Zeit

Publicado el 2021-08-08 In Vida en alianza

Perder tiempo, gastar tiempo, ganar tiempo

H3M, Maria Fischer •

“Entiendo que hay una diferencia entre perder tiempo y gastarlo. Como perder dinero y gastar dinero tampoco es lo mismo”. En esta frase de una Historia de Tres Minutos de mi colaboradora y amiga Paz Leiva, pensaba yo mientras me relajé el domingo por la tarde, en la A3 vacía de coches, bajo un sol radiante, “volando” hacia Wurzburgo. Volando, porque el tiempo ganado en la conversación con mi compañera de viaje pasaba volando y hasta el permanente atasco en un solo carril, por obras, y que mi navegador aconsejaba evitar, ni siquiera existía.

Este largo viaje había comenzado de manera completamente diferente, con una lluvia torrencial y atascos de menor a mayor y nuevamente atascos de tráfico más pequeños, de forma que la hora de llegada calculada con escala en Wurzburgo y luego a mi casa se retrasaba cada vez más, así como el descanso para tomar café y charlar con mi pasajera y su esposo se reducían a cero.

Y luego parada y salen los primeros conductores. Mi sistema de navegación extrapola astronómicamente el presunto retraso … 190 minutos, 200 minutos, 360 minutos … «Un incidente». La radio de tráfico está en silencio. ¿Y ahora? Mi compañera de viaje ha estado detrás del volante desde la última pausa, busco en mi teléfono, detrás y a la derecha pasa, uno u otro automóvil hacia el área de servicio, cuya entrada está a solo 20 metros frente a nosotros. “Inés, el túnel que tenemos enfrente está cerrado en ambas direcciones debido a una alarma de incendio. La autopista está completamente cerrada en ambos sentidos».

Ahora da la vuelta

Hace unas semanas, mi colega de trabajo me dijo que en el área de servicio cerca de nuestra empresa a veces gira hacia la carretera de la granja … No está realmente permitido, pero … Waze encontrará nuestra posición de inmediato. Miro el mapa. Existe una forma de hacerlo. Aquellos que se vuelvan aquí probablemente harán lo mismo. Sin embargo, no son muchos. ¿Debemos? ¿Estamos corriendo el riesgo? Pensándolo bien, mi pasajera dice: “Y si no funciona, regresaremos por detrás a la autopista”. Np habrá cambiado nada, pero al menos lo intentamos.

A veces solo hay un momento para dar la vuelta. 20 metros más adelante, y nos detenemos sin perspectivas de continuar.

Nos vamos. Descubrimos el estrecho camino agrícola. Un coche pasa delante de nosotros, nosotros detrás. Aterriza en una carretera nacional. El navegador no sabe dónde. Solo conducimos. Carretera estrecha, mucha superficie, y a los pocos kilómetros volvemos a tener señal GPS. Los coches que vienen hacia nosotros con matrículas de todo el país nos hablan de túneles bloqueados y giros como nosotros. Después de media hora y más de tres horas de tiempo ganado, estamos en la anteriormente mencionada A3 vacía de coches y con más tiempo dedicado a buenas conversaciones en Wurzburgo, donde nos esperan café, pastel y una nueva conversación corta.

Tiempo ganado

Y hablamos. Y sigue hablando porque es el momento, porque nos sentimos bien, porque ahí surge algo, porque Él está en medio de nosotros en este escuchar y preguntar y decir y pensar. Pasamos todo el tiempo ganado y un poco más hablando. Tiempo ganado, tiempo regalado, tiempo bien empleado. El último y más conmovedor tema: incluso si lo que hacemos no cambia nada, al menos lo intentamos. Lo intentamos. Una y otra vez.

El día siguiente es día laborable y es un poco duro. No solo por la falta de sueño, sino porque todas estas conversaciones todavía están impactando en mí, causándome algo. Algo realmente bueno. Una red nueva y sólida. Una confirmación de dar la vuelta en el momento adecuado. A veces contra todas las reglas.

Original: alemán, 7.8.2021. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España

 

Etiquetas: , , , , , ,

1 Responses

  1. Rafael Mascayano Medo dice:

    Me encantó esta vivencia que muestras. Creo que no es gastar ni perder tiempo, sino «invertir en vínculos» con el tiempo que Dios nos da. El estar con el otro y en el otro, es también el lllamado del Papa Francisco, en este «revolución de la ternura» a la cual nos llama, y también a crear puentes, a encontranos con el otro… dejar muchas veces los encuentros funcionales, para transformarlos en encuentros personales. Y si es necesario romper algunas reglas para foratlecer esos encuentros, es la libertad que Dios nos da, para que sábado se para el hombre y no el hombre para el sábado. Como dice el Papa Francisco en F. T., ¡Qué bonito sería que a medida que descubrimos nuevos planetas lejanos, volviéramos a descubrir las necesidades del hermano o hermana en órbita alrededor de mí! Y más adelante nos insiste «La vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por la vida».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *