Publicado el 2012-11-11 In schoenstattianos

Guillermo Echevarría: Es una vocación: el estar al servicio de María, el querer sembrar

ARGENTINA, Mercedes y Fernando Bonorino. El 25 de septiembre de 2012 Guillermo Echevarría volvió a la casa del Padre. La Providencia quiso que partiera el día en que, en Argentina, se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario de San Nicolás.

 

 

Guillermo nació el 16 de febrero de 1936 en una familia sana, alegre y profundamente cristiana donde recibió mucho amor. Aquellos valores marianos recibidos de sus padres y de los hermanos maristas con quienes se formó, arraigaron profundamente en su corazón. Para él, el matrimonio y la familia eran sagrados. Tenía un gran amor a su trabajo y a su Patria, y el respeto y delicadeza de trato hacia la mujer, propios del hombre mariano.

Fue siempre un enamorado de María. Desde chico le pedía ayuda en los exámenes- “¡A veces aún cuando no había estudiado mucho!” – contaba sonriendo. Tan grande era su confianza en la Madre de Dios que, al ponerse de novio, quiso ponerla como fundamento de su noviazgo desde el primer día. Y le regaló a Ana una imagen tallada de la Virgen. Cada vez que la visitaba durante el noviazgo, se encontraban y se despedían junto a María.

“Que la devoción a la Sma. Virgen se extienda por el mundo como un reguero de pólvora”

Muchas veces le confesaba a Ana su anhelo más grande: “Que la devoción a la Sma. Virgen se extienda por el mundo como un reguero de pólvora”.

Juntos, en los primeros años de casados Guillermo y Ana descubrieron el Rosario -a raíz de una charla que escucharon- y comenzaron a rezarlo y meditarlo con sus hijos pequeños tratando de enseñarles a vivir lo que contemplaban en cada misterio. Fue por entonces que, buscando un sacerdote mariano para entronizar en su casa una bellísima imagen de Nuestra Señora de la Merced, que Guillermo había heredado de sus padres, Guillermo y Ana entraron en contacto por primera vez con el Padre Esteban Uriburu y a través de él con el Padre Kentenich, el Santuario y la Mater: con Schoenstatt.

En el Padre Kentenich y en su llamado a anunciar las glorias de María, a tirar de su carro de triunfo, Guillermo encontró el cauce donde volcar y acrecentar el gran anhelo de su corazón: contagiar el amor a María, llevar a otros a vivir lo que él estaba experimentando en su propia vida de familia. Pronto integraron con Ana un grupo de matrimonios de la Liga Apostólica que hoy, luego de 36 años, siguen trabajando unidos por el anhelo de vivir y difundir el mensaje de Schoenstatt. Dos años después sellaban una Alianza de Amor con María en el Santuario Nacional y – junto a aquel cuadro que antes había entronizado en casa de Guillermo y Ana- el Padre Esteban Uriburu bendecía ahora su Santuario del Hogar.

Hasta los confines del mundo

Las gracias del envío no se hicieron esperar. A través del texto de una charla del Padre Kentenich, Guillermo y Ana descubrieron el Rosario del Instrumento como camino para hacer vida la Alianza de Amor, rezando y viviendo los misterios del Evangelio y ofreciendo esa oración y esa vida al capital de gracias, para ayudar a María en su gran misión de transformar el mundo. Conversaron sobre esto con el Padre Esteban. El Padre, siempre atento a las voces del tiempo para descubrir el querer de Dios, había captado en varios jóvenes un interés notable por el Rosario y viendo en el entusiasmo de Guillermo y Ana una voz de Dios, en marzo de 1983 les propuso impulsar desde el Santuario un movimiento del Rosario para jóvenes. Para que los inspirara, les dio una imagen de la Campaña del Rosario que providencialmente Joao Pozzobon le había entregado poco antes. Tuvieron la inspiración de coronar aquella imagen peregrina como Reina del Rosario para pedirle que impulsara el Movimiento del Rosario y la Adoración al que había llamado el Padre Kentenich desde Santa María, Brasil, en 1952. Trabajaron con gran entusiasmo, organizaron encuentros de jóvenes. Con mucha chispa, y alegría, a través de chistes, anécdotas y ejemplos concretos de la vida diaria, Guillermo, Ana y el padre Esteban, iban abriendo para esos jóvenes un camino de vida, de Alianza: encarnar los misterios del Rosario para ofrecerlos al capital de gracias. Guillermo y Ana se consagraron en el Santuario “a rezar y vivir el Rosario y llevarlo a todos” y le dijeron a La Virgen: “hasta los confines del mundo puedes enviar a quienes hoy se te consagran” (PJK.). Sin saberlo estaban viviendo los inicios de la expansión al mundo de la Campaña. Al ver los frutos que había dado coronar a la Virgen, Ana escribió una carta pidiendo a Joao Pozzobon 25 imágenes para enviarlas a los Santuarios de América y coronarlas pidiendo a María que, como Reina del Rosario, regalara la gracia de rezarlo y vivirlo en Alianza con Ella, como lo estaba haciendo ya en Argentina.

