ALEMANIA, Hermana M. Elinor Grimm •
En representación del Movimiento de Schoenstatt internacional, unas treinta personas de Federación, Instituto, Liga y Movimiento Popular y de Peregrinos acudieron el sábado 21 de enero de 2023 al Memorial del Campo de Concentración de Dachau para recordar el 20 de enero de 1942, y conmemorar que nosotros, como los schoenstattianos de entonces, también «caminamos» hoy solidariamente con nuestro fundador, el P. José Kentenich. El pequeño grupo no se dejó desanimar por la sorprendente reaparición del invierno. Los participantes procedían de las diócesis de Augsburgo, Ratisbona, Eichstätt, Bamberg y la arquidiócesis de Múnich-Freising. —
Biografía P. Engelmar Unzeitig
Durante el recorrido se recordaron acontecimientos especiales en la vida del Padre Kentenich en aquellas semanas hace 80 años, en el invierno de 1943. En esa época, se produjo el primer brote de tifus en el campo de concentración, del que muchos fueron víctimas.
De las filas de los schoenstattianos encarcelados, el primero fue el capellán Alois Andritzki. Se impuso la cuarentena en el campo. Por lo tanto, los sacerdotes no pudieron trabajar en la plantación durante algunas semanas. El padre Kentenich aprovechó este tiempo y dio conferencias a sacerdotes. Muchos agradecieron este valioso alimento espiritual, incluido el clero protestante.
La literatura de Schoenstatt podía introducirse secretamente en el campo a través de paquetes. Sabemos, por ejemplo, que el libro «Werktagsheiligkeit» («Santidad de la vida diaria») fue leído con agrado por algunos, como por ejemplo, el beato padre Engelmar Unzeitig, de los Misioneros de Marianhill.
El 20 de enero
Ante todo, queríamos recordar el 20 de enero de 1942, la decisión trascendental del padre Kentenich en la prisión de la Gestapo en Coblenza de renunciar a los medios humanos que podrían haberle salvado de ir a un campo de concentración.
Esta fecha del 20.01 -aunque de 1941- está escrita bajo una foto en el tablón de información cerca del centro de visitantes. Muestra el coche de Himmler en la entrada del cuartel principal de las SS. Presumiblemente vino con fines propagandísticos para estar presente en la inauguración de la capilla del campamento en el bloque 26. La sencilla capilla existía desde aquel día. Sin embargo, todavía no se podía celebrar la Santa Misa porque faltaba el material necesario.
Reino de libertad
Tanto en la Jourhaus (Ndt: Jourhaus era la puerta del campo de prisioneros que, según la nomenclatura oficial de la SS, se llamaba “campo de arresto precautorio”) como en la puerta con la inscripción «El trabajo libera», Anton Pfaffenzeller citó el discurso de nuestro fundador en Memhölz. En ese momento el P. Kentenich recordó el verso de la libertad del Cántico al Terruño, la oración compuesta en Dachau.
Es la oración compuesta en Dachau, en la que describe la comunidad humana (y schoenstattiana) ideal. El 2 de febrero de 1943, Kentenich puso en palabras su visión de la Familia de Schoenstatt: » ¿Conoces aquella tierra… ese reino de libertad tan ardientemente anhelado?». ¿Se dejó inspirar por la cínica inscripción del tejado del edificio de la granja para señalar exactamente lo contrario como ideal?
¡Nunca más! Y, sin embargo, una y otra vez…
Atravesamos la plaza del recuento, donde en 1968 se erigió el monumento conmemorativo con el lema «¡Nunca más!”. La Hermana M. Elinor dijo que con frecuencia hacía reflexionar a los alumnos que visitan Dachau con las palabras «Nunca más». Para ella, cada vez está más claro que las personas no podemos hacerlo solas, que necesitamos ayuda de arriba. Así que fuimos a la sala conmemorativa para confiar en silencio todas nuestras intenciones a María, nuestra Reina, la Educadora de los Pueblos. Cuánta falta nos hacen los consejos del pedagogo José Kentenich, como la frase que dijo a los jóvenes en 1912: «Bajo la protección de María queremos aprender a educarnos a nosotros mismos…».
