les tenía una palabra de aliento, con la amabilidad que la caracterizaba. Muy cordial y servicial con quienes nos encontrábamos desorientados en el hospital, buscando una sala, un consultorio o lo que fuera. Era la guía.

Movida por su ideal de vida, descubrió el camino para transformar su vida en una oportunidad. Conoció la Campaña del Rosario, se consagró misionera de la Virgen Peregrina el 16/05/1999. Así encontró la posibilidad de servir a otros, en el plano religioso y espiritual, y servir al Movimiento de Schoenstatt al entregarse enteramente a disposición de María.

El santuario era su segundo hogar: lo visitaba a diario, caminando, sin importarle la lluvia, el viento, el calor. Ella tenía esa misión: la comparamos con Don Joao Pozzobon, “el burrito de la Virgen”: Esa era su actitud.

Nos mostró la alegría de vivir, a semejanza de María, amando con desinterés y ayudando a otros.

La despedimos con gratitud por sus visitas y presencia, compromiso con la fe y por ser apóstol de la Virgen María en cada lugar donde estaba y estará. La recordamos con gran cariño y estará siempre presente en nuestras oraciones.

Sara Bórquez

Teresa querida:

Me queda tu fidelidad y constancia, silencio y presencia diaria ante Jesús y la Mater en el santuario. Qué nunca me olvide de eso y seas mi guía como referente de amor.

 Stella Loza

 

Cristina Loustau

Cristina Lousteau RawsonCristina, un ser con una excelente cultura y formación, activa y comprometida con su familia, con sus amigos y con la sociedad. Durante toda su vida hacía y ponía todo lo que estaba a su alcance, con generosidad y buena disposición. No solo para la Familia de Schoenstatt, donde tanto la quisimos, sino también en donde sembró su pertenencia y donde se desempeñó, en su profesión de arquitecta competente.

Luchadora incansable e idealista, preocupada por la educación, a tal punto que sentó las bases en la fundación de la Escuela Nueva.

Se puso también al servicio del municipio para mejorar la presencia de la Playa. En todo su quehacer, trabajó y propuso importantes obras para la comunidad.

Durante el período de su enfermedad, tan inesperada, Cristina conservó siempre la característica bondad y paciencia: Ella nos tranquilizaba con sus mensajes y esperábamos, tras un tiempo de tratamiento y recuperación, verla nuevamente con nosotros. Pero Dios tenía otros planes.

Con el dolor de su partida y la esperanza de las buenas obras que nos dejó, agradecemos el privilegio de haber disfrutado su cercana y afectuosa amistad. La encomendamos al Dios Trino y a nuestra Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt.

   Sara Bórquez

La comunicadora se fue

El Equipo de Comunicación y Difusión siente fuertemente su ausencia. Cristina era la coordinadora de este equipo y la creación de este nació de su interés por establecer una red informativa entre los miembros de la Familia de Schoenstatt. El boletín “La Buena Nueva” estuvo animado por la constancia y dinamismo que transmitía a todos los miembros del grupo y en cada uno de sus integrantes quedará grabado en el corazón y en la memoria la disponibilidad y el amor que le dedicaba a esta tarea. Como decía un viejo boletín salesiano: “Qué pena, Señor, haberla perdido, pero qué bueno, Señor, haberla tenido entre nosotros”.

¡Gracias Cris por el amoroso y profundo sentido de la amistad que nos unió!

Alicia, Angélica, Ana María, Stella, Sara, Mónica

 

Cristina, la primera misionera de Trelew

Nos resultó muy difícil nuestro testimonio sobre la participación de Cristina Loustau en la campaña de Trelew, porque ante el dolor de su partida hemos quedado sin palabras.

En las reuniones de las misioneras de todos los miércoles en la parroquia María Auxiliadora, sin decirnos nada, todas pensamos: Cristina está de viaje, como lo hacía habitualmente y nos tenía acostumbradas. La esperábamos siempre con su impronta, sus anécdotas, con su gran amor a la Mater y a su Hijo, a Dios Padre, al P. Kentenich y a la Familia de Schoenstatt… Pero sentimos que ella está acompañándonos cada miércoles junto con la Mater y al P. Kentenich.

Cristina fue la primera misionera de Trelew. Siempre ella recordaba cuando, después de la celebración de una misa en la parroquia María Auxiliadora, donde habían llevado una imagen de la Mater, le ofreció a las personas que allí estaban, recibir y hacer caminar a la imagen de la Mater. Ese día comenzó nuestra campaña.

En Trelew no había ermita, y ella trabajó mucho para su realización, desde gestionar con el municipio tierras para su localización, en la campaña del ladrillo y demás materiales, hasta la realización del proyecto y construcción, con la colaboración del Arq. Enrique Pérez. Ella siempre recordaba orgullosa, que el P. Esteban Uriburo, el día que bendijo la ermita, el 8 de diciembre de 1989, había dicho: “la ermita de Trelew es la catedral de las ermitas”.

Fue guía de un grupo de juventud en la década de los 90, y siempre trabajó activamente para el crecimiento de la campaña y del Movimiento de Schoenstatt en Trelew.

Cuando se fue a vivir a Playa Unión, permaneció unida y siendo parte activa de la Campaña de Trelew, que ocupaba un lugar en su corazón. Solo decimos, Cristina: “Hasta que volvamos a vernos “.

 Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt – Trelew

 

Primera ermita de Trelew

“Dios da vida en abundancia”.

Querida Cristina:

Escribir y plasmar en pocas palabras tu presencia entre nosotros, y manifestarlo para compartir, no es fácil. Se me ocurren para dedicarte, dos frases que en alguna charla nos brindó el P. Ludovico: “Dios da vida en abundancia”. “Dios habitaba en tu corazón”. Fuiste sencilla, con un diálogo afectivo, familiar, paciente. Siempre con desafíos de estar y de guiar. Alma mater de tu familia. Recibiste las gracias de nuestro santuario, peregrinaste y dejaste tu huella. También peregrinaste por la vida haciendo tu tarea como misionera, esposa, madre y amiga. Desde tu lugar nos darás tu luz, en un año con muchos desafíos, en este jubileo de los 25 años del Santuario.

Estuviste en esta tierra, ahora, en la Casa de Dios Padre, guiando a tu hermosa familia que formaron con Jorge, al igual que todos los que vinimos a sembrar y a construir en esta Patagonia, “Tierra de la Promesa”. Has dejado tu huella en el camino. Todos los que te hemos conocido te queremos mucho.

    María Inés Accardo.

Pastoral del Santuario

Estuviste desde el comienzo de la pastoral colaborando en ella. De cada santuario que visitabas por el mundo, traías nuevas ideas para el nuestro. El carisma de Schoenstatt estaba presente en tu vida, en toda circunstancia. Atenta a tu familia y a todo lo que ellos necesitaren, como así también a las guardias en el santuario. Supiste ser amiga fiel y generosa, siempre dispuesta a la escucha. Ya estás gozando el merecido descanso junto al Padre Dios y a la Virgen.

Marta Zwetler- Pastoral de Santuario.

 

 Ermita Puerto Madryn

Luis Ricci

Un día tuvimos la triste noticia de la partida de Luis a la Casa de Dios Padre. Nos sorprendió el desenlace tan repentino de su enfermedad.

En su extenso tránsito junto a nuestra Familia de Schoenstatt nos dejó el recuerdo de su devoción a Dios y a la Virgen, su disponibilidad y el don preciado de su hermosa voz que nos acompañaba en las celebraciones y que felizmente quedó grabada en las canciones de la “Cantata Patagónica”, cuya música creó y nos identificó en las Jornadas Patagónicas del ´88, que se realizaron en Rawson.

El recuerdo de su voz y sus creaciones

Luis Ricci era un artista, un creador, y los creadores siguen vivos en sus obras, en el tono emocional de cada nota, de cada palabra que forma parte de sus realizaciones. Por eso, y también por el cariño que nos inspiraba, estará presente en nuestro recuerdo, en especial en esta letra que le dedicara al P. Kentenich y cuya última estrofa, tan significativa, pareciera que tiene una referencia personal: “Cuando Dios me lleve a su lado/ no los he de abandonar;/en el Santuario junto a la Mater, /allí siempre me tendrán”.

