Publicado el 2013-06-26 In Jubileo 2014

Traer de regreso a casa a nuestros primeros congregantes: excavaciones y descubrimientos

P. H. Peter Lechler. En el contexto del vigésimo aniversario de la fundación de Schoenstatt en 1934, surgió la idea de encontrar los restos de los fundadores de la Congregación Mariana – del seminario menor en Schoenstatt – que habían fallecido en el campo de batalla durante la Primera Guerra mundial, para traerlos de Francia al Santuario Original. ¡El espíritu de los comienzos debe ser descubierto de nuevo! Nuestro peregrinar al Jubileo en 2014 también comenzó con asegurar el espíritu de los comienzos e incluyó el recuerdo agradecido de nuestros seres queridos que murieron en los cien años de historia de Schoenstatt. ¿Dónde podemos excavar?  Ya no buscamos más las tumbas de los soldados. Nosotros excavamos en nuestras memorias, recordamos lo que no podemos olvidar y publicamos biografías de schoenstattianos sobresalientes. También «excavamos» en nuestros archivos.

Desde hace algunos años puedo trabajar en los archivos de los Padres de Schoenstatt (Provincia de Sión) con los documentos de la Congregación Mariana del seminario menor. Bromeando pero en serio se me dijo: para guardarlos para la próxima celebración de los 500 años de la historia de Schoenstatt. También entonces los documentos originales deben estar disponibles y no solamente en copias digitales. La oración de consagración de la mayoría de los congregantes para ser aceptados en la Congregación todavía existen. Cada candidato escribió cuidadosamente a mano su consagración a María. ¿Quién sobresale más? ¿Josef Engling? Ciertamente. ¿Max Brunner y Hans Wormer? Que precisamente sus restos pudieran ser identificados fue un hecho providencial, por no decir accidente. (Ya que ellos murieron relativamente temprano en la guerra, el ejército pudo darles a ellos el «lujo» de una tumba individual. Después, los caídos eran enterrados en tumbas comunes).

¿Quién fue el primero?

Entre los 209 nombres conocidos de los congregantes fundadores (esto es, que conocieron al P. Kentenich entre 1914-1919) hay uno que encabeza la lista alfabética. Su nombre es Nikolaus Aatz. Nació en 1899 en Eiweiler (Nohfelden), en el norte de la región del Sarre y falleció el 24 de noviembre de 1916 en el hospital de Vallendar. Como Esser, Wormer, Girke, Boenki, Hagel y otros, él estuvo en la misma clase que Josef Engling, y junto con Engling hizo la consagración de congregante el 11 de abril de 1915 en el Santuario Original (poco después que se pusiera la imagen de la MTA). Alfabéticamente él fue el primero y de alguna manera el «primero y mejor» porque tenía un apellido especial que va de la A hasta la Z. ¿Lo hace esto un representante de todos los schoenstattianos pequeños, insignificantes? ¿Nuestro VIP de Schoenstatt?

Primero los pobres

Nikolaus no pudo realizar ningún acto sobresaliente de heroísmo. El 8 de diciembre de 1915 renovó su oración de consagración. En ella escribió: «renovada estando en cama en el hospital de Vallendar, 8 de diciembre de 1915.» Es posible que entre tanto, le haya sido posible volver al seminario menor, pero un año después murió en el hospital de Vallendar. Fue sepultado en el vecino cementerio de Vallendar (opuesto a la iglesia parroquial) el 27 de noviembre de 1916. En una carta escrita ese mismo día, el P. Kentenich le escribió a Josef Fisher, prefecto de la Congregación: «estoy llegando del funeral de nuestro joven congregante Aatz…»

Primero los pobres: es probable que las circunstancias de su familia fue la razón por la que él no fue enviado a su casa durante su enfermedad, como ocurrió con muchos estudiantes y congregantes. De su estampa recordatoria leemos que el funeral tuvo lugar a las 3:30 de la tarde con una procesión desde el hospital hasta su tumba. Nuestro Fundador lo acompañó. A mí me parece que nos dice a nosotros hoy día: «yo estuve  en su funeral. ¡Cuiden su tumba!» Pero desde hace ya mucho tiempo no existe. (De acuerdo al registro del cementerio tenía el número 1323 pero hoy es imposible descubrir su lugar). ¿No podríamos asumir de alguna manera la responsabilidad de cuidar su tumba?

