mkf. «Nunca olvidaré lo que me dijo uno de los 40 chicos asesinados, NIYONKURU Protais, dos minutos antes de morir: «¡Debemos permanecer unidos!». Hoy todavía esta frase, para mí, es como un testamento». Es el testimonio de uno de los compañeros de los mártires de la fraternidad, del seminario de Buta, Burundi. Dejando de lado el texto preparado, el Cardenal Claudio Hummes, Prefecto de la Congregación para el Clero, en la hora litúrgica de las vísperas del 9 junio, al fin del encuentro «Sacerdotes hoy», comentó que – de entre todos los aportes hermosos e inspiradores de este evento – este testimonio fue lo que más lo conmovió. Sopló el Espíritu Santo, el espíritu de una iglesia renovada, en esa tarde que fue un único testimonio de amor a la Iglesia y a la vocación sacerdotal.
El encuentro formaba parte de las celebraciones conclusivas del Año Sacerdotal que han comenzado el miércoles y continuaron el jueves y viernes. El mismo se dividió en tres momentos que buscaban presentar el perfil del sacerdote de hoy: hombre de Dios; hermano entre los hermanos en el único pueblo; profeta de un mundo nuevo.
El evento ha sido organizado por sacerdotes del Movimiento de los Focolares, del Movimiento de Schoenstatt, de la Renovación Carismática Católica Internacional y de otros movimientos eclesiales. Se palpa una cultura de unidad, una cultura de alianza tan fuerte y a la vez tan natural, que no hace falta en ningún momento del encuentro destacar de qué Movimiento proviene tal o cual aporte…
Una corriente de sacerdotes invadiendo el Aula Pablo VI
Desde antes de las tres de la tarde, una corriente de sacerdotes – aparentemente muchos más de los 3000 calculados previamente, y procedentes al menos de 70 países -, junto a algunas religiosas y laicos, comenzó a invadir la plaza frente al Aula Pablo VI, colmándola por completo. «Haber conseguido esta aula en un día como este, fue el primer gran, gran éxito», comentó al día siguiente Mons. Peter Wolf, radiante de felicidad. «Y haberla llenado, el segundo éxito, aún más grande».
En el hall hay stands donde se venden libros sobre el sacerdocio. La juventud de Schoenstatt de Roma ha traído consigo su gran pancarta que portaron el 16 de mayo a San Pedro, en el encuentro de apoyo al Santo Padre. Entre la multitud de libros se ven dos peregrinas… «La Mater tiene que estar presente,» comenta Cristiana Usai. El stand se transforma rápidamente en punto de encuentro de los sacerdotes amigos de Schoenstatt.
Tu pequeña chispa encenderá la hoguera
Un librito con textos motivadores, resúmenes de los aportes y cantos quiere ser una ayuda para vivir juntos esta tarde que está inserta en las manifestaciones conclusivas del Año Sacerdotal. El primer aporte, el testimonio ya mencionado de tres sobrevivientes de la masacre en el seminario menor de Buta, compañeros de los mártires de la fraternidad, marca el carácter testimonial de este encuentro.
Todo – los aportes artísticos, los cantos, la moderación, las intervenciones de los obispos – tienen este sello de autenticidad y sinceridad que sólo se logra con el testimonio vivo y personal. «Parece que en estos tiempos de inflación de declaraciones, justificaciones y presentaciones, el único idioma del Espíritu Santo entre los hombres es el del testimonio de vida…», le comenta a su vecino un sacerdote brasilero, emocionado hasta las lágrimas con el aporte de dos sacerdotes húngaros sobre su lucha contra el individualismo.
Son testimonios que conmueven y que hablan de la vida concreta, los desafíos reales: un seminarista venezolano que aprende a aceptar su enfermedad – esclerosis múltiple – y crece en amor a Jesús; un sacerdote alemán que supera su alcoholismo; la cena dominical de sacerdotes para combatir la soledad; un sacerdote de Serbia que, sin saberlo, salvó un matrimonio contando sobre las propias experiencias de una Iglesia viva; el testimonio de un sacerdote de Irlanda sobre la fidelidad a la vocación en ese país que tanto ha sufrido a causa de los escándalos provocados por sacerdotes.