 Mónica García

Luis, una vocación de servicio

La partida de Luis a la Casa del Padre ha sido motivo para recordar su paso por nuestra Familia de Schoenstatt. A poco de llegar a Rawson, junto con Marta, no dudaron en integrar uno de los primeros grupos de matrimonios: “Renacer”. Poco tiempo necesitaron para hacer su Alianza de Amor, en momentos en que no éramos pocos los que dudábamos en sellar ese compromiso. Si queremos sintetizar su amor por María y su preocupación apostólica, nada mejor que las estrofas de esa canción que tantas veces nos regaló con su potente voz: “¿Qué quieres, María, tú de mí? Que ofrezcas tu amor como cimiento, /que asumas generoso la misión, /que dispongas del trabajo y del esfuerzo, /al fundar tu santuario corazón.”

Su vocación de servicio fue de lo más variada: así, lo podemos recordar con su voz y su guitarra acompañando las celebraciones en el santuario; entonando el pregón pascual en la parroquia; construyendo y preparando las primeras imágenes peregrinas; dirigiendo, junto con Norma Gago, el coro de la Juventud Femenina. Catequista en Sagrada Familia y fiel compañero del P. Román Dumrauf en sus “andanzas” por Camarones y Bahía Bustamante, tocando la bocina de la camioneta para que el pueblo fuera a misa.

Querido Luis: te despedimos con tristeza, pero alegres en la seguridad de que “un siervo de María nunca perecerá”.

 Mema y Eduardo Rodríguez Varela

Un amigo del alma que ya está en el cielo

Escribir sobre un hermano y amigo del alma que ya está en el cielo no es fácil, pero si nos animamos a decir: Lo que caracterizaba a Luis, es que vivía plenamente el Evangelio, lo demostraba con su alegría, que trasuntaba la paz de su alma, su don de gentes y su disponibilidad para ayudar en lo que podía, como hacer grupos de oración, catequesis, pastoral de la música. Recordamos con afecto su colaboración para armar y arreglar los marcos de las imágenes peregrinas, fue Luis el que hizo la primera imagen peregrina con la forma de santuario que recorría el barrio San Pablo, rezando con ella el santo rosario. Su buena voluntad de colaborar con otras personas se manifestaba, como lo hizo tanto tiempo con el P. Román, llevándolo y acompañándolo en su misión evangélica. Admiramos el nivel de su espiritualidad, manifestada en la forma en que cantaba y amaba a la Santísima Virgen, no solamente con esa voz tan linda que lo distinguía, sino además volcando su amor en las letras que componía para honrar a la Mater. Por todo esto y muchísimo más, sabemos que Luis ha dejado un recuerdo imborrable en todos los que lo conocimos. Gracias Luis, muchas gracias. –

       Jorge y Lily Presas

Se han ido aliados

Se han ido amigos queridos. Nuestra fe no nos da lugar a anonadarnos. En lo posible, asumiremos sus proyectos. Será otra forma de estar con ellos, no sólo desde el recuerdo, sino también en nuestras acciones. Como dijo un poeta español del siglo XX:

¿Murió? Solo sabemos

que se nos fue por una senda clara,

diciéndonos: hacedme

un duelo de labores y esperanzas.

Sed buenos y no más, sed lo que he sido

entre vosotros: ALMA.

Vivid, la vida sigue,

los muertos mueren y las sombras pasan,

lleva quien deja y vive el que ha vivido.

¡Yunques sonad; enmudeced campanas!

Antonio Machado

 

“Y aquello que aquí en la tierra fue abrazado con todo nuestro amor, aquello que se esperó y por lo cual se luchó, en la medida de lo posible puede, quiere ser y será objeto de nuestra dedicación durante toda la eternidad”.

Pe. José Kentenich

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