La Hna. Elinor también llamó la atención sobre una nueva placa conmemorativa que ha colocado la asociación «Beatos del Campo de Concentración de Dachau».
Un paisaje blanco
Debido a la nieve, todo el campamento se transformó en un impresionante paisaje nevado, tan intacto, tan pacífico, que era un desafío sentir el horror de aquella época.
Pero, ¿quizás esto también puede ser un estímulo para nosotros? Es decir, que nosotros, como el padre Kentenich, no nos dejemos paralizar por las circunstancias externas, sino que intentemos trabajar positivamente confiando en la realidad de la gracia y en la unión en la comunión espiritual. Que nos comprometamos y no dejemos que nos arrebaten los ideales. «¿Conoces la tierra abundante y pura, reflejo de la Belleza eterna?». – ¡Cuánto puede recordarnos este paisaje nevado el verso de la pureza del Cántico al Terruño ya mencionado!
Nos detuvimos brevemente en la antigua enfermería, donde el prisionero Dr. Pesendorfer atendía tan bondadosamente a sus compañeros, entre ellos al padre Albert Eise.
En el entonces bloque de acceso 13 se relató la reacción del jefe de bloque Hugo Gutmann, que se quedó muy sorprendido por la respuesta del P. Kentenich a su pregunta a la llegada y a partir de entonces le protegió una y otra vez, incluso del llamado “Trasporte de inválidos” a Hartheim.
Durante mucho tiempo, el Padre Kentenich estuvo en el bloque 26 destinado a sacerdotes, desde octubre de 1943 hasta su liberación. La mayoría de las oraciones que conocemos del libro de oraciones «Hacia el Padre» se escribieron allí.
Envío de imágenes de la Virgen Peregrina
El toque de la campana a las 3 de la tarde nos impresionó a nosotros y a otros visitantes. Al mismo tiempo, fue para nosotros una señal de que la Santa Misa estaba a punto de comenzar. La misa elegida fue la misa mariana «Madre de la Unidad», apropiada para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Las canciones del cancionero de «Feuer fangen» estuvieron acompañadas por guitarra y flautas. En lugar de una homilía, escuchamos un texto de la llamada «Carta de la Alianza», una publicación del director del Movimiento alemán del día 18 de cada mes.
Durante la acción de gracias rezamos la oración anual del Movimiento de Schoenstatt alemán y renovamos nuestra Alianza de Amor. Al igual que los Reyes Magos, también nosotros llevábamos regalos: un Símbolo del Padre -regalo de 2014 de la Rama de Profesionales para Dachau-, un cáliz de oro rosado y nuestra oración y ofrenda.
Antes de la bendición final, se entregaron ocho imágenes peregrinas, casi todas a círculos de peregrinos croatas en torno a Múnich. Entre los jóvenes acompañantes (en el Movimiento de Schoenstatt alemán se habla de acompañantes en lugar del concepto original de misioneros de la Virgen Peregrina) se podía sentir realmente la alegría de la venida de la Mater. El celebrante, el P. Ludwig Peschen, misionero en África durante muchos años, sugirió que hiciéramos como en Burundi. Cada vez que se entregó una Peregrina, se oían aplausos y palmas fuertes y alegres. ¡El fuego misionero saltó literalmente entre viejos y jóvenes!
El sacerdote deseó muchas bendiciones para las familias donde ahora irá la imagen de la Virgen. La Misa también tuvo un sabor internacional. Recordamos la Internacional que el Padre Kentenich proclamó en Dachau en 1944.
La Hna. Elinor agradeció a todos su presencia, especialmente al padre Ludwig Peschen. Él agradeció a todos la invitación. Había sido un honor para él. También contó – notablemente orgulloso – que había estado en Schoenstatt con el obispo hace muchos años, cuando había pedido Hermanas de María. Lamentó que no hubiera ninguna hermana de Burundi entre los asistentes de la Misa.
Original: alemán, 25.01.2023. Traducción: Juan Eduardo Villarraza. Paraná, Argentina
