Publicado el 2015-07-22 In Segundo siglo de la Alianza

Tres preguntas sobre Schoenstatt en el segundo siglo de la Alianza de Amor (34)

Hoy responde Octavio Cezarini Ávila, que actualmente vive en Curitiba y trabaja en relaciones públicas. En la arquidiócesis colabora en la Pastoral de los Migrantes y a acompaña, a distancia, a la Juventud Masculina de Ibiporã •

A medio año de peregrinar por el segundo siglo de la Alianza de Amor… ¿Cómo sueña a este Schoenstatt en su ser, en su estar en la Iglesia y en el mundo, y en su misión?

Sueño con un Schoenstatt que renueve su compromiso con la cultura de alianza, reafirme su carisma de vínculos y aumente su compromiso con la Iglesia. Más que un apoyo al Papa, apoyar a la Iglesia local, en sus dimensiones pastorales. Este es el medio más eficaz para estar junto a los pobres, a los predilectos del Evangelio. Con todo, no pienso en que sea solo una mirada piadosa, de ayuda, sino que es necesario incorporarlos al propio ser del Movimiento. Somos un Movimiento de educación ¿no? Pues entonces creo que es preciso que incorporemos a todos en la pedagogía de Schoenstatt y permitir, a la vez, que ella sea tocada también por estas nuevas realidades. El mundo necesita al Movimiento, pero el Movimiento necesita estar en movimiento. Este juego de palabras es el reflejo de una mente que ha soñado mucho con el espíritu de solidaridad ardiendo en los corazones de los schoenstattianos. ¿Ardemos o somos indiferentes?

Para cumplir este sueño ¿qué tenemos que evitar o dejar?

Primero, mirar la novedad que es Francisco. La realidad de la moral sexual es un hecho en la Iglesia, apoyada por el Papa, pero ¿por qué insistimos, en nuestras reuniones y conversaciones informales, en acentuar esto en desmedro de la moral social? Francisco tiene la dimensión de que ambas son igualmente importantes, pero por sentir en la piel una dolorosa realidad latinoamericana, enfatiza la moral social. Estamos tan desacostumbrados que hasta el Papa es tildado hasta de “comunista”. Necesitamos esto en la Iglesia… como pastores que tocan a sus ovejas y lloran y sonríen con ellas. Hoy, para mí, la moral social está un poco desatendida por nosotros.

Un segundo punto se refiere a un proceso intelectual, y para eso necesitaremos a nuestros teólogos y a los interesados en la filosofía kentenijiana. Así como los marxistas actualizan constantemente a Marx, los weberianos a Weber, es preciso actualizar al Padre y fundador para mantenerlo vivo, incluso en medios académicos. Es necesario revisar nuestros “libros didácticos” para la juventud y los matrimonios, para los hombres y las madres, y mirar las nuevas formas que están surgiendo en la sociedad. Lo que tiene que ver el consumo con esto, ¿o son solamente los medios de comunicación los que influyen? Las relaciones de trabajo en el siglo XXI, Internet y la compresión del espacio-tiempo, por ejemplo, deben ser confrontadas con el Padre Kentenich y de allí, extraer nuevas respuestas.

Para llegar a cumplir este sueño ¿qué pasos concretos debemos dar?

Reafirmas lo que decimos acertadamente: somos misioneros. Schoenstatt es un Movimiento de misión y lo reafirmo por la experiencia brasileña. ¡Cómo reaviva la actividad misionera el espíritu de nuestra Familia de Schoenstatt! No obstante, la misión presupone más “escucha” que “anuncio”. No deberíamos ser comparados con aquellos que golpean puertas y dicen: “¿Tienes un minuto para oír algo sobre Jesús?”, sino ser de los que dicen: ¿Tienes un minuto para contarnos algo de ti mismo?”. Es una diferencia esencial, que nos renueva, quita nuestros preconceptos y se abre al amor. El anuncio es propiamente un diálogo.

Esta característica misionera podría ser aplicada en diversas situaciones. Con todo, destacaría un camino: en la Conferencia de Pentecostés (2015) reafirmamos nuestra prioridad por la familia y por la juventud. ¡Es preciso escucharlos! A los miembros del Movimiento y a los que no lo son, si tienen buena voluntad. Un óptimo camino es la inserción de nuestro ser, por medio de la Campaña de la Virgen Peregrina, en los rincones de la sociedad. El Movimiento organizado necesita comprometerse más con ella, pero solo si ella está arraigada en la vida comunitaria. También es interesante abrirnos a las estructuras de las diócesis, como ser los sectores pastorales, ministerios, cursos y comisiones. ¡María abre los caminos!

Projeto Pão - jul15 La foto en la que estoy con unos chicos cargando alimentos es un proyecto llamado «Projeto Pão», de la Juventud de Schoenstatt de Curitiba, donde regalamos alimentos a la gente de la calle la semana pasada.

Original: portugués. Traducción: aat, Provincia de Buenos Aires, Argentina

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