Publicado el 2014-10-11 In schoenstattianos

El incansable sembrador de la Alianza de Amor – P. Esteban Uriburu

ARGENTINA, Roberto Horat. En las últimas horas camino al Centenario y ya preparándonos para renovar junto con todos nuestros hermanos schoenstattianos del mundo y del cielo la  Alianza de Amor, creemos que este 12 de octubre – tan especial – no podemos dejar de agradecer la vida, la obra, el carisma y el bien realizado por el Padre Esteban Uriburu, sembrador incansable de la Alianza de Amor con María.

 

El mismo contaba que, conoció el Movimiento de Schoenstatt providencialmente:

«En la misteriosa trama de nuestra vida -decía- tejida por la acción de Dios y la nuestra, quien ha hecho el plan, quien lleva la iniciativa, quien hace el aporte principal, es Dios. Nosotros somos siempre el factor secundario (necesario también), a quienes cabe la actitud de apertura, de disponibilidad, de corresponder al Plan Divino. Mientras van pasando los años, crece mi asombro ante los caminos de Dios en mi vida. Una y otra vez vuelvo a mi primer encuentro con Schoenstatt, encuentro que yo no busqué, no planeé, pero en el cual misteriosamente entré. Era el mes de enero de 1957, año clave para mí. Regresaba a Bariloche, en un Volkswagen «escarabajo”, piloteado por Carlos Chevallier Boutell. Jamás habíamos pensado en llegar a Chile. Una piedra desprendida por un camión, en una de las cuestas entre Neuquén y Zapala, que nos astilló el parabrisas del auto, fue el detonante para que yo terminara en el Sur de Chile, conociendo Schoenstatt. Al llegar a Villa La Angostura, Carlos me dijo que tenía que seguir a Bariloche. En Cumelén, me encontré con Luis Menvielle, y surgió la posibilidad de que partiéramos los dos con mochilas y bolsas de dormir hacia San Martín de los Andes. El viernes 18 de enero, zarpábamos con Luis, caminando, abiertos a la posibilidad que alguien nos llevara. Un camión se detuvo, y fue durante ese trayecto hacia San Martín de los Andes, que se me ocurrió preguntarle a Luis » ¿Y si vamos a conocer el océano Pacífico en Chile?”. Luego de adquirir un boleto de tercera clase hasta Puerto Montt, subimos a un vagón. Ya con el tren andando, Luis se levantó a recorrer los vagones.

De repente un joven, que estaba sentado pasillo de por medio, se me acerca y me pregunta «¿Tú eres argentino?». Era Hernán Krause.

Nos pusimos a conversar y me presentó a un amigo: Cristián Pérez Fernández. Ambos eran schoenstattianos e iban a un campamento de ese Movimiento. Me invitaron a participar del mismo, establecido en el Lago Calafquén.

Le dije a Luis «Vos andá a Puerto Montt, yo me voy al Campamento». Hernán se adelantó a buscar el campamento, mientras yo me quedé esperando a Cristián. De repente me pregunté: «¿Qué estoy haciendo aquí?”.

Esa mañana había partido desde San Martín de los Andes, con Luis, rumbo a Puerto Montt, y ahora estaba con dos chilenos recién conocidos, camino al campamento de un Movimiento cuyo nombre -Schoenstatt- casi ni podía pronunciar.

Permanecí cuatro días junto a ochenta jóvenes universitarios chilenos, dirigidos por el Padre Ernesto Durán.

Intuitivamente Schoenstatt me captó. Me impresionó la alegría, el espíritu de familia y la tendencia a la entrega heroica. Pero pensé: «Si entro a este Movimiento, lo haré por entero».

¿Se daría plena cuenta Hernán Krause lo que me escribió espontáneamente, en una estampita de la Mater, al partir yo de las orillas del Lago Calafquén, en el bello sur chileno?

“Esteban, junto a un lago, la Reina del Cielo te ha mostrado la gran misión de tu vida. Como un aventurero te trajo, como un aventurero te envía. Sele fiel, heroicamente fiel a su amor, y todo lo demás vendrá por añadidura. Que el recuerdo de estos días de Calafquén, conserven siempre tus grandes inquietudes e ideales».

Una Alianza de Amor que iniciaba un nuevo tiempo en el Schoenstatt de Argentina

El Padre Esteban selló su ALIANZA DE AMOR en Nuevo Schoenstatt el 17 de febrero de 1958, un año exacto después de aquellos acontecimientos.

Su Alianza, podría decirse, “inicia” un nuevo tiempo en el Schoenstatt Argentino, Latinoamericano y viendo su vida…”aún más allá”.

En 1971 fue ordenado Sacerdote, como miembro del Instituto Secular de los Padres de Schoenstatt. El mismo Padre Kentenich lo llamó «un nuevo Cristóbal Colón» porque en el futuro sería un «conquistador del mundo».

Alma de conquistador

El Padre Guillermo Carmona lo confirma con estas palabras: «Esteban tenía alma de conquistador, de fundador. Era un pionero e iniciador de acciones. Sabía abrir las puertas, o por lo menos golpearlas. Quizás pocos saben que él fue el primero en sembrar en los cordobeses el sueño por un Santuario. Cuando en 1968 se cumplía su anhelo y eran otros los artífices del mismo, nos confesaba en Münster que él había movilizado, ya en 1957, a su grupo «Ver Patris» a hacer capital de gracias y a juntar dinero para este Santuario. Este «vicio» santo lo traicionaba… y será la razón por la cual sembró, en muchos otros lugares de Argentina, el sueño por contar con su Santuario: quería que los demás también gozasen del privilegio de tenerlo.» (Fuente: Así te recordamos)

Gracias, P. Esteban

Al Padre Esteban le agradecemos muchas obras y emprendimientos: Carrascal en Santiago de Chile; Confidentia; Belén de Escobar; San Isidro; Comodoro Rivadavia; las Voluntarias de María, la Casa del Niño Padre Kentenich, Sión del Padre, el Centro Mariano en la diócesis de Nueve de Julio y la Campaña del Rosario, a la que se consagra y se entrega por entero. Como Don Joao, él quería “que todos conociesen y amasen” a la Mater; y soñaba que las gracias y el mensaje de Schoenstatt no quedaran restringidos a algunos grupos, sino que llegasen a todo el pueblo.

Fue el Padre Esteban quien, comprendiendo la misión de la Campaña, llevó a la Peregrina con el Rosario por el mundo entero, para que llegara a ser amada como “MADRE DEL PUEBLO”, tal como el Padre Kentenich lo había anunciado en Dachau.

Esta vida de ALIANZA y de “AVENTURERO”, nos ha abierto caminos.

En el Santuario de Confidentia, Buenos Aires, el 12 de octubre a las 20 horas se celebrará una Santa Misa en agradecimiento por el don de la vida del P. Esteban.

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El incansable sembrador de la Alianza de Amor – P. Esteban Uriburu

ARGENTINA, Roberto Horat. En las últimas horas camino al Centenario y ya preparándonos para renovar junto con todos nuestros hermanos schoenstattianos del mundo y del cielo la  Alianza de Amor, creemos que este 12 de octubre – tan especial – no podemos dejar de agradecer la vida, la obra, el carisma y el bien realizado por el Padre Esteban Uriburu, sembrador incansable de la Alianza de Amor con María.

 

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