«Hubo muchos momentos que tocaron lo más profundo de mi corazón», dice un sacerdote mayor. «Fue una renovación de mi propio SÍ a mi vocación sacerdotal. Frente a testimonios como estos, no queda más que recordar el primer amor al sacerdocio y querer retornar a este entusiasmo radical… Esta tarde para mí equivalió a todos los retiros que hice en mi vida».
«Si la tormenta se levanta y permaneces firme ante el timón… entonces habrás vencido, la pérdida será ganancia, y tu pequeña chispa encenderá la hoguera», dice Cristian Dias Yepes, ese seminarista, hoy sacerdote, que sufre de esclerosis múltiple.
María de la Alianza…
A los schoenstattianos presentes les emociona escuchar, frente a tantos sacerdotes, la canción del Padre Juan Ignacio Pacheco: María de la Alianza…
Todos los aportes artísticos no sólo son de una alta calidad, sino que son testimonios también: testimonios de fe, de amor, de entrega a Jesús y a su pueblo. Gen Verde, el conjunto musical del Movimiento de los Focolares, les regala a los sacerdotes de la Iglesia una canción, inspirada en un texto del Padre José Kentenich: COMO EL PELÍCANO. «Abre como el pelícano tus alas al infinito, como una cruz en el abrazo que se alarga hacia el creador. Deja como el pelícano que tu corazón se agriete; en su herida la tuya sea fuente de la vida…«
Unidos por el mismo ideal de hacer actual la obra de gracia de Jesús y de anunciar su Evangelio
El Cardenal Tarcisio Bertone transmitió el saludo del Santo Padre a los sacerdotes presentes. Los sacerdotes «son esencialmente hermanos entre los hermanos, en los cuales reconocen el rostro de Cristo. Hermanos de toda persona, de los hombres y mujeres, a los que deben amar y servir con total entrega, sin ningún apego, sin buscar el propio interés», explicó el secretario de Estado de Benedicto XVI. La Iglesia y la humanidad «tienen necesidad de sacerdotes de este temple, de auténticos ‘profetas de un mundo nuevo’, ese mundo que comenzó con la venida de Cristo, en continuo devenir, en continua formación», aseguró.
Mons. Ignacio Sanna, arzobispo de Orestano, destacó en su reflexión que «el sacerdocio tiene una radical forma comunitaria y sólo puede ser absuelto con un espíritu de comunión. Si el sacerdote vive este espíritu de comunión con humildad y lealtad, crea sentimientos de corresponsabilidad entre fieles laicos y sacerdotes, porque todos se reconocen unidos por el mismo ideal de hacer actual la obra de gracia de Jesús y de anunciar su Evangelio».
El Cardenal Francisco Javier Errázuriz se refirió al concepto de trabajo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en el año 2007 en el santuario de Nuestra Señora de Aparecida: «Decidido a responder a las voces del tiempo, el P. José Kentenich, fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, nos proponía vivir y trabajar con la mano firme en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios».
Entre los momentos más emotivos de esa tarde, sin embargo, sobresalen los textos de Chiara Lubich (en video) y del Padre José Kentenich (leídos por un locutor) sobre el sacerdocio.
El encuentro culminó con la Liturgia de las Vísperas, presidida por el Cardenal Claudio Hummes. «Para la conclusión del Año Sacerdotal, el Espíritu del Señor nos ha congregado en Roma durante estos días y nos invita a un renovado Pentecostés, en primer lugar, a los presbíteros», dijo. Finalizó su homilía con la invitación a rezar «por toda la Iglesia y por el mundo y, junto con María, hagamos una ferviente oración al Espíritu Santo, para que él venga sobre nosotros, nos ilumine, nos santifique y vuelva a encender en nosotros el empuje misionero tan urgente en los tiempos de hoy».
Todos los textos de los testimonios en castellano
Cardenal Tarcisio Bertone (pdf)
