Publicado el 2015-09-23 In schoenstattianos

Vinculación

Por X. •

Schoenstatt significa para nosotros vinculación con otras familias. Hace poco pude experimentar muy especialmente esta vinculación con otras familias.

Un lunes por la mañana, repentinamente, sentí severos dolores de estómago y tuve ganas de vomitar varias veces. Debido a que el dolor y las náuseas no mejoraban, tuve la sospecha de que se trababa de apendicitis y llamé a mi marido. Él vino directamente del trabajo a casa y me llevó de inmediato al hospital, ya que apenas podía mantenerme en pie. Después de algunos exámenes quedó claro que mi suposición no había sido errada y que era necesaria una operación. Como aún estoy dando de mamar a nuestro pequeño hijo, él permaneció conmigo en el hospital y después de la operación nos trasladaron al pabellón de maternidad, ya que ahí hay camas adecuadas para madres con bebés.

Mientras mi hijo dormía, me quedé despierta en la cama del hospital y reflexioné sobre el día pasado. Desde esa altura del hospital tenía una buena vista a las vías del tren y a las luces de la ciudad. Todo me parecía muy irreal, pensando que en la ciudad las personas seguían su vida normal, mientras que en el hospital me sentía como en una isla, donde el tiempo pasaba de manera diferente.

Un mensaje en el teléfono móvil

De repente recibí un mensaje en mi teléfono móvil. Era una amiga. Nuestras familias son amigas desde hace tiempo, nos conocemos desde nuestra juventud y apadrinamos mutuamente a nuestros hijos. También trabajamos juntas en la Obra Familiar de Schoenstatt. No había tenido la oportunidad de contarle a mi amiga sobre mi operación, ya que todo había ocurrido muy rápido.

Me escribió pidiéndome si podíamos tenerlos presente y orar por ellos, ya que ella se encontraba en el hospital con su hija por problemas respiratorios. Yo le contesté de inmediato, le pregunté en qué piso estaban y le conté que yo también me encontraba en el hospital con mi hijo menor. Resultó que ellas estaban en la misma ala del hospital, unos pisos más abajo, en el sector de pediatría. A pesar de que la situación en el hospital no era de lo más agradable para ninguna de las dos, nos sentimos muy unidas en ese momento y eso simplemente nos hizo bien.

Yo creo que esa noche ambas nos sentimos muy agradecidas por esa vinculación y por el sentimiento de saber que en esas situaciones siempre podemos contar con alguien que está cerca de nosotros.

Original: alemán. Traducción: Tita Andras, Viena, Austria

 

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1 Responses

  1. Cecilia dice:

    Y sigue la unión de corazones. La Madre nos une, conoce nuestras necesidades y no nos abandona. Allí donde está la Madre está Cristo y allí donde está Cristo está el Padre. ¡Señor, atiende las súplicas de tus hijos!

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