COSTA RICA, Manrique Gutiérrez y Lourdes Rosabal, coordinadores de la Arquidiócesis de San José •
Para poder compartir nuestra alegría de lo que significa para Costa Rica el regalo histórico de tener una filial de los Padres de Schoenstatt y poder entender ‘¿por qué aquí?’, consideramos necesario, primero, hacer un pequeño recuento de la fecundidad de la Santísima Virgen en este pequeño país centroamericano. —
En el año 1996, llegan a Costa Rica, desde Argentina y Ecuador, dos imágenes de la Virgen Peregrina de Schoenstatt. Venían con un encargo muy especial: conquistar los corazones de los ticos y junto con ellas vinieron una señora y un matrimonio que, sin conocerse, fueron esos pequeños instrumentos que ayudaron a contagiar y transmitir la pedagogía de Schoenstatt al primer grupo que asumió la misión fundadora del Movimiento.
Hoy, casi 27 años después, el país vive una resultante creadora maravillosa de vida, de crecimiento como movimiento y de presencia en la Iglesia local. Durante todo ese tiempo, la Familia de Schoenstatt costarricense, con el impulso misionero de los primeros y las visitas ocasionales de los padres de Schoenstatt, se logra multiplicar muy fecundamente con miembros en todas las ramas y con presencia en casi todas las diócesis del país.
Después de 20 años de anhelar y esperar, el 18 de marzo del 2017, Schoenstatt Costa Rica recibe el primero de los regalos que consolida la presencia del Movimiento en el país y la Iglesia local: la bendición del aún único santuario costarricense y de Centroamérica, el Santuario Familia de Esperanza. La Virgen María confirma su sí a la invitación que durante tanto tiempo se le había hecho y se establece ahí, en la pequeña ciudad de Santa Ana, en San José, la capital, desde donde irradia con sus gracias a sus peregrinos llegándose a convertir en un ‘‘referente para la Iglesia de Costa Rica”, según palabras del obispo auxiliar de Costa Rica, Mons. Daniel Francisco Blanco, en su homilía en el santuario, con motivo del IV aniversario de su bendición.
En la celebración del VI aniversario del santuario, el pasado 18 de marzo, la Familia de Schoenstatt Costa Rica, formalizó un segundo regalo: la instauración de una filial de los Padres de Schoenstatt en el país, que recibimos con enorme agradecimiento y esperanza.
Jornada Nacional de Asesores, 2023
Los Padres de Schoenstatt en Costa Rica
Durante más de 20 años, Costa Rica tuvo la asesoría a distancia, con 3 o 4 visitas al año, de diferentes sacerdotes. Aún bajo esa dinámica de poca presencia física, el Movimiento crecía también gracias al trabajo laical. La formación, animación y conducción que cada padre fue entregando a esta Familia ha sido esencial y vital para que el pequeño Schoenstatt Costa Rica diera sus primeros pasos y aprendiera a caminar, en alianza de amor con la Virgen María, en el mundo de José Kentenich.
Primero vino el P. José Luis Nieto desde Ecuador, le siguió el P. Carlos Cox desde Chile, luego el P. Guillermo Múzquiz desde México, y en medio de todos recibíamos frecuentes y muy valoradas visitas también del P. Rafael Fernández. Todos ellos fueron los primeros que asumieron la misión Costa Rica, aportando cada uno su carisma particular que, a la luz de los signos del tiempo, hoy interpretamos como necesarios para el desarrollo de nuestro querido Schoenstatt tico. La Familia de Costa Rica les tiene infinita gratitud a cada uno por el trabajo que generosamente entregaron y dieron para que la Virgen María encontrara tierra fértil en este país.
En el 2015 nos asignan al actual asesor nacional, al P. José Luis Correa Lira, chileno, que desde el 2018 reside permanentemente en el país. El padre fue muy determinado desde su llegada, trayendo con él tres objetivos concretos para trabajar con la Familia de Costa Rica y que han sido fundamentales en nuestro crecimiento:
- Edificar el primer santuario en Costa Rica, que se logró en 2017, llegando a ser hoy el Santuario Familia de Esperanza, a nuestro criterio, la fuente principal de vida y crecimiento del Movimiento.
