Publicado el 2016-03-27 In Campaña, schoenstattianos

Giuseppe Marramarco: Un fiel misionero de María

BRASIL, Hna. M. Rosequiel Fávero, vía tabormta.org •

La Semana Santa comenzó, para la Familia de Schoenstatt de la región sur del Brasil, con una triste noticia: falleció Giuseppe Marramarco, conocido por su incansable apostolado con la Imagen Peregrina Auxiliar entre los presidiarios de Río Grande do Sul.

Su vida fue transformada por un encuentro con el Siervo de Dios João Pozzobon, en 1985

Nacido en la ciudad de Corleto Perticara, provincia de Potenza, en Italia, Giuseppe Antonio Marramarco llegó como inmigrante a Brasil el 24 de marzo de 1951, a los 23 años. Al llegar a Porto Alegre, donde vivía su tío, alquiló un cuarto en una pensión del barrio Floresta. Trabajó como empleado en una estación de servicio y después de un año de sacrificios logró devolver a su padre y a su padrino la suma que le habían prestado para poder viajar en barco hasta Brasil. Trabajó además en una carnicería para aprender el oficio, y cuatro años más tarde estuvo en condiciones de abrir su propia carnicería, estando ya Casa Mado con una chica de Garibaldi, Clarita Lorenzi.

Su vida fue transformada por un encuentro con el Siervo de Dios João Pozzobon, en 1985, pocos días antes de la muerte de este último. En una de las muchas entrevistas que dio en 2002, cuando la empresa de medios de comunicación RBS le confirió el título de “Gaucho honorario”, o en 2010, cuando la Cámara de Concejales de Porto Alegre le concedió el título de “Ciudadano de Porto Alegre”, el Sr. Marramarco contó: “Él, (don João Pozzobon) transformó mi vida. Noté que aquel anciano, casi ciego, había hecho tantas cosas, mientras tanto yo solo buscaba tener dinero y placer. Durante tres años libré una lucha interior entre vivir para el dinero o trabajar para Dios. El poder de Dios fue mayor. Paré de trabajar para ser misionero”.

Con la Imagen Peregrina Auxiliar del Santuario de Porto Alegre, el Sr. Marramarco comenzó a dedicarse, como don João Pozzobon, a llevarla a hospitales y escuelas, pero fue en las cárceles donde encontró su campo privilegiado para el apostolado.

Coordinador de la pastoral carcelaria y uno de los creadores de la fundación de apoyo al egreso del sistema penitenciario

Se dedicó incansablemente a los presos y a sus familiares, siendo su trabajo reconocido mucho más allá del Movimiento de Schoenstatt. Fue coordinador de la pastoral carcelaria y uno de los creadores de la fundación de apoyo al egreso del sistema penitenciario (FAESP). Con su Peregrina entraba en los sectores más peligrosos de los más temidos presidios de Río Grande do Sul, como el de Charqueadas, de máxima seguridad, y el presidio Central de Porto Alegre. Incontables veces afirmó haber visto a hombres desfigurados por la situación en la que vivían, caer de rodillas detrás de las rejas, ante la Virgen Peregrina. Con su acción misionera ayudó a muchos a encontrar el camino a la conversión.

Alimentaba su gran celo apostólico mediante la oración y la vinculación al Santuario. Un sacerdote de la diócesis de Porto Alegre, dio en 2015 el siguiente testimonio sobre él: “Siendo seminarista acompañé muchas veces al Sr. Marramarco en su apostolado. Me impresionaba mucho su acción apostólica, pero era más impresionante aún verlo rezar silenciosamente ante el Santísimo”. Un momento destacado en la vida de la Familia de Schoenstatt, fue justamente la renovación de la coronación de “su” Imagen Peregrina en el acto central de las celebraciones del centenario de la alianza, en octubre de 2014, junto al Santuario María, Cor Ecclesiae, en Porto Alegre.

La “Mater siguió su camino” y el Sr. Marramarco también

El año pasado, consciente de la disminución de sus fuerzas y de que la Virgen Peregrina “necesitaba seguir su camino”, el Sr. Marramarco la entregó al cuidado de las Hermanas de María de Schoenstatt, en Porto Alegre. La Divina Providencia tejió los hilos de tal manera que una semana antes de su partida a la eternidad, en el cierre de la Jornada Regional de Coordinadores de la Campaña de la Virgen Peregrina, los representantes de la arquidiócesis de Porto Alegre asumieron la responsabilidad por la Peregrina Auxiliar que fuera fiel compañera del Sr. Marramarco, en una singular ceremonia de “reenvío” en el Santuario Tabor, en Santa María.

La Mater siguió su camino, y el Sr. Marramarco también. Ahora, en la eternidad, él ha de ser un fiel intercesor ante Dios por aquellos que dieron su sí para continuar el apostolado que él desempeñó con tanto amor.

Además del Siervo de Dios João Pozzobon y de muchos otros que dedicaron su vida a la Madre y Reina de Schoenstatt, la Familia de Schoenstatt tiene un ejemplo más en el que mirarse.

Fonte: www.tabormta.org

“Un italiano lleva luz a la cárcel”

En el año 2002, Schoenstatt.org publicó un artículo sobre Giuseppe Marramarco, con ocasión de este homenaje:  

Desde un encuentro personal que tuvo con Don João Luiz Pozzobon, el «Padre José» lleva la imagen de la Virgen Peregrina de Schoenstatt a los prisioneros, homenajeado como «Gaucho Honorario» en Porto Alegre.

