BRASIL, Maria Fischer •
Tal vez algunos lectores – al menos de la parte hispanoparlante de schoenstatt.org – recuerden un extenso comentario de la Hna. Marita Löhle en un delicioso “portuñol” sobre la cantidad de schoenstattianos de Santa Cruz do Sul que no se alegraron por la»maravillosa» idea de las Hermanas de María de vaciar el Santuario de Schoenstatt de la noche a la mañana, después de décadas de estar allí, y declararlo no-santuario. Unos 3, 4 o 5… ya son suficientes para que Jesús esté en medio de ellos. El 21 de noviembre, ultima Misa de Alianza en este santuario vaciado y violentado, no eran solo 3, 4, 5… aparecieron 100, 200, 300 peregrinos para celebrar la misa, renovar su alianza y entregar el futuro de su santuario en el “Nada sin ti, nada sin nosotros”. —
«La misa de renovación de la Alianza de Amor se celebraba siempre el día 18, en conmemoración del aniversario del movimiento, fundado el 18 de octubre de 1914», explica Rui Kaercher en una entrevista con GAZ. Pero en este santuario, sin altar y con el amor de cientos de schoenstattianos, solo es posible celebrar el domingo antes o después, por el momento. Así se «decretó», como también se difundió el “dogma” de que no deben existir dos santuarios en la misma ciudad (pobres ciudades de Buenos Aires, Santiago de Chile, Roma, Madrid, Vallendar, Guayaquil, Quito… ¿todos ilegales?) o que donde no hay Hermanas de María no se puede hablar de santuario de Schoenstatt (veo caer el número de santuarios filiales en el mundo… y aún más, el Santuario Original ¿sería santuario recién desde la fundación del Instituto de las Hermanas en 1926?).
Entrega de llaves
Sea lo que sea, a mitad de noviembre las Hermanas de María entregaron las llaves del predio a la municipalidad de Santa Cruz do Sul, recibiendo un monto impactante por los edificios construidos en el mismo. “Para la felicidad de la hermana, el dinero es muy grande”, se lee en uno de los varios comentarios en la prensa local. Para Rui Kaercher y los “dos o tres” que ya formaron una Asociación sin fines de lucro para el mantenimiento económico y espiritual del santuario, es un capítulo cerrado.
“Ya hemos enviado la solicitud para ser los nuevos guardianes del lugar. Las Hermanas de María insisten ahora al obispo en que no puede haber dos santuarios en la misma ciudad. Parece que no conocen la «mens fundatoris»… o han olvidado lo que aprendieron de él”, comenta Rui Kaercher.
“Pero no es la última Misa en el santuario”, dice Kaercher, con referencia al título de la nota de prensa. Era la última antes de que el santuario fuera cerrado por obras del Ayuntamiento, que transformará el espacio en una escuela infantil. Desde el 22 de noviembre, el lugar permanece cerrado por obras, y no debería reabrirse hasta febrero o marzo, según el avance de la renovación.
La Misa de Alianza
La Misa de Alianza del 21 de noviembre fue celebrada en la capilla frente al santuario por el párroco Leão Gomes da Silva, de la parroquia Jesús Maestro de la Palabra, del barrio de Santa Vitória.
Y llegaron. Dos, tres, diez, 100, 200 peregrinos… Saludando a la Mater, saludando a Jesús, el pueblo se acercó en gran número, con alegría, con compromiso.
Al final de la Eucaristía, todos recibieron la bendición con el Santísimo, se quemaron los papelitos con los aportes al capital de gracias en una pira improvisada de José Engling y cada uno que así lo deseaba, recibió una bendición personal.
¡Viva el Santuario! ¡Viva la Alianza! Viva Jesús, que vive en medio de dos o tres (o 200 o 300) reunidos en su nombre, en torno al santuario de su Madre. Y ella, “la que sabe transformar una cueva de animales en casa de Jesús con unos pocos trapos y una montaña de ternura” (Papa Francisco, audiencia a Schoenstatt, 2014) también sabe obrar milagros desde su santuario violentado y transformarlo, de nuevo, en un Belén para nuestro tiempo, donde reinan amor verdad y justicia, si,
donde reina la veracidad,
y la verdad domina todo y sobre todo triunfa;
donde las santas normas de la justicia
determinan lo que se hace y lo que se evita;
donde el amor une
los corazones y los espíritus,
y el Señor y Maestro empuña el cetro (Hacia al Padre, 604).
En Schoenstatt, como en todas las familias, suceden cosas lamentables. Pero lo peor de las cosas lamentables que suceden en Schienstatt, son las justificaciones oficiales, el querer explicar lo inexplicable, aunque sea faltando a la verdad. Las generaciones futuras nos juzgarán.