Tuparenda

Publicado el 2022-10-23 In Vida en alianza

Finalmente, de nuevo un 18 de octubre en Tupãrenda… pero sin el P. Antonio

PARAGUAY, José Argüello •

El 18 de octubre de 2019, para muchas personas, habrá pasado desapercibido por varios motivos. Si bien, para los schoenstattianos, fue un día especial, donde celebramos los 105 años de la primera alianza de amor sellada con María; y en Paraguay, celebrábamos los 41 años del Santuario de Tupãrenda. Pero ninguna persona, se hubiese imaginado, que sería el último 18 de octubre con celebración presencial, antes de la pandemia del COVID-19. —

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Esta pandemia, nos encerró en nuestras casas por mucho tiempo, nos alejó de nuestros seres queridos, nos alejó de nuestros lugares de peregrinación, se llevó a muchos, muchísimos seres queridos, y muchas otras cosas más, que no vale la pena mencionarlas, por ser conocidas por todos.

Hablando nuevamente del 18 de octubre, el del año 2019, al menos en Paraguay, fue el último 18 de octubre donde se llevó a cabo la “fiesta patronal” de la Virgen de Schoenstatt, fiesta de la cual participan miles de peregrinos, venidos de todos los rincones del país, quienes se organizan en grandes grupos, para peregrinar hasta el Santuario de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt, y entregarle todos su capital de gracias, ofrecimientos, entregas, dolores, promesas, alegrías, conquistas y demás.

Y aclaro que fue el último, en el sentido de la participación presencial como fiesta patronal. Los “18 de octubre” de los siguientes dos años -2020 y 2021-, las restricciones sanitarias impidieron que puedan realizarse celebraciones masivas y solo fue posible participar por Internet.

El Padre Antonio era “Tupãrenda”

Por tal motivo, el reciente 18 de octubre, fue un motivo de verdadera celebración, por volver a abrirse el Santuario de Tupãrenda, para celebrar con miles de peregrinos.

El día se prestó, el clima era propicio, no hacía tanto calor como otros años, los servidores estaban trabajando y dando lo mejor de sí en los distintos equipos de trabajo que se conforman para recibir a los peregrinos. Sin embargo, este 18 de octubre, no estaba completo. Faltaba algo.

Y eso faltante, era la presencia del querido padre Antonio Cosp, quien falleció el 7 de marzo de este año. Eso faltante es también su artículo habitual titulado “El fenómeno de Tuparenda – 18 de Octubre”, escrito año tras año, desde 2001, hasta 2019, para schoenstatt.org, llegando siempre el 19 de octubre.

Sin duda alguna, el padre Antonio era “Tupãrenda”. Verlo era trasladarse hasta ese santuario. Vivía y transpiraba Tupãrenda, las 24 horas del día. Era el ideal de Tupãrenda vivo, “Nación de Dios, en el Corazón de América”.

Costó no verlo recorrer los distintos puestos habilitados, los stands, la cantina, la santería, el censo de imágenes Peregrinas de la Campaña del Rosario, a la que tantos años acompañó. Sin duda, se tomaba el tiempo, a lo largo del día, para visitar a cada uno de los servidores, a cada uno de los puestos de trabajo, y por supuesto, de agradecer “sinceramente y cálidamente” todo el esfuerzo puesto en el servicio.

En la misa de las 20:00 hs., celebrada por el P. Martín Gómez, se recordó especialmente al P. Antonio. Asimismo, ya al final de dicha misa, el P. Oscar Saldívar, rector del Santuario de Tupãrenda, dio unas palabras de cierre a las festividades del 18 de octubre, volviendo a recordar al Padre Antonio.

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De generación en generación

El P. Oscar recordó las palabras del cardenal Adalberto Martínez, quien celebró la misa de las 16:00 hs., quien dijo que el Santuario de Tupãrenda, es como los brazos de María, que abraza a todos los peregrinos. Volvió a recordar al P. Antonio, quien nos acompaña desde el cielo, quien soñó y diseñó la Iglesia Santa María de la Trinidad, que, con su forma desde el atrio, es como un “gran abrazo” que acoge a todos los peregrinos, que abre los brazos para que entremos a su corazón.

Asimismo, recordó lo también dicho por el Cardenal Martínez, quien se refirió al traspaso de la llama olímpica de los juegos ODESUR, recientemente llevados a cabo en nuestro país. Ese traspaso de la llama olímpica se da de una generación de antiguos atletas a la generación de los nuevos atletas. El P. Oscar realizó un paralelismo, refiriéndose al hecho de haber pasado dos años de restricciones sanitarias, de volver a encontrarnos aquí, y creyendo que el P. Antonio nos acompaña desde el cielo, de alguna manera, también es un tiempo en que se cumple ese traspaso de la llama, de las primeras generaciones del Schoenstatt paraguayo, a las generaciones actuales, y precisamente sigue vivo, el ideal de la Nación de Dios, y más aún en este día, que lleva ese lema “Aliados con María, Laicos al servicio de la Nación de Dios.”

La memoria y el legado del P. Antonio son una llama, como esa llama olímpica, o la de los juegos ODESUR, que debe ser traspasada de generación en generación. Existió mucho empeño por hacer arder esa llama, que la hemos heredado, y con un gran compromiso, asumimos llevarla en alto, para que alumbre, dé calor y guíe, tanto a nuestra generación, como a las que vendrán.

Vale la pena citar un párrafo de un artículo escrito por el P. Antonio Cosp para schoenstatt.org en 2006, sobre un congreso de la Pastoral del Santuario:

“Algo más de 30 personas de cinco países sudamericanos reflexionaron sobre la importancia inmensa de nuestros santuarios y de su acción pastoral. Detonante fue la pregunta ya en el saludo inicial: Schoenstatt ¿es un movimiento que tiene un santuario o es un santuario que tiene un movimiento?”.

En Tuparenda, la respuesta es clara.

Gracias por todo, P. Antonio.

TuparendaPara recordar:

Multitudes y asombro en el día de alianza en Tupãrenda

Fotos: Facebook Revista Tuparenda

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1 Responses

  1. HMA dice:

    «NACIÓN DE DIOS, CORAZÓN DE AMÉRICA» Felizmente en castellano tenemos los verbos «SER» y «ESTAR» La Nación de Dios es (debería ser) el corazón de América. Por eso el ideal del Santuario – y de Schoenstatt en Paraguay – no tiene un verbo…
    El P.Antonio tuvo un papel esencial en el contenido de este ideal. Que en la práctica, su formulación fue propuesta por el inolvidable Nité Irala Burgos en la Jornada de Dirigentes de 1981, logrando así unir las dos fuertes tendencias que había entonces en el Movimiento: Nación de Dios y Corazón de América. ¡GRACIAS, P. ANTONIO! Es Tupãrenda, es el resurgimiento de Schoenstatt en el Paraguay con un estilo ejemplar, modelo para todo el mundo.

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