Al cumplir 45 años de historia, la RBS (la mayor red de multimedia del sur de Brasil) homenajeó con una condecoración de «Gaucho Honorario 2002», a diez personalidades de Porto Alegre que viven y trabajan en Río Grande del Sur. La ceremonia se llevó a cabo el pasado lunes 2 de septiembre. Presidió la premiación el director técnico del equipo penta campeón de fútbol, Luiz Felipe Scolari. Esta celebración se realizó en el Teatro de Sesi. Entre los personajes que recibían estos honores, se encontraba un hombre sencillo de origen italiano, que conoció personalmente a Don João Pozzobon unos días antes de su muerte en 1985, y que desde aquel momento lleva consigo a la Mater Peregrina a los presos.

Desde la institución de este nombramiento, en 1973, se han homenajeado a ciento veintitrés personas no nacidas en Río Grande del Sur que han contribuido con el desarrollo económico, social, cultural y comunitario del estado.

El 25 de agosto de 2002 el diario «Zero Hora» publicó el siguiente artículo sobre Giuseppe Antonio Marramarco, conocido como «Padre José».

Ni «Padre» ni José…

Entre los miles de inmigrantes españoles, italianos y portugueses que desembarcaron en el puerto de Santos el 24 de marzo de 1951, estaba un joven de pocos estudios y escasos recursos que fue triunfando en la vida y logró dar educación superior a sus cuatro hijos y que al final, dejó todo para dedicarse a los más desfavorecidos.

Recorre las cárceles llevando una imagen de Nuestra Señora y es conocido por los presos como «Padre José». No es «Padre» y tampoco le dicen José. Su nombre es Giuseppe Antonio Marramarco.

«La fuerza de Dios fue más grande…»

La «leyenda» del Padre José comenzó a raíz de su encuentro con el Don João Luiz Pozzobon, cuyo proceso de beatificación ya está en curso por haber llevado una imagen de la Virgen Peregrina de Schoenstatt, recorriendo a pie unos 140.000 kilómetros. Marramarco estuvo con él en tan solo una ocasión, en 1985, pocos días antes de su muerte. Eso fue suficiente.

«Él trasformó mi vida. Me di cuenta de que este hombre, ya viejo y casi ciego, había hecho tantas cosas, mientras yo solo pensaba en tener dinero y placer. Durante tres años sostuve una lucha interna entre tener dinero o dejarlo todo para servir a Dios. La fuerza de Dios fue más grande. Dejé de trabajar para convertirme en misionero», dice Marramarco que hoy cuenta con 74 años de edad.

Dedica su vida a llevar la Virgen Peregrina a los presos

Se integró al Movimiento Apostólico de Schoenstatt y quiso continuar con el hábito de llevar a todas partes la imagen de la Mater Peregrina, decidió ponerse al servicio de aquellos que él consideraba los más necesitados y abandonados, los pecadores: los presidiarios. Hoy es el coordinador de la pastoral penitenciaria de la arquidiócesis de Porto Alegre; durante catorce años ha visitado varias cárceles para llevar consuelo a los presos y sus familias.

«Voy de prisión en prisión, rezando y dando consejos a los presos. Son personas desesperadas para quienes intento llevar una luz. En todo este tiempo, ningún presidiario me ha dicho una sola palabra ofensiva».

Cinco años atrás, Marramarco amplió esa acción hacia fuera de las cárceles, ayudando a crear la Fundación de Apoyo al Egreso del Sistema Penitenciario, de la cual es vice-presidente. Esa institución ayuda a los ex-presidiarios a reintegrarse a la sociedad.

«Cuando termina la condena, el ex-presidiario no tiene para adonde ir, entonces vuelve a cometer crímenes porque no tiene ni qué comer. Hemos atendido a doscientos y solo conocemos un caso que volvió a caer», observa.

Ocupado desde la mañana hasta la noche con los presos y también con los ex-convictos, este misionero encuentra también tiempo para presidir el Instituto de Asistencia Social de los Italianos, que él fundó y por medio del cual ayuda a ciento veinte inmigrantes nacidos en Italia que se encontraban en situación de pobreza y de abandono. Va al encuentro de cada uno una vez por año.

«Hoy en día no tengo ni media hora libre, mi jornada comienza a las 6,00 y termina a la medianoche. Nunca he trabajado tanto», revela.

Ahora él tiene tiempo…

El apóstol de la pastoral penitenciaria continuará su misión en el cielo, de esto estamos seguros. En Tupãrenda, Paraguay, se está construyendo actualmente la Casa Madre de Tupãrenda, destinada a jóvenes que acaban de cumplir su pena de prisión. Allí recibirán formación laboral y acompañamiento en la nueva etapa de su vida.

01. Aquí construimos la Casa Madre de TR

Fotos: tabormta.org, tvcamara-poars.blogspot.com#

Original: portugués. Traducción: aat, Argentina

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1 Responses

  1. Monina Crivelli dice:

    Qué pena enorme! Lo recuerdo tan bien, de tantos encuentros en Santa María, siempre fiel a su misión de visitar a los presos en las cárceles con su Auxiliar! Un verdadero discípulo de don Joao a quien muchos tuvimos la gracia enorme de conocer. Gracias, querido Giuseppe, por tu testimonio de vida! Nunca te voy a olvidar…

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