- Un Schoenstatt Costa Rica en salida hacia Centroamérica. Actualmente 5 matrimonios ticos acompañan al P. José Luis en la co-asesoría, animación y conducción para la fundación de Schoenstatt en cinco países centroamericanos: El Salvador, Nicaragua, Panamá, Guatemala y Honduras. En todos se ha sembrado la semilla de Schoenstatt y comienza a florecer fecundamente en familias, señoras, jóvenes, en la Campaña de la Virgen Peregrina, Madrugadores, etc.… en todos esos países. Lo que significa que la Familia de Costa Rica se ve extendida a una Familia centroamericana. Ya no somos solo los ticos, sino todos los centroamericanos los que se benefician de una filial de padres.
- La conquista de sacerdotes diocesanos a Schoenstatt. El carisma especial que tiene el P. José Luis con los sacerdotes diocesanos ha fortalecido enormemente la relación con la Iglesia de Costa Rica. Schoenstatt es reconocido ampliamente por el clero local por su trabajo en la renovación familiar, y también por ser un camino de formación para sacerdotes diocesanos, donde encuentran otro hogar en el santuario y la Familia de Schoenstatt que los acoge con mucho cariño.
Aniversario del santuario, 18.03.2023
La alegría de tener una Filial de Padres
Desde el 2015, el Movimiento ha crecido 10 veces en tamaño y aún lo sigue haciendo. El P. José Luis, en su asesoría y conducción, no sólo ha respetado el trabajo marcadamente laical que ha tenido este país desde siempre, sino que también lo ha promovido de forma sinodal y con corresponsabilidad. Sin esa delegación de tareas y confianza, no hubiese sido posible el crecimiento exponencial. Esta fórmula, en el caso de Costa Rica, ha sido exitosa y ha asegurado la expansión del carisma de nuestro querido fundador, el padre Kentenich.
Sin embargo, por mucho trabajo y conocimiento que los laicos podamos dar, hay sabiduría, carismas especiales y servicios pastorales que sólo los Padres de Schoenstatt pueden dar. Ambas comunidades son necesarias… ninguna excluye a la otra. Un solo asesor sacerdotal para más de 3000 miembros de Schoenstatt en Costa Rica ubicados en diferentes zonas del país y con una Familia floreciente en Centroamérica que se nutre de la Familia tica, no es humanamente posible.
La Mater junto a su Hijo, se instalaron para quedarse en el Santuario Familia de Esperanza en la ciudad de Santa Ana (como su madre) y en la provincia de San José (como su esposo). Estamos seguros que los padres que formarán la filial, son los ‘refuerzos’ que Ella nos envía y necesita para que se siga cumpliendo la misión que Dios tiene para este país del ‘pura vida’.
Con respecto a la Filial en Costa Rica, el Consejo Provincial de Padres de Pentecostés queda constituido de la siguiente manera: el P. José Luis Correa (Chile), como Asesor Nacional y de Centroamérica, ya establecido; el P. Marcel Mouras (Chile), superior de la filial y asesor de la comunidad militante de la Rama de Familias; y el P. Juan Francisco Escobar (Ecuador) que acompañará a la juventud masculina y hombres.
Con inmensa felicidad, la Familia de Schoenstatt Costa Rica los recibe y acoge con gran cariño. A Dios, la Santísima Virgen y al Instituto de Padres de Schoenstatt, a través del Consejo Provincial en Chile, nuestro eterno agradecimiento por este hermoso y anhelado regalo. Comienza una nueva etapa para este país en pro de la fecundidad de Schoenstatt y la expansión del movimiento.
¡Schoenstatt es Pura Vida!
Fuente: Revista Vínculo, Chile, con permiso
¡Me alegra enormemente esta noticia!. Mis hermanos los Ticos, pues así los siento con todo lo que nos ayudado y hemos compartido y recibido de ellos estos últimos años, han sido capaces de «construir», dejándose guiar por la Mater y el Espíritu Santo, una magnífica Familia que va a la vanguardia de muchos otros países y diversos apostolados. ¡¡¡¡Padres, no los lastren!!!! ¡¡¡Qué han sido muy fecundos hasta ahora con esa asesoría a distancia!!!! ¡¡¡¡Anímenlos a seguir sacando el ciento por uno de lo que llevan en sus corazones!!!!! ¡¡¡Qué pase a ser un mil por uno!!!!