Cerca de donde murió Josef Engling en Cambrai existe un «memorial a Engling». De Josef tampoco tenemos una tumba que cuidar. Sin embargo, el recuerdo de él es virtualmente uno de los más poderosos en todo el mundo de Schoenstatt. ¿Y Nikolaus? El querido «amigo Klaus de la A a la Z » de Josef? ¿Una «tumba al congregante (hasta ahora) desconocido» en el cementerio de Vallendar?

¡Primero los pobres! Sugiero que para nuestra gran peregrinación del Jubileo 2014 los «héroes» estén esta vez entre los «perdedores». Para comenzar, las «santas almas» de este mundo y del otro ya están en camino en nuestro primer grupo de la procesión. Aquellos que han regresado al Schoenstatt celestial serán recordados (re-cordare=volver a poner en el corazón) y de esta manera serán llevados al Schoenstatt terrenal en una gran «corriente de retorno» al Schoenstatt original.

Nikolaus Aatz primero que nadie. También podemos construirle a él un memorial o, todavía mejor, «en su nombre» podemos construir un memorial en honor de todos los «schoenstattianos de la A a la Z». ¿Con tu bendición, Klaus? ¿Con tu firma? Como con la renovación de tu consagración en 1915

Un memorial de Schoenstatt para todos

Sería un memorial de Schoenstatt para todos, de Elmar Agosti hasta Alois Zeppenfeld, de Argentina hasta Zimbabwe, de lejos y de cerca, del amanecer (1914) hasta el atardecer (2014). Podemos traducir el apellido de Klaus en la jerga de Internet como A@Z – y en su nombre recoger toda la plenitud de Vida@Schoenstatt, es decir, «Schoenstatt vivido» como fue, es y permanecerá. Que Dios recompense a los primeros miembros – Josef, Max, Hans, todos ustedes – y especialmente que recompense a ustedes por su fidelidad, amigo «Klaus A a la Z». ¡Guardamos tu herencia! Esas palabras marcan la tumba de Albert Eise, nuestro «excavador». El también no solo tomó la espada sino también, por deseo expreso del P. Kentenich en 1928, para «escribir la biografía de nuestro amigo Wilhelm Girke», usó la máquina de escribir. El hizo todo lo que pudo y presentó setenta páginas que entre tanto han sido «excavadas», editadas y completadas en el archivo. Podemos, por ejemplo, llegar a conocer al compañero de Klaus y de Engling, Willi en el futuro cercano. Todavía hay muchos tesoros más de Schoenstatt que esperan ser excavados y presentados (al servicio de la misión).

Original: alemán. Traducción: Eduardo Arnouil, Chile

Contacto con el autor:  lechler@schoenstatt-patres.org


Santos de la vida diaria en schoenstatt.org


Dicha memoria llamada “Santos de la vida diaria – se encuentra en schoenstatt.org desde el 2010 en Español, Portugués e Inglés. Hasta el momento, de los casi cien años de historia de Schoenstatt se presentan aquí 21 personas con una breve biografía:

¿Qué efecto hizo en ellos la alianza de amor?

¿Qué hicieron ellos con la alianza de amor?

Incluso la categoría de noticias “Testimionios de vida” ofrece algunas biografías de alianza de amor vivida y forjada.

Hasta el 2014 deberían estar representadas 100 personas. ¡Todavía hay trabajo por hacer!

Original: alemán. Traducción: Tita Andras, Viena, Austria

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Traer de regreso a casa a nuestros primeros congregantes: excavaciones y descubrimientos

P. H. Peter Lechler. En el contexto del vigésimo aniversario de la fundación de Schoenstatt en 1934, surgió la idea de encontrar los restos de los fundadores de la Congregación Mariana – del seminario menor en Schoenstatt – que habían fallecido en el campo de batalla durante la Primera Guerra mundial, para traerlos de Francia al Santuario Original. ¡El espíritu de los comienzos debe ser descubierto de nuevo! Nuestro peregrinar al Jubileo en 2014 también comenzó con asegurar el espíritu de los comienzos e incluyó el recuerdo agradecido de nuestros seres queridos que murieron en los cien años de historia de Schoenstatt. ¿Dónde podemos excavar?  Ya no buscamos más las tumbas de los soldados. Nosotros excavamos en nuestras memorias, recordamos lo que no podemos olvidar y publicamos biografías de schoenstattianos sobresalientes. También «excavamos» en nuestros archivos.

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