COSTA RICA, Mariana Gaspar Hulbert •
Este 05 de diciembre del 2020, 24 apóstoles de María recibieron su manto en el Santuario de Schoenstatt Familia de Esperanza. El manto de María es un símbolo de protección, de amor y entrega. El anhelo de conquistar el manto creció de manera impresionante en las niñas, tras un año de retos, no solo para ellas si no para todos en el mundo, con esta nueva modalidad de pandemia, y aún así los grupos continuaron de manera perseverante mostrando su fidelidad. —
En conjunto 7 grupos del oeste y este de San José y de Cartago mantuvieron sus reuniones de preparación de manera virtual mostrando su compromiso, luz y disposición. Las niñas entre 7 y 12 años de edad, realizaron sus reuniones los primeros y terceros viernes de cada mes; evidenciando una dedicación para mantenerse unidas a Dios y a la Virgen María.
Ser rayos de luz hacia el mundo
En el santuario se celebró el rito de la entrega de los mantos cumpliendo con todas las medidas sanitarias. Un día de mucha felicidad y de gratitud. Temas tan importantes para esas edades como el respeto, el servicio, la generosidad, la autenticidad de cada una, la alegría, la amistad, la responsabilidad, la pureza, entre muchos otros. Estos ideales y valores se han mostrado en la capacidad de estos grupos de niñas.
Las apóstoles reflejaron esa alegría y emoción en sus ojos. Listas para ser los rayos de luz hacia el mundo, que salen del santuario con la corona y azucena de la Mater. Todos símbolos plasmados en la bandera de las apóstoles.
Un Apóstol de María quiero ser
Las frases que más me muestran esperanza, son las que se entonan en el himno de las apóstoles de María:
- “Quisiera ser como Tú, María…”
- “Un Apóstol de María quiero ser, y servir con alegría cada vez, que alguien necesite que hágalo por él, un reflejo de tu amor yo quiero ser.”
¡Muchas felicidades a las nuevas apóstoles! Para que sigan llevando su manto con la frente en alto.
