ESPAÑA, Tano Soler Morellá y Belén Pérez Alemany •
El viernes, 20 de enero, sellamos nuestra Consagración Perpetua a la Federación de Familias. Junto a nosotros, nuestros hermanos de curso renovaron la suya, celebrada cuatro años antes, en 2019. —
Fue un momento precioso de gracia derramada, una celebración sencilla, llena de cariño y alegría. Una experiencia de comunidad real y fuerte.
Hubo dos palabras que resonaron en nuestro corazón durante toda la celebración. Las pronunció el padre José María y también nosotros las dijimos en algún momento de esa preciosa noche de Consagración Perpetua. Esas palabras fueron: “para siempre”.
Hacer que dure mucho tiempo
La palabra perpetuar viene del latín “perpetuare” y su significado es “hacer que dure mucho tiempo”. Así, una Consagración Perpetua es un compromiso que permanece a lo largo de los años. Dios y la Mater se hacen presente en ella, pero exige de nuestra colaboración, de nuestra participación, para lograr ese “para siempre”.
Tano y yo quisimos que nuestra Consagración Perpetua fuese un 20 de enero, por amor a nuestros hermanos de curso, por coincidir en fecha con la Consagración Perpetua que ellos sellaron cuatro años atrás. De ese modo, nos unimos a ellos en una fecha tan especial. Damos gracias a Dios, por nuestros hermanos de camino.
Hacia la conquista de la libertad interior
También la decisión, tenía que ver con el significado de la fecha. El 20 de enero, nos inspira y alienta, a caminar hacia la conquista de la libertad interior, profundizando así en nuestra Alianza de Amor. Nos consagramos a la Federación, caminando hacia esa conquista. Unidos en la Confianza Divina.
Gracias a nuestro Curso, a nuestra Federación de Familias de España, a nuestros guías y a nuestros asesores, por acompañarnos.
Gracias a Dios y a la Mater por estar siempre.
Y sí… hubo traca final, como no podía ser de otro modo, tratándose de dos valencianos.