Publicado el 2015-04-29 In Segundo siglo de la Alianza

Tres preguntas … sobre el Schoenstatt del segundo siglo de la Alianza de Amor (6)

Hoy contesta: María Teresa Ramírez Canales, chilena, de Santiago, gerente de Nueva Patris •

A medio año de peregrinar por el segundo siglo de la alianza de amor… ¿Cómo sueña este Schoenstatt en su ser, en su estar en la iglesia y en el mundo, y en su quehacer?

La verdad es que mi sueño sería que todo el mundo conociera la maravillosa riqueza que hay en Schoenstatt.

Después de haber vivido lo que fue la celebración del jubileo uno queda con el corazón lleno y el fuego encendido.

Lo primero que siento es que ojalá ese fuego no se apague, sueño con un Schoenstatt integrado en el mundo, en la sociedad y sobre todo en el que más lo necesita espiritualmente.

Creo que como Schoenstattianos tenemos mucho que entregar al mundo. Durante años hemos recibido un conocimiento en muchos aspectos: ejemplo de Padre y buen Pastor, pedagogía, espiritualidad mariana, el cómo vivir más santamente nuestro matrimonio, etc.

Compartir nuestra Alianza, nuestro carisma y dejar de mirarnos el ombligo. Salir de nuestra elite y comodidad.

Creo firmemente que cada Schoenstatiano tiene mucho que entregar al mundo, que está llamado a encender la vida del otro con su propia vida.

Para llegar a cumplir este sueño, ¿qué tenemos que evitar o dejar?

Creo que lo primero que debemos hacer es salir de nuestro mundo calentito y cómodo.

Integrarnos en la Iglesia y aportar un pequeño grano de arena.

Ponernos en las manos de la Mater y desde el santuario reforzar la gracia del envío apostólico.

Hay que evitar dormirnos y que nos atrape la rutina de este tiempo.

Para llegar a cumplir este sueño, ¿qué pasos concretos debemos dar?

Buscar el camino y avanzar.

Llevar como estandarte nuestra Alianza de amor y confianza filial en nuestro Padre y Fundador.

Confiar en nosotros, en nuestras capacidades y salir a la Iglesia.

Buscar lo que más nos gusta hacer y ejecutarlo con entusiasmo, alegría y mucha fe.

Por mi parte siempre me ha gustado trabajar con matrimonios. Primero lo hicimos con mi marido en el lugar donde vivíamos, trabajando con grupos de matrimonio y dando a conocer el movimiento. De esto surgió, mucho tiempo después y con la ayuda de María y el Espíritu Santo, el Santuario del Valle de María en Buin, Chile.

Ahora estamos volcando nuestro apostado en un proyecto que comenzó el año pasado en Chile que es el «Fortalecimiento matrimonial”. Es entregar a los matrimonios un bálsamo para su vida matrimonial, un quebrar la rutina que tanto nos afecta. Esto lo hemos querido hacer abierto a la iglesia. Aportar desde aquí lo que hemos recibido por años.

Creo que solo debemos ponernos en las manos del Padre y avanzar con mucha fe.

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