Descubrieron al “santo de la nueva evangelización”

Don Joao preparó las 25 imágenes e invitó a Guillermo y Ana para que fueran a Brasil a buscarlas. En marzo de 1984, acompañados y apoyados por el Padre Esteban Uriburu, viajaron a Santa María, Brasil, llevando un grupo de 30 personas, para buscar las primeras 25 imágenes de la Campaña que partían al mundo. El encuentro con Don Joao fue trascendental en la vida de Guillermo. Junto con Ana descubrieron en él un instrumento que encarnaba de manera preclara toda la espiritualidad de Schoenstatt. Comprendieron que en él la Virgen había preparado un modelo acabado de lo que Ella quiere regalar al paso de la imagen peregrina. Guillermo había encontrado la misión de su vida y a ella se entregó por entero desde entonces con todas las fuerzas de su corazón. Ese año viajaron 3 veces a Santa María con el Padre Esteban para estar con Don Joao Pozzobon y empaparse del espíritu de su Campaña, para llevarlo al mundo.

Y comenzó la misión. No ahorraron esfuerzos: en la oración, en la acción apostólica, en la generosidad con que brindaron sus recursos materiales, su tiempo, sus desvelos. Fabricaban imágenes, daban charlas, organizaban jornadas, escribían cartas, recibían en su casa a los laicos y sacerdotes que venían del interior del país o de otros países, para transmitirles la misión. Así, desde su santuario hogar partieron imágenes que llevarían la Campaña a Cuba, Noruega, Polonia, India, China… Trabajaron incansablemente. Imprimieron folletos, crearon videos sobre Don Joao y la Campaña. Viajaron para llevar la Campaña al Paraguay y Alemania y para promoverla en Uruguay y Chile. En 1985, en el Centenario del Padre Kentenich en Alemania, muchos los recuerdan caminando de un lado a otro con la gran Imagen Peregrina Internacional que Don Joao les había entregado para llevar adelante la misión. Allí, con el Padre Esteban, contactaron a muchos sacerdotes y laicos schoenstattianos de diversos países que se entusiasmaron por iniciar la Campaña en su patria. Así, al terminar el año 1985 la Campaña había llegado a 22 países en los 5 continentes.

Expansión y profundización

Durante muchos años, junto al Padre Esteban Uriburu, se dedicaron a la expansión y profundización de la Campaña dentro de Argentina y apoyaron su difusión hacia el resto del mundo, colaborando en el equipo asesor de la Campaña y la Vicepostulación de la Causa de Joao Pozzobon. Fueron casi 30 años de trabajo incansable, velando siempre por la fidelidad de la Campaña al carisma original. No todo fue fácil. Hubo incomprensiones y luchas que costaron muchos desvelos al corazón sensible de Guillermo. Pero él se mantuvo firme con gran coraje en las tormentas, aferrándose con perseverancia a la oración y continuando la acción apostólica, con mucha humildad y sencillez, sin ejercer otra violencia que la “suave violencia” de la oración y el sacrificio ofrecido por amor. Regalaba sin imponer, el carisma que se le había confiado, con su característica bonomía. Siempre contando chistes, anécdotas, gozando al transmitir el amor a María y atraer a muchos para acercarlos a Ella, seguro de estar regalándoles un camino de honda felicidad.

Hay expresiones de su amor a María, a los misioneros y a la Campaña que serán imborrables. Casi todos los testimonios recibidos en estos días lo recuerdan silbando con todo su corazón, como homenaje a María, la canción “Maezinha do Ceu”- casi un himno de la Campaña – y emocionándose hondamente al meditar los misterios del Rosario en las jornadas y coronar al Santísimo y a la Madre Tres Veces Admirable, con la corona del Rosario encendido. Su amor por los misioneros ha quedado marcado en los corazones de muchos por el emotivo abrazo y el beso que le daba a cada uno cuando los misioneros se consagraban y él les entregaba el Rosario: era el abrazo emocionado de un padre que despide al hijo que emprende una misión.

Milwaukee

Guillermo fue una figura paterna importante para muchos de los jóvenes que se acercaron a la Campaña y se hicieron misioneros y líderes. Lo consultaban en relación a la misión y también en las grandes decisiones de su vida. Guillermo siempre se interesó por ayudarlos, orientarlos y aconsejarlos con enorme bondad y desinterés como lo hacía con sus cuatro hijos, sus padres, hermanos y parientes. Tenía una profunda vocación de padre. Un padre -y un abuelo- tierno y firme, que marca rumbos y siembra con amor.

En este sentido fue muy importante para él, el testimonio de paternidad del Padre Kentenich que recibió de la Hermana Petra al peregrinar a Milwakee tres años atrás, cuando viajaron con Ana a USA para visitar a una de sus hijas. A partir de ese viaje, cada mañana, Guillermo se trasladaba en espíritu al Santuario caminando de la mano del Padre Kentenich, Don Joao y el Padre Esteban para adorar a Jesús y renovar su Alianza de Amor.

Para Guillermo, Milwakee significó un encuentro muy fuerte con la persona del Padre Kentenich y a través de él con Dios Padre. Desde entonces se propuso hacer vida aquella frase del Evangelio que dice “cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto…” (MT. 6,6). Y cada noche, después de comer y de rezar y meditar el Rosario con Ana, se retiraba para “cerrar el día –decía- con una conversación franca con Dios Padre”, conversando sobre los logros y los errores de ese día, y todo lo que había vivido.

Así sucedió también el 21 de septiembre, pero esta vez fue diferente. A partir de ese momento de diálogo con Dios, Guillermo permaneció por 3 días, casi inconsciente, como quien está entre el cielo y la tierra. En esos días Ana, sus hijos y nietos, uno a uno se fueron despidiendo de él, que parecía escuchar sus palabras y sonreír cuando a su lado cantaban “Maezinha do Ceu”.

He tenido y tengo un ideal que ha plasmado toda mi vida

El 24 de septiembre el Padre Benjamín Pereyra, su director espiritual, administró a Guillermo el sacramento de la Unción junto a toda su familia. Era la fiesta de la Virgen de la Merced, que –providencialmente- había sido la puerta por la que Schoenstatt y la Alianza de amor con la Madre Tres Veces Admirable entraron en la vida de Guillermo y captaron su corazón. En ese día, la Virgen quiso poner a Guillermo bajo su manto y prepararlo para su partida a la casa del Padre. “María la Madre fiel… nunca nos deja…” (PJK). “Amor por amor, fidelidad por fidelidad” (PJK). Poco tiempo antes Guillermo había escrito en un cuaderno personal:

“He tenido y tengo un ideal que ha plasmado toda mi vida. Un ideal que he perseguido, por el que he luchado toda mi vida.
Aún ahora ese ideal me sigue impulsando. Impulsa mi acción. Le ha dado -y le da- sentido a mi vida actual y futura… Es una vocación: el estar al servicio de María, el querer sembrar”.

En la madrugada del 25 de septiembre, fiesta de la Virgen del Rosario de San Nicolás en Argentina, rodeado de sus hijos, Guillermo partía con alegría de la mano de María hacia el Schoenstatt eterno…, hacia el mar de amor y misericordia del corazón de Dios. (Cf PK)

A la sombra del Santuario de Sión del Padre, cerca del lugar donde descansa el Padre Esteban, se abrió en la tierra un surco para Guillermo. Junto a él dejamos con emoción un rosario de rosas vivas. Un signo. La siembra continúa. Desde el cielo Guillermo seguirá coronando a María con el Rosario -como la coronaba cada noche al terminar de rezarlo. Y seguirá al servicio de María sembrando en los corazones el amor a la Madre Tres Veces Admirable y al Rosario vivido en Alianza con Ella.

 

Link videos de Ana y Guillermo (Video)

Parte 1 http://youtu.be/soa9gWY8wPY
Parte 2 http://youtu.be/8X7Vp_WTFy4
Parte 3 http://youtu.be/l46LBswtzsI
Parte 4 http://youtu.be/peWeZ0e68UE

En las huellas de Jesús (Video)

Parte 1 http://youtu.be/p4c6SZL3n0M
Parte 2 http://youtu.be/-LGRYAp6yAM
Parte 3 http://youtu.be/EWZhn54kvU4

Don Joao y el Santuario de Schoenstatt (Video)

http://youtu.be/Xe96L1VO0A8

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Guillermo Echevarría: Es una vocación: el estar al servicio de María, el querer sembrar

ARGENTINA, Mercedes y Fernando Bonorino. El 25 de septiembre de 2012 Guillermo Echevarría volvió a la casa del Padre. La Providencia quiso que partiera el día en que, en Argentina, se celebra la fiesta de la Virgen del Rosario de San Nicolás.

 

 

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1 Responses

  1. Hild Pagan dice:

    Recordada Ana, con mucho carino recuerdo las experiencias junto al P. Esteban. Espiritualmente te acompano en este momento de ausencia. En la tristeza de la separacion tambien hay alegrias. Es momento donde todos los recuerdos bonitos pasan como una pelicula por nuestras mentes. Tambien vemos la preencia de Dios en repetidas oasiones. Momento fuerte que nos regala mucha fortaleza porque estamos de mano de nuestro Padre junto A Maria
    Santisima y sentimos que con ellos en el Schoenstatt Eterno podemos cumplir la Mision grande que la Santisima Trinidad ha confiado sobre nuestros debiles hombros. La Mater te cuide, el Padre te bendiga. Te prometo mi Capital de Gracias por tu Mision.
    Desde Puerto Rico, Hilda Pagan.

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