Publicado el 2010-07-16 In schoenstattianos

Paulo Tochetto de Oliveira, semilla de los Hermanos de María en el Brasil

o jovem Paulo, 1° Irmão de Maria brasileiroBRASIL, Cássio Leal. En este último día 29 de junio, se cumplieron 25 años de la muerte de Pablo, primer hermano de María de Brasil y una semilla que germina y da frutos para las futuras generaciones que siguen su ejemplo de entrega, dedicación, y amor por la Obra de Schoenstatt.

 

 

 

Pablo Tochetto de Oliveira nació en Porto Alegre en 1962, el 07 de septiembre (día de celebración de la Independencia de Brasil) por cerca de las 18 horas cuando suenan las campanas de la Iglesia de la Inmaculada Concepción anunciando la Santa Misa.

Desde muy temprano, Pablo disfrutaba de la libertad, era un chico inteligente y aplicado a sus estudios, rebelde y ágil, pero también cariñoso y compañero. Después de un encuentro de jóvenes del Movimiento de Schoenstatt, Pablo encontró a su «verdadera libertad» y que debía ser libre para cumplir con el plan de Dios para él. A partir de ahí comenzó la verdadera batalla por la libertad en su vida, dando un nuevo rumbo a su destino.

Dedicado a la profesión y la autoeducación

Después de su compromiso, Pablo se implicó cada vez más en el trabajo pastoral entre sus amigos de estudio, colegas y jóvenes en general. Organizada grupos de jóvenes y visitaba las capillas en las distintas comunidades para acompañarlos. A fines de 1982 se graduó de farmacéutico y un año más tarde se especializó en Farmacia Industrial en Santa María. Era un apasionado de su profesión y estaba entusiasmado en ponerla al servicio de la población. Siempre trató de complementar en su profesión y en sus estudios, los fundamentos de Schoenstatt, porque para él, todo estaba entrelazado y debían ir juntos. Así que también optó por la vocación del hermano de María. Se empeñó sin descanso en su autoeducación, valorizando hasta los pequeños detalles, incluso mejorar su escritura.

A principios de febrero de 1984, cuando tenía 22 años, se despidió de sus padres y hermanos, pues había tomado la decisión que cambiaría su vida: sintió en su corazón la llamada de Dios a la vocación laical e ingresó al Instituto de los Hermanos María de Schoenstatt, siendo el primer brasilero de este Instituto hasta entonces.

Cuando sus colegas supieron que Pablo había entrado a los Hermanos de María, ello lo cuestionaban: Usted podría haber sido un farmacéutico excelente, pero está renunciando a un futuro prometedor para seguir un camino incierto. Pero Pablo respondió a sus colegas: «Justo es una de las razones por las que decidí ser el hermano de María, para que puede ser un buen profesional y dar un mejor servicio a la comunidad».

Durante su formación que alcanzó hasta fines de 1985, Paul creció en su personalidad y maduró su vocación siguiendo los ejemplos de Mario Hiriart y el P. José Kentenich. Desarrolló una gran disciplina y atención a las pequeñas cosas de manera de atender bien a la gente y en su profesión, poniéndose al servicio de los más humildes.

La semilla fecunda la tierra de Schoenstatt nuevamente

Participó del entierro de João Pozzobon (pionero de la Campaña de la Virgen Peregrina) y dijo a sus amigos después del funeral: «Si hoy o mañana me llega mi hora, estoy listo». Al día siguiente, fue a visitar a un grupo de jóvenes que le acompañaban en una zona pobre de la ciudad y fue asesinado en un robo el 29 de junio de 1985, día de San Pedro. El día 30, un domingo lluvioso, fue velado en el Santuario de Santa María y después de la Misa, todos los peregrinos y amigos de Pablo, fueron al cementerio y se reunieron alrededor de su tumba todavía abierta. Un viento del sur repente se llevó las nubes y el sol poniente inundó el cielo con color de fuego. Paulo volvía a la tierra como semilla para la fundación de los Hermanos de María en el Brasil y cimiento de un nuevo Santuario.

Origen de la investigación: http://www.centrotabor.com.br

Traducción: Kikito Vázquez, Asunción, Paraguay

1 Responses

  1. Mariuxi Hidalgo Elinan dice:

    Amo SCHOENSTATT con todas las fuerzas de mi ser, desde niña creci en ese amor a la Mater Tres Veces Admirable, me impresiono . la vida de este joven brasilero, ser semilla para germinar, dar frutos maravillosos como los que el ha podido dar. Soy del Ecuador de Guayaquil y tengo dos primas que son Hermanas en Schoenstatt. la Hermana Leticia Alvarez y la Hermana Herminia ( Catita ). Dios los bendiga siempre por ese trabajo para con la juventud y con todos los que forman parte del Movimiento. Deseo que esta semilla siga esparciendo y germinando. Con todo mi amor. Mariuxi Hidalgo Elinan

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *