Hoy contesta Sarah Jehle, 25 años de edad, miembro de la Juventud Femenina del movimiento de Schoenstatt de Alemania •
A casi un año de peregrinar por el segundo siglo de la Alianza de Amor… ¿Cómo sueña este Schoenstatt en su ser, en su estar en la Iglesia y en el mundo, y en su quehacer?
Que la Iglesia y el mundo reconozcan el potencial que Schoenstatt ofrece, precisamente en todo lo relativo al desarrollo de la personalidad. La pedagogía del Padre Kentenich puede marcar la diferencia en este mundo, en el que, debido a una enorme inseguridad, se sigue a aquel que grita más fuerte.
Para llegar a cumplir este sueño, ¿qué tenemos que evitar o dejar?
Los jueguecitos internos de poder, las rivalidades y las envidias. Todos nosotros tenemos la misma meta: llevar Schoenstatt al mundo y hacer realidad la visión del Padre Kentenich.
Para llegar a cumplir este sueño, ¿qué pasos concretos debemos dar?
Tenemos que ser claros y consecuentes en lo que hacemos y en lo que decimos. Deberíamos tirar todos de la misma cuerda en pro del todo y no tener miedo de decir cosas incómodas. Cada uno tiene que tomar una decisión, ser un transformador del mundo y no solo un consumidor